“Negreira es el pequeño Nicolás, vendía humo y se lo han comprado”
Excolegiados, en un artículo en El País, coinciden en que Enríquez Negreira no tenía influencia alguna para condicionar sus actuaciones.
Siguen saliendo informaciones y reacciones sobre el escándalo por los pagos del Barcelona a José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité de Árbitros. El País ha hablado con varios excolegiados de la época que han definido cómo era Negreira en la época que estaba en activo.
“Estoy sorprendido y avergonzado de que alguien utilice al estamento arbitral para vender humo. Negreira no pintaba nada, no estaba en las designaciones arbitrales, es como un pequeño Nicolás. Ha vendido humo y alguien se lo ha comprado”, afirma enrabietado el excolegiado y miembro del comité arbitral de designaciones Antonio Jesús López Nieto.
“Es un jeta, sin tener un papel relevante en el arbitraje se ha aprovechado de su situación. Yo le veía como uno de esos perfiles que están en la federación para viajar y chupar del bote”, rememora un exempleado federativo. “No habla nunca y cuando lo hace solo se le conocen tres palabras: Mercedes... Chivas... y Davidoff”, llegó a decir el histórico periodista radiofónico y de televisión Alfonso Azuara, recientemente fallecido, sobre Negreira.
“Esto es la incompetencia de un club queriendo controlar lo que no se puede. No hay por dónde cogerlo. Es la ignorancia del Barcelona creyendo que podía controlar el arbitraje a través de Enríquez Negreira. Es no tener ni idea de cómo funciona el arbitraje”, incide el excolegiado y comentarista de la cadena Ser Iturralde González.
“Iba a las concentraciones de los árbitros que hacíamos en Santander: una antes de empezar la temporada y otra a mitad de curso; y no hablaba. Solo nos comentaba en la habitación de hotel en qué grupo estábamos, si en el primero, el segundo o el tercero, según las calificaciones que nos ponían. Y luego era el que llamaba para decir si ascendías o descendías de categoría, nada más”, abunda Iturralde. “A mí nadie me ha ido a recoger en un coche al hotel en Barcelona para llevarme al Camp Nou. Ni a mí ni a otros compañeros a los que les he preguntado. Ni su hijo, que hacía coaching con nosotros, me dijo nunca nada de cómo debí arbitrar”, aclara Iturralde.