Nueve meses en caída libre
El tiempo transcurrido entre las dos últimas visitas del Atlético de Madrid a Nervión saca a la luz la descomposición de un Sevilla que ya está empezando a temer por el descenso.
Ningún equipo entra en crisis sin que antes de produzcan señales de advertencia sobre el problema que se avecina. Y el Sevilla no es una excepción. Los poco más de nueve meses que han transcurrido entre las dos últimas visitas del Atlético de Madrid al Sánchez Pizjuán sirven para relatar la caída en picado y sin freno de un equipo que ha pasado de pelear por la Liga tratando de tú a tú a los grandes a temer por el descenso y sentirse inferior a prácticamente todo el mundo.
El 18 de diciembre de 2021, casi en el ecuador de la pasada temporada, el Sevilla se imponía 2-1 a un Atlético de Madrid al que dejaba a nueve puntos. La clasificación de la jornada acababa con los de Lopetegui en el segundo puesto, a cinco puntos de distancia del Real Madrid, que marchaba primero. Eso llevó al club a hacer una gran apuesta en el mercado invernal con las incorporaciones de Martial y Tecatito, además de rechazar una suculenta oferta del Newcastle por Diego Carlos. En Nervión se veían capaces de todo.
En las 21 jornadas restantes del campeonato, el Sevilla ganó siete partidos, un tercio, empató 12 y perdió 2, logrando la clasificación para la Champions en la penúltima jornada empatando, precisamente, con el Atlético de Madrid. Al igual que en la fase de grupos de la Liga de Campeones, se naufragó en la Europa League, el ambiente se crispó, y de qué manera, en la grada del Sánchez Pizjuán y lo mejor que pudo pasar es que la temporada acabara. En el club se estimó que todos los problemas vinieron por la plaga de lesiones sufrida, pero el equipo ya daba claros síntomas de una grave carencia de físico y velocidad.
Dichas carencias no han sido solucionadas este verano y los datos son nítidos. Un triunfo, dos empates y cuatro derrotas en la Liga. O lo que es lo mismo: en las últimas 28 jornadas de Liga disputadas el Sevilla ha sumado 38 de los 84 puntos en juego tras ocho triunfos, 14 empates y seis derrotas. La sensación de pequeñez mostrada ante el Atlético comparada con el mismo partido de la pasada campaña es para replantearse muchas cosas. Lopetegui tiene gran parte de culpa de lo ocurrido con un equipo en el que ningún jugador está al nivel que se le presupone. Pero el vasco no es, ni mucho menos, el único culpable de la debacle.