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ATLÉTICO DE MADRID | OBLAK

Oblak: “He llegado a jugar de lateral derecho...”

Oblak repasa su trayectoria en una entrevista para ‘France Football’: su formación en Eslovenia, la explosión en Portugal, su condición de estrella en España

Oblak y Ángel Correa.
JAVIER GANDULDIARIO AS

Jan Oblak (Skofja Loka, Eslovenia, 1993) ha iniciado la pretemporada junto al resto de compañeros del Atlético. El esloveno será de nuevo uno de los puntales del equipo de Simeone y, en una extensa entrevista con France Football, hace un repaso a toda su trayectoria como futbolista, desde que empezó de niño y tenía que ir en bici a entrenar. Sueña con llevar a su selección a un gran torneo, agradece a la gente de su alrededor por haberle apoyado y valora el buen momento deportivo de su país, con Doncic, Pogacar, Dragic, Kopitar...

“50 kilómetros en bici para ir a entrenar”

“El centro de entrenamiento de mi club de toda la vida, el Olimpija Ljubljana, está a unos 25 km de donde crecí, en Skofja Loka (Eslovenia). Desde que tenía diez años y siempre que mis padres trabajaban, solía ir a entrenar en bicicleta. Así que regularmente recorría 50 kilómetros. Cada vez quería batir mi récord. Aunque eso significara llegar agotado, casi sin poder entrenar porque mis piernas estaban ardiendo.

Esto ilustra mi personalidad: siempre estoy trabajando, siempre quiero progresar. Quizá suene demasiado extremo a algunos. Sobre todo cuando no entrenaba bien y Bozo Skerl, el entrenador que más significó para mí durante mi formación, me pedía que me fuera a casa antes. ¡Acabo de hacer el camino para venir! Pero no cambiaría la educación y la formación que recibí por nada. Ojalá todos los pequeños pudieran tener la misma infancia. Era un equilibrio perfecto”.

Oblak, en 2017, en un torneo en su ciudad Skofja Loka.
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Oblak, en 2017, en un torneo en su ciudad Skofja Loka.

“Tras la quiebra, sólo nos quedamos tres”

Oblak repasa sus inicios en el fútbol profesional, donde las circunstancias aceleraron sus primeros pasos: “Mi debut en el primer equipo, a los 16 años, fue una pequeña coincidencia. Cuando el club quebró en 2005, sólo tres de nosotros nos quedamos en el Olimpija. Todos los equipos habían descendido al nivel más bajo. Decidí quedarme y luego participé en todas las promociones, desde la Sub-14 hasta el primer equipo. No lo cuento para resaltar mi papel, sino porque creo que quizá no habría despuntado, ni habría tenido mi oportunidad en un primer equipo tan pronto, si hubiera dejado mi querido club.

“¿Por qué me quedé? Creo que fue por la forma en que me educaron. Sentí que no debía abandonar el barco, que no era la decisión correcta para mí. No podía verme haciéndoles eso. Y el tiempo me dio la razón porque el club se recuperó muy rápido y bien. Por mi parte, ya estaba preparado para estar entre los mejores”.

“De pequeño, soñaba con jugar en el primer equipo de mi club. Una vez que alcancé esa meta, me di cuenta de que podía llegar más alto. Sentí que tenía suficiente talento, pasión y fuerza interior para ello. Físicamente, ya era muy alto. Debía tener la misma altura (1,88 m), más o menos un par de centímetros. Sin embargo, debía pesar 10 kilos menos (se ríe). En cualquier caso, mi cuerpo estaba adaptado al nivel profesional. De hecho, lo mismo ocurre con la parte mental. Sí, a los 15 o 16 años estaba preparado física y mentalmente para una carrera.

Eso es sobre todo lo que marca la diferencia: la madurez. En mi cabeza, el nivel europeo ya parecía alcanzable. Lo que me permite decir esto es que no tengo la impresión de haber cambiado mucho desde entonces. No siempre es fácil cuando se viene de Eslovenia. Pero sabía, en el fondo, que tenía cosas que mostrar a una escala aún mayor que la de mi país”. De Eslovenia saltó a Portugal.

“He llegado a jugar de lateral derecho...”

En Eslovenia sólo jugué un año en el primer equipo y fue como un sueño. En Portugal fue difícil. Sobre todo la primera cesión (nada más llegar al Benfica, salió al Beira-Mar y sólo jugó dos partidos en la 2010-11). Cuando ves que estás ahí sólo para hacer números, es difícil. Recuerdo haber jugado de lateral derecho durante la pretemporada (sonríe)... Iba de cesión en cesión y a veces los entrenadores ni siquiera sabían si era portero o delantero. Este cambio de estatus fue difícil de aceptar. El período más difícil fue el préstamo a Leiria. En aquella época, el fútbol portugués atravesaba una auténtica crisis. Hubo cortes de luz, duchas frías. Incluso jugamos un partido del campeonato con siete futbolistas de campo por culpa de los impagos. Pero al menos volvía a jugar. Y no de lateral derecho (se ríe)”

Oblak, en el Benfica-Oporto de la 13-14.
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Oblak, en el Benfica-Oporto de la 13-14.RAFAEL MARCHANTEREUTERS

Tras el paso por el Beira-Mar y el Leiria, llegó un tercer préstamo, al Río Ave. Por fin las cosas le salieron a Oblak como esperaba. “El Benfica me cedió al Río Ave y allí pude jugar muchos partidos, con un entrenador que confiaba en mí. Al final de esa temporada (20 años) estaba listo para volver por la puerta grande. Sabía que nada me detendría. Le hice saber al Benfica que ya no quería salir cedido, que era mi turno. No me importaba si querían que me quedara o no. Al principio no jugaba, pero a partir de diciembre sí. Ganamos tres títulos y jugamos la final de la Europa League (perdida contra el Sevilla por penaltis). Mi vida había cambiado para siempre. Estoy agradecido: fue en Lisboa donde terminé de crecer”.

El fichaje por el Atlético en 2014

En el verano de 2014, tras ganar la Liga y jugar la final de la Champions, el Atlético tuvo que hacer una pequeña revolución en la plantilla y, entre otros movimientos, fichar dos porteros. Fueron Moyá y un aún poco conocido Oblak, por quien el club pagó 16 millones al Benfica, todo un récord en España. “El Atlético acababa de ser campeón y Courtois se iba al Chelsea. En aquella época, la Liga española era probablemente la mejor. Me iba a enfrentar a Messi y a Cristiano. Pero después de dos o tres entrenamientos, me quedé fuera por una lesión. Moyá, que también había llegado durante ese mercado y que ahora es un muy buen amigo, empezó a jugar... ¡Y jugando bien!

Oblak, presentado por el Atlético.
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Oblak, presentado por el Atlético.RAFA APARICIODIARIO AS

Era difícil, pero después de lo vivido en Portugal, sabía que mi momento llegaría. Eso es lo especial de nuestra posición: cuando eres portero, las oportunidades no se presentan muy a menudo. Pero eso significa que cuando consigues ganar tu plaza, tu competidor no tiene muchas posibilidades de recuperarla (sonríe)”.

El estilo sobrio de Oblak: “Hacer creer al equipo que todo es fácil”

Lo más importante es la colocación. La gente de la grada tiende a pensar que el mejor portero es el que hace paradas espectaculares. No creo que eso sea siempre así. Ocurre con frecuencia que un portero brilla porque no estaba bien colocado en el inicio de la acción. Si te posicionas mejor, no tienes que hacer cosas excepcionales tan a menudo. En mi opinión, esto es lo más importante, pero también lo más difícil para un portero: dar al equipo la impresión de tener el control. Tengo que mostrar a los chicos, o hacérselo creer, que todo es fácil. Intento transmitir esta sensación de confianza.

El jugador que llega al Atlético con un estilo diferente en su equipaje, debe adquirir rápidamente la mentalidad colchonera. De lo contrario, le tocará el banco. Sé que algunos dicen que no siempre jugamos bien. Pero la gente se lo pregunta sobre todo cuando perdemos. Cuando ganamos, hay menos debate. Siempre se trata de lo mismo: todo se reduce al resultado. Nuestro plan es ganar. Eso anula todo.

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FRANCOIS LENOIRREUTERS

Cuando juegas en la misma liga que el Real Madrid y el Barcelona, dos clubes con más recursos que tú, no es fácil acabar en lo más alto. ¿Y qué haces? Adaptas tu estilo para ser lo más efectivo posible, para entrar en la pelea. No lo hicimos tan mal, ¿no? Llevo ocho años aquí y creo que hemos conseguido muchas cosas.

La relación con su representante y con su familia

“Conoces esta industria, ¿no? Ya sabes que no siempre es el campo el que permite que tal o cual jugador aterrice en tal o cual club. A veces las cosas son más... complejas. Lo aprendí por las malas en Portugal, cuando todo era complicado. Pero mi agente Miha (Mlakar) y mis allegados ya estaban allí, y siempre lo han estado, y sabía que al final llegaría mi momento, sin tener que cambiar de entorno. Con mi representante tengo una relación increíble, más allá de lo profesional. Disfrutamos de este viaje juntos en el mundo del fútbol”.

Oblak presume también del buen momento de Eslovenia en el ámbito deportivo, a pesar de ser un país con poco más de dos millones de habitantes: “En Eslovenia existe una verdadera cultura deportiva. Y estoy muy orgulloso de ver grandes nombres de nuestro pequeño país. En ciclismo (Pogacar, Roglic, Mohoric), en baloncesto (Doncic, Dragic), en hockey (Kopitar)... Es genial ver a gente de aquí triunfar al más alto nivel. Estoy regularmente en contacto con Luka Doncic. Jugó aquí en Madrid durante unos años y pasamos mucho tiempo juntos.

Me encanta hablar con gente que practica otros deportes. Siempre hay cosas para pedir prestadas. Son detalles que te ayudan a ser un mejor atleta. Me duele pensar que aún no he conseguido nada grande con mi selección. Me encantaría que pudiéramos reunir a la gente durante un verano también. Recuerdo muy bien lo que sentía de niño cuando veía a nuestra selección en la Eurocopa o en el Mundial. Quiero conseguirlo yo. No puedo decir cuándo, pero estoy seguro de que ocurrirá. Creo en ello”.