Nunca den por muerta a la Real
La Real Sociedad ganó al Barcelona en el Reale Arena y rompió todos los pronósticos. Nadie contaba con este resultado, porque nadie contaba con los txuri-urdin. El Barça llegaba poderoso a San Sebastián y los de Imanol Alguacil estaban mustios tras su derrota en Pilsen. Se enfrentaba el mejor visitante de LaLiga contra el peor local de Primera. ¿Qué podía salir mal? Pues lo que no se tuvo en cuenta en la ecuación es a la propia Real, que algo tenía que decir, porque los azulgrana no jugaban contra nadie. ¡Y vaya que si lo dijo! Y bien alto, y bien claro.
Lo que no tuvieron en cuenta los que se encargan de hacer los pronósticos de cada partido es que a esta Real Sociedad, por muy mal que pueda parecer que está, nunca se le puede dar por muerta. Porque ya lo decíamos ayer, le va la marcha. Le va mucho la marcha. Pero mucho. Solo así se puede entender esta reacción por todo lo alto contra el líder de Primera que no perdía desde septiembre. Necesitaba reaccionar el equipo txuri-urdin, y lo hizo a lo grande, no mejor dicho a lo gigante, plantándole cara a este súper Barça sin miedo, mirándole a la cara y jugándole de tú a tú, presionándole arriba, asumiendo riesgos y haciendo un ejercicio de resiliencia y defensa a ultranza espectacular.
Dejar al Barça sin tirar una sola vez a puerta en todo el partido dice mucho de la actuación de la Real Sociedad. El dato resume el trabajo de todos los jugadores realistas. Porque Becker firmó la victoria, pero sobre todo fue un triunfo coral. De los jugadores, del entrenador y de la afición, que empujó y apretó cuando su equipo más lo necesitó. Por fin se fueron los seguidores realistas felices a sus casas, y la verdad es que ya era hora. Porque han sido demasiados sinsabores paliados de golpe con un alegrón de eso que hacen época. Porque desde 2016 no se ganaba al Barcelona en San Sebastián. La Real demostró que, por supuesto, tiene materia prima para soñar con otra temporada grande, aunque haya empezado torcida la historia. Volvió a demostrar que no confiar en el trabajo de Imanol es una temeridad y una soberana estupidez. Hizo un partidazo que debe servir para creer por fin en esta Real. Pero también que crean de verdad en ellos mismos los jugadores. Y para terminar de confirmar que igual no es necesario tener siempre más posesión que el rival para ganar. Porque a esta Real nunca hay que darla por muerta.
PD: Amigo Gorka Larrea, tenías toda la razón. Me dijiste que fuera escribiendo la crónica de la victoria, y así ha sido. Ahora espero que me des el número de la Lotería de Navidad.