Nervión es un spa
El estadio del Sevilla pasa de fortaleza a vergel para los rivales. El año pasado: 10 derrotas, 6 empates y apenas 5 victorias.
La derrota postrera ante el Villarreal pone en evidencia por enésima vez la debilidad del Sevilla, incluso cuando juega en un estadio históricamente casi inexpugnable: el Ramón Sánchez-Pizjuán. No existe mayor síntoma de la extrema crisis que sufre en los últimos tiempos el club blanquirrojo. Nervión se acostumbró a ganar y a convertirse en una máquina de ganar puntos incluso en momentos de zozobra.... pero de un tiempo a esta parte los rivales campan a sus anchas por la pradera de Eduardo Dato. Un verdadero spa relajante para casi cualquier enemigo.
En la 2021-22, cuando ya se comenzaba a agotar la gran etapa de Julen Lopetegui en el banquillo sevillista, permanecía aún la fortaleza como local. 15 victorias, 6 empates y dos derrotas (una ante el Lille en Champions y otra contra el Real Madrid, la única en LaLiga) fueron entonces el bagaje en el Sánchez-Pizjuán. En los dos años siguientes se ha producido una caída progresiva: la buena andadura continental que acabó en la Séptima Europa League, con victorias ante PSV, Fenerbahçe, Manchester United y Juventus (en la prórroga), también contra el Copenhague en Champions, permitía terminar la 22-23 con un saldo casero positivo a pesar de ganar solamente 7 encuentros de LaLiga. 12 victorias, 9 derrotas y 4 empates vieron los sevillistas en su campo ese año en todas las competiciones.
Pero la campaña pasada la tendencia negativa se acentuó: 10 derrotas (dos en Champions), 6 empates y apenas cinco victorias, todas ligueras, al calor de su gente consiguió un equipo al que entrenaron Mendilibar, Diego Alonso y finalmente Quique Sánchez-Flores. No es cuestión del banquillo, no. García Pimienta ha comenzado con la misma tónica y nada hace presagiar que Nervión, aunque vivió un gran ambiente el pasado viernes, recupere parte de esa fortaleza histórica.
En realidad, el desastre como local forma parte de una estadística general desoladora para el Sevilla. Los nervionenses sólo han ganado 26 de sus últimos 90 encuentros de Liga, en los que han cosechado también 29 empates y 35 derrotas. En los 90 anteriores, la mayoría de ellos jugados por cierto con Lopetegui, el equipo blanquirrojo consiguió unos números completamente opuestos: 52 victorias, 24 igualadas y sólo 14 partidos perdidos. Datos rotundos contra los que parece imposible argumentar.
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