“Nico Paz es capaz de ver pases que nadie ve”
Diego Nogales, ex entrenador de Adarve y Rayo Majadahonda, entre otros, dirigió también a la nueva joya blanca en ‘La Fábrica’. Allí coincidió con Raúl y Álvaro Benito. Habla de fútbol en AS.
“Nunca nos habían preparado tanto antes de cada partido. Diego llegaba siempre con su tablet y nos explicaba cada detalle. Tenía toda la información que necesitábamos y nos la sabía transmitir a la perfección”. El que habla es Miguel Baeza (23 años), hoy en las filas del Celta, en referencia a Diego Nogales (41 años), quien fuera su segundo entrenador en el Juvenil C del Madrid. El joven técnico madrileño formó tándem en la cantera blanca primero con Álvaro Benito (2016-18) y después con Raúl (2018-19). El ascenso del actual técnico del Castilla al Juvenil B a mitad de curso le puso al mando de un Cadete B al que ambos convirtieron en el mejor cadete de primer año en la historia del club (sólo dos empates en toda la temporada). Nico Paz, Manuel Ángel, Mario Martín... Una generación, aquella del 2004, que genera ilusión en la casa blanca y a la que Diego moldeó.
Sobre ella y sobre la forma de trabajar de Raúl y Álvaro habla Nogales en más de una hora de entrevista. También de futbol modesto, en el que él es todo un avezado. Un ascenso a Tercera con el Santa Ana y otro a Segunda RFEF (que pudo ser doble) con el Adarve le avalan. Sólo el último partido del playoff ante el Ceuta evitó una gesta histórica. Técnico moderno, de orejas siempre abiertas pero ideas muy claras. Atiende a AS, mientras espera un proyecto que le convenza.
¿Está de vacaciones?
Sí, me pillas por la playa. Como este año aún no ha salido proyecto, me he venido unos días con la familia. Así que bien, aprovechando lo que no solemos aprovechar: esos agostos…
¿Ha visto mucho fútbol en lo que va de pretemporada?
Lo que he podido. Porque al fin y al cabo, de Primera RFEF y de Segunda RFEF, que es lo que más estaba viendo, casi no ha habido partidos. Sigo viendo fútbol, sobre todo de la temporada pasada, para seguir alimentándome a base de datos, de información sobre jugadores etc. Yo, como me lo tomo como un trabajo pese a no estar actualmente con equipo, al final es echarle horas…
¿Echa de menos los banquillos?
Mucho. La verdad es que al principio, en el primer mes (tras su destitución como técnico del Rayo Majadahonda en Primera RFEF), intenté hacer una desconexión más total del fútbol, y también se agradece. Nunca me había tocado irme o que me echaran de un proyecto con la temporada empezada. Pero ya a partir de que termina la temporada y eres consciente de que puedes entrenar (los entrenadores despedidos a mitad de temporada no pueden volver a ejercer durante ese mismo curso), aparecen las ganas, y más cuando vas viendo que los equipos empiezan.
La de entrenador es una profesión especialmente pasional…
Yo siempre lo he dicho, lo más bonito del fútbol es jugar, pero lo segundo más bonito es entrenar. Porque al fin y al cabo, sigues ligado al juego y, además, tienes una responsabilidad que te hace sentir mucho orgullo cuando las cosas salen como te imaginabas. Tiene que ser muy pasional en los pros, porque los contras son muy fuertes. Pero es preciosa… ¿Qué te voy a decir yo? (risas).
Viene desde abajo. Empezó como segundo en el Canillas y a partir de ahí fue escalando: ascenso a Tercera con el Santa Ana, cantera del Madrid, primer entrenador del Adarve en Tercera, ascenso a Segunda RFEF, primer entrenador del Rayo Majadahonda en Primera RFEF… Es un obrero del fútbol.
Sí. Desde que empecé a entrenar vi que era la manera. La única forma de intentar progresar era obteniendo buenos resultados e intentando siempre elegir bien el proyecto al que ir. De hecho, uno de los motivos por los que ahora mismo no estoy entrenando es la elección de proyecto. No todo vale. Es verdad que he ido creciendo en base a los resultados que he ido obteniendo, y espero que así siga siendo.
Y todo eso con 41 años. Empezó con 30…
Ya ni me acuerdo de la edad a la que empecé, pero decidí dejar de jugar por entrenar. Sentí que si quería hacer un camino en el mundo de los banquillos debía empezar a entrenar en ese momento.
¿Cuesta más trabajo convencer a un vestuario siendo tan joven?
Yo creo que no. El jugador mide muy bien, ve lo que le estás diciendo y, en base a eso, saca sus conclusiones. Al final, lo que quiere es convicción en unas ideas, claridad, saber exponerlas bien y, lo más importante, ver que su rendimiento es mejor de lo que era o, al menos, igual. Es verdad que con exfutbolistas profesionales en las dos primeras semanas prevalece la figura sobre la persona, pero a mí también me han entrenado exfutbolistas profesionales, y eso se pasa. El efecto de con quién estás entrenando desaparece y ahí ya hay una persona que te tiene que convencer igual de que estás siendo mejor futbolista, de que éste es el camino para ser mejor, de que el equipo necesita esto de ti…
Tiene fama de ser experto en ello ¿De qué forma se gestiona un vestuario para mantener enchufada a toda una plantilla?
Recuerdo una entrevista que leí de un jugador mío en el Santa Ana. Los resultados fueron muy buenos. Íbamos a tres puntos del descenso cuando lo cogimos y acabamos ascendiendo de categoría desde enero hasta mayo. Allí se dio la circunstancia de que repetí ‘once’ titular durante ocho jornadas consecutivas, que es algo muy raro en mí, no lo he hecho en ningún otro sitio. El jugador que daba la entrevista, después de esas ocho jornadas, fue titular un par de partidos porque lo estaba haciendo bien y él decía que lo que más apreciaba del entrenador, habiendo sido suplente tanto tiempo, es que les trataba como si fuesen a jugar el domingo. Yo al jugador intento transmitirle qué necesita para alcanzar su máximo rendimiento, no dejar atrás a nadie y que sepa por qué es importante para el equipo.
¿Qué tiene que tener un entrenador hoy en día?
Cada vez más cosas. Creo que hay que ser muy completo a nivel futbolístico, a nivel táctico, tener capacidad de adaptación… Y para mí también hay una labor muy importante en lo emocional. Fíjate, ahora en verano me he traído como tres libros de tres psicólogos deportivos diferentes.
Fue segundo de Álvaro Benito en el Juvenil C y B del Real Madrid, y de Raúl en el Cadete B. No tuvo malos maestros…
Desde luego que no. Tuve la inmensa suerte de compartir con ellos vestuario y ‘día a día’. Te das cuenta de que no por haber sido futbolistas de super élite son buenos entrenadores. Son buenos entrenadores porque son personas con las ideas muy claras y que además tienen unas capacidades para transmitir buenísimas.
¿Qué aprendió de Álvaro?
Su capacidad para leer el fútbol, la capacidad impresionante que tiene para comunicar y el cómo aplica su carisma. Es carismático, pero además exigente. Todo el mundo le aprecia, tanto cuerpos técnicos como jugadores. Es una persona que tiene las ideas tan claras, sabe dónde quiere llegar tan claramente y comunica tan bien que es imposible no aprender de él. En las charlas individuales con jugadores, en ese ‘cara a cara’, te impresionaba su mirada, su forma de entrar, de transmitir. Creo que aprendí algunas cosas, pero hay otras que tiene innatas, que no se pueden aprender. Te hace sentirte plenamente metido en la conversación.
“Álvaro Benito te impresionaba en el ‘cara a cara’ por su mirada, su forma de transmitir”
¿Le ve entrenando al más alto nivel en el futuro?
Sin ninguna duda. La cosa es que los clubes den el paso, porque ahora mismo él está en una situación privilegiada laboralmente. Pero le he visto querer tanto la profesión de entrenador, que me extrañaría mucho que si le diesen esa opción no se lanzara. Tiene todas las capacidades que necesita un técnico. Yo he entrenado con él y entiendo que los que tienen que tomar las decisiones no lo han vivido desde tan cerca, pero hasta desde lejos te das cuenta: buena lectura del juego, buena capacidad para comunicar, ideas claras…
¿Y de Raúl qué se llevó?
En primer lugar, la disciplina de trabajo. Su método es, sobre todo, constante. Tanto a nivel interno del cuerpo técnico como a nivel de plantilla. No hay un día o una tarea de entrenamiento en que el equipo baje la guardia. Si un jugador se desconecta, ahí está él. Yo sigo hablando de vez en cuando con Raúl y una de las cosas que le pongo en valor es cómo futbolísticamente ha ido añadiendo cosas a cuando empezó. Se ve en el Castilla. Está utilizando estructuras que en el Real Madrid no se han usado históricamente, y en cantera tampoco. Se está adaptando a qué entrenador quiere ser él, a aquello que cree que le da el mejor rendimiento al equipo que tiene… Y luego es que está clarísimo, los resultados están ahí. Yo no soy muy de números, pero no sé cuántos playoffs ha hecho el equipo desde que llegó Raúl. No era tan común llegar a playoff con el Castilla.
De hecho, grandes entrenadores que han pasado por el Castilla y que luego han ido al primer equipo no habían conseguido buenos resultados en el filial, porque no siempre se puede y porque hacer un equipo competitivo con jugadores tan jóvenes es muy difícil. Por ejemplo, un dato que consiguió Raúl el año pasado y que a mí me impresionó es ser el mejor visitante de la liga o el equipo que más victorias consiguió fuera de casa. Eso te habla de la competitividad que él es capaz de transmitir. Y luego, cuando una persona ha sido profesional a ese nivel, normalmente tiene un carácter ganador que posiblemente no es tangible, no se puede contar, pero que cuando estás con él se contagia. “Tenemos que ganar, y tiene que ser por fútbol, por recursos, pero sobre todo, por competitividad, por no dar un balón por perdido”. Ese gen Real Madrid del que tanto se habla, de verdad, existe.
¿Considera que está preparado para dar el salto al primer equipo?
Sí, creo que está plenamente preparado para dar el salto. Para mí es la persona ideal para entrenar al primer equipo del Madrid. Creo que la principal capacidad que necesitas para entrenar al primer equipo es conocer muy bien en qué vestuario estás entrando, y para él eso no tiene secretos. Reúne todas las capacidades.
“Raúl es la persona ideal para entrenar al primer equipo del Madrid”
¿Alguna situación que recuerde especialmente con él o que le marcase?
Pues a veces cuento esta anécdota. Fue de los primeros malos resultados que vivimos juntos, la primera experiencia de Raúl como entrenador. Entrenábamos al Cadete B, veníamos de una pretemporada muy buena, de ganar dos torneos, y el tercero fuimos a jugarlo a Castellón. Nos eliminó el Valencia en cuartos y recuerdo que en ese viaje de vuelta en el autobús estuvo prácticamente una hora y pico reflexionando, sin necesidad de compartir nada con nadie del cuerpo técnico. Pasado ese tiempo, nos llamó a mí y al preparador físico y nos dijo: “Ya le he dado una vuelta a todo. Cosas que tenemos que trabajar: tal, tal y tal. A partir de ahí, ¿qué veis vosotros?, ¿qué más podemos hacer?, pero hay que trabajar en estos puntos”. Tiene una gran capacidad para, primero, gestionar la derrota y, segundo, darle una orientación de trabajo inmediato. Tiene esa habilidad de poder leer bien la situación, desde la frialdad. Yo hasta entonces no lo había vivido.
¿Qué sensación se le queda a uno cuando ve a un chico al que entrenó, como Nico Paz, rodeado de estrellas en la gira por Estados Unidos?
Orgullo. Y en el caso de Nico, especialmente por él, porque creo que es un chico excelente, ejemplar. A nivel de compromiso y de relación con los compañeros, es impresionante. Tiene detalles con sus propios compañeros que no le he visto a otros jugadores. Y luego, es un jugador con un nivel técnico espectacular. De hecho, cuando Raúl y yo llegamos al Cadete B, vimos enseguida que tenía todas las capacidades. La verdad es que es una alegría tremenda. Espero que este año tenga mucha capacidad de demostrar en el Castilla. Si como parece, Arribas no continúa en el equipo, tendrá que aportar mucho en esa faceta ofensiva y yo no tengo dudas de su capacidad.
¿A qué tipo de detalles con sus compañeros se refiere?
Fuera del campo, muchos. Estar pendiente de un compañero que sabe que lo está pasando mal porque no juega, o porque ha hecho un mal entrenamiento… Siempre tenía una broma para hacer con él. Pero yo lo he visto hasta en el propio campo. Te pongo un ejemplo: en un rondo, detectar que el grupo está haciendo de menos a algún jugador y él, sin que nadie lo note, dejarse robar el balón para entrar en el rondo y sacar a ese compañero que lo está pasando mal. Tenían 14 años, eran niños, pero son detalles que van más allá. Todo ello, sin perder su esencia de gran jugador y de competitivo, porque es muy competitivo.
Tiene enamorado a Ancelotti, Kroos ha dicho que debería entrenar todos los días con el primer equipo por lo bueno que es… Su irrupción ha sorprendido a todos. ¿A usted le ha sorprendido?
No me ha sorprendido porque sigue siendo el mismo jugador que era. Sus capacidades desde hace tiempo se veían. Lógicamente, lo difícil de esto es continuar en la progresión y sorprender a gente de ese nivel, como está haciendo. Ojalá esté cerca del primer equipo, pero sí creo que más allá del potencial del jugador, luego hay que dar el paso. Y sinceramente, creo que en la plantilla de este año es muy complicado entrar porque hay muchísimos jugadores de nivel por dentro. Pero el potencial lo tiene.
¿Futbolísticamente, cuál es su principal virtud?
Para mí, calidad técnica y visión de juego. Luego tiene un gran golpeo de balón, tanto con pierna izquierda como con pierna derecha, pero lo principal: calidad técnica y visión de juego. Además, saca un rendimiento muy alto a sus virtudes. No es un jugador excesivamente rápido ni potente, pero eso él ya lo sabe. Por eso utiliza tan bien sus armas. Es capaz de ver pases que nadie ve, tanto cortos como a media distancia. Siempre acaba las temporadas con muchos goles y muchos pases de gol. Y esto es el fútbol: rendimiento, ser determinante en ataque. Él lo es.
¿Y un aspecto a mejorar?
Quizás, constancia. Creo que a veces se desconecta un pelín del juego. Mide muy bien los momentos en los que intervenir, pero hay veces en que se tiene que conectar un poco antes a acciones de área, oler antes donde está el gol. Pero en ese sentido, creo que tiene mucho margen de mejora. De todos modos, a este nivel, en fútbol profesional, considero que es más importante sacar rendimiento a tus condiciones buenas que pulir esas pequeñas que te pueden dar un poco más.
¿Le recuerda a algún jugador en concreto?
Te diría que a Kaká. No es excesivamente rápido, pero su calidad técnica le lleva a sitios donde otros no llegan. En esa posición de mediapunta del rombo que está usando el Madrid Nico es un jugador que puede brillar.
“Nico Paz no es excesivamente rápido, pero su calidad le lleva a sitios donde otros no llegan”
¿Piensa que rinde mejor en la mediapunta que orillado a la derecha?
Yo creo que en el fútbol profesional sí. Aunque también puede filtrar muy buenos pases desde la banda derecha. Depende mucho de los jugadores que tenga alrededor.
La camada a la que usted dirigió es una de las más fructíferas de La Fábrica.
Es una generación, la del 2004, de la que creo que va a llegar más de un jugador al primer equipo.
“De la generación del 2004 va a llegar más de un jugador al primer equipo”
Además de Nico, ¿qué nombres propios se le vienen a la cabeza de ese Cadete B?
Era la primera temporada de Manuel Ángel en el Madrid, que nunca es fácil, y demostró una personalidad, una capacidad técnica, un desparpajo y un fútbol de calle que a todos nos dejó impresionados. Pero sobre todo, ese carácter. Te hablo muchas veces más de las habilidades emocionales porque pienso que la cabeza es tan importante o más que la capacidad técnica. En la cantera del Madrid se da por hecho que el talento lo tienes, pero la mentalidad marca la diferencia. Otro caso similar es el de Mario Martín, que ya ha jugado dos partidos con el primer equipo. Igual que te digo que hay jugadores con grandes capacidades técnicas, Mario quizá no es un ejemplo en ese sentido, pero tiene un buen entendimiento del juego, un físico impresionante y, sobre todo, una cabeza privilegiada. Siempre ha tenido muy claro a dónde quería llegar y cuál era el camino. Acaban llegando más alto los jugadores que mejor gestionan sus cualidades. Muchas veces, por conocer sus limitaciones. Mario sabe muy bien qué hace bien y casi siempre luce lo que hace bien. Luego hay otros jugadores también con mucho potencial como Marc Cucalón, Yeray Lancha, César Palacios, Gonzalo, con el que no coincidí, Manu Serrano, Diego Piñeiro… Es una generación que me encanta ver crecer. Un orgullo. A día de hoy sigue siendo el mejor Cadete B en la historia del Madrid. Ganamos la liga y sólo nos dejamos dos empates en toda la temporada. Eso en un Cadete B era impensable.
¿Es más complicado entrenar a jóvenes en la cantera del Real Madrid o a adultos en Segunda y Primera RFEF?
Es más enriquecedor entrenar a jóvenes en cantera, porque pones más el foco en el jugador. Cuando vas a Segunda/Primera Federación buscas principalmente el rendimiento colectivo. Yo soy mucho de trabajar por puesto específico, pero es diferente, es un trabajo más de grupo.
¿Qué puede aportar Diego Nogales a un equipo?
Más ilusión que nunca, si es que es posible. Y luego, lo que he sido hasta ahora. Es una cosa que tengo clara y que aprendí de Álvaro (Benito). Él decía: “Cuando no salgan las cosas hay que insistir en lo que has hecho bien”. Debo intentar seguir siendo el entrenador que he sido hasta ahora. Un entrenador que hace que sus equipos sean competitivos. Quiero que sean equipos con identidad, que todo el que lo vea diga: “Este equipo está entrenado por Diego Nogales”. No perder esa competitividad y esa proactividad por dominar el juego. Muchas veces se confunde dominar el balón con dominar el juego. Yo quiero que mi equipo defensivamente sea agresivo y ofensivamente también. Creo que esto lo he conseguido en casi todos los equipos en los que he estado, y es la línea a seguir.