No hay noticias de Sory Kaba
Su protagonismo en Las Palmas ha ido decreciendo conforme avanzaba la temporada. Apenas ha estado 10 minutos sobre el césped en 2024.
La de Sory Kaba fue, el verano pasado, una apuesta de tronío para la Unión Deportiva Las Palmas. Resulta que la entidad grancanaria le firmó un contrato por cuatro temporadas después de haber pagado traspaso al Mydtjylland, que milita en la principal categoría de Dinamarca, donde estuvo las cuatro temporadas anteriores. No hubo cifra oficiales pero sí un dinero salido de las arcas insulares por una cifra que superaba los 1,5 millones de euros. Sin embargo, su influencia en el equipo insular está en claro descenso.
Ocurre, según contaron los propios protagonistas, tanto Kaba como Luis Helguera (director deportivo) y García Pimienta (entrenador), que su fichaje se cocinó a fuego lento. “Llevo siete meses hablando con Pimienta”, reconoció el propio delantero africano el día de su presentación oficial como nuevo jugador de Las Palmas. Se perdió las dos primeras jornadas, tarde como llegó su incorporación, pero a la tercera, cuando la Real Sociedad visitó el Estadio de Gran Canaria (0-0), debutó siendo incluso titular.
Desde entonces, su protagonismo en el equipo se ha estancado. Afectado también por la competencia (Sandro, Munir, Herrera, Marc Cardona), tampoco es que se note su impacto en el juego de Las Palmas cuando pisa el césped. Apenas acumula, en toda la temporada, 594 minutos despiezados en 14 partidos, apenas siete como titular. De momento, apenas ha celebrado un gol y dado una asistencia. De entre los delanteros de Las Palmas, solo Cristian Herrera empeora sus números. Un gol y ninguna asistencia, pero ha jugado bastante menos: 149 minutos. Un gol también tiene Sandro, quien sin embargo dio tres pases definitivos. La entrega en los entrenamientos no tiene, de momento, recompensa en el campo.
Bien es cierto que siempre ha estado convocado, pero ahora yace al final de la lista en los planes de García Pimienta. No se concibe que debiera padecer excesivos problemas de adaptación ni al fútbol patrio ni a nuestro país, pues jugó tres años en el Eche (2016/19) y tiene, además, familia española.
Cuestión, tal vez, de adaptación a un estilo de juego en el que no ha terminado de encajar. Tampoco es que se note, por más empeño que le ponga, su impacto en el equipo ni el carácter revolucionario que podría imprimir, tampoco de estas alternativas al barroco juego de la UD que su poderío físico y características técnicas traen consigo. Este tramo final de temporada, una vez se confirme la permanencia de Las Palmas, podría definir su futuro por mucho que tenga tres años más firmados con la entidad grancanaria. Toca tomar decisiones con respecto a uno de los jugadores que más le cuesta al club.