No diga delegado, diga Calzón

“¡Venga, dejad a la canallesca (así llamaba a la prensa), que perdemos el avión!”. El grito casi de guerra de José María Calzón lo escucharon centenares de futbolistas en decenas de estadios durante los cerca de 50 años que ejerció como delegado del Espanyol, desde 1979 a 2023, e incluso antes, como responsable de una agencia de viajes que organizaba los desplazamientos del equipo perico. La entidad le rindió este jueves, en la zona noble del RCDE Stadium, un homenaje que era de absoluta justicia.

Pero no fue solo el Espanyol, sino alrededor de 300 personas, que abarrotaron la Sala President. Algunos, con cuadro en la pared, como Dani Sánchez Llibre y Joan Collet. Otros, que lo tienen colgado en otra sala del estadio, la Juan Segura Palomares: Javier Clemente, José Antonio Camacho, Mauricio Pochettino, Sergio González, David Gallego… y también el actual, Manolo González.

E igualmente asistieron muchos de sus chicos. Desde Fernando Molinos, Tommy N’Kono, Michel Pineda o Urbano Ortega a Toni Jiménez, Ángel Morales o los más recientes Sergio García Dídac Vilà y Víctor Sánchez.

Entre todos, también ‘colegas’ como el exjugador del Real Madrid Miguel Porlán, Chendo, le recordaron a Calzón que no es un delegado. Es EL delegado del fútbol español. Alguien único, como rezaban los carteles que le envolvían en este maravilloso tributo.

Lo ha sido en el Espanyol, en sus tres estadios del último siglo -Sarrià, Montjuïc y Cornellà-, de la selección catalana e incluso de campo en el Mundial de España 1982. De Leverkusen a Glasgow. De Mestalla al Bernabéu. Historia viva.

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