Nervión, de fortín a bicoca
El Sánchez Pizjuán ya no infunde temor como antaño y el Sevilla acumula 4 derrotas consecutivas como local dos décadas después.
El Ramón Sánchez Pizjuán ha pasado de ser uno de los estadios más complicados de la Liga para todo el que lo visitaba a un caladero donde pesca hasta el más inexperto. De hecho, la derrota ante el Girona el pasado domingo se suma a la de la segunda jornada ante el Villarreal y a las dos del final de la pasada temporada cuando el equipo, incomprensiblemente, bajó los brazos ante el Cádiz y el Barcelona.
Esto hace un total de cuatro derrotas consecutivas como local, cifras de hace 20 años cuando el Sevilla no era más que un recién ascendido con problemas económicos igual de graves que los actuales. Real Sociedad, Deportivo de La Coruña, Málaga y Real Madrid se llevaron los tres puntos de Nervión en marzo de 2002, aunque la permanencia de aquel Sevilla nunca peligró e incluso se soñó con entrar en Europa en las últimas jornadas de campeonato.
Ahora, jugar en Nervión es una pesadilla pero para los locales. La afición aprieta e intenta dejar al margen a los jugadores del desencanto con la directiva. Pero en el fondo es imposible y la indolencia ha empezado a aparecer en una grada que el domingo dio una imagen inaudita dejando el estadio semi vacío en los minutos finales. El Sánchez Pizjuán, que no hace tanto parecía Eurodisney de lo que disfrutaban los suyos, ahora es un martirio para los propios y un disfrute para los ajenos.
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