Nahuel Molina: “Cuando al inicio no estuve a mi nivel, Simeone me decía: ‘calma, serás importante”
El Atlético ha crecido igual que lo ha hecho el argentino, indiscutible para el Cholo. El campeón del mundo charla con AS del equipo rojiblanco, de la selección, de Messi, de sus inicios...
El Atlético es prácticamente Nahuel Molina (6-4-1998, Embalse, Argentina) y diez más. Tras las dudas de las primeras semanas, el lateral ha despegado, crece en defensa con las masterclass del Cholo y en ataque está cada vez más suelto. El Mundial lo liberó. “Estamos más sueltos”, admite para AS justo antes de un entrenamiento que le señala, de nuevo, como titular.
—Después de ganar 6-1, aunque usted no pudiera jugar por sanción, la semana se lleva mejor, ¿no?
—Sí, siempre es lindo ganar y más como lo hizo el equipo. Así que una semana tranquila, pensando totalmente en el Girona, porque ya no vale lo del otro día.
—Sí sirvió como homenaje al míster, que luego el miércoles tuvo otro. ¿Cómo se ha vivido eso en el vestuario?
—También muy, muy lindo. Por él, por sus logros, por estar tantos años en el Atlético. Fue muy bueno que coincidiera con esta victoria tan importante para el equipo. Así que una semana linda por todo, pero seguimos metiéndole cabeza a lo que queda de campeonato.
—En realidad, usted es de los que menos lo conoce, ¿qué significa para usted Simeone?
—Si bien es mi primera temporada, ya con el hecho de que se haya fijado en mí, de poder estar hoy en el Atlético y defender esta camiseta y estar en el día a día, significa mucho. Intento escuchar cada consejo y cada ayuda a mi forma de jugar, así que contento por estar aquí.
—Él también le ha transmitido confianza en público, tanto en los buenos momentos como en los menos buenos, y ha insistido en que lo quiso en el Atlético…
—Al principio de la temporada, cuando no me tocó y no estuve a mi mejor nivel, siempre me apoyó y me dio esa confianza para que estuviera tranquilo, ‘calma, vas a ser importante para el equipo’. Hoy me siento mucho mejor después del Mundial e intento seguir creciendo para ayudar al grupo.
—El míster insiste mucho en que el equipo es otro después del Mundial. ¿Desde dentro se nota mucha diferencia?
—Sí, sí se nota, más que nada a la hora de jugar. Estamos todos mucho más sueltos, mucho más enfocados. Con el Mundial ahí en el medio se hacía un poco difícil para todos. Todos querían llegar al Mundial y quizá eso jugó un poco en contra. Pero ahora el equipo está bien y tenemos que seguir por este camino.
—¿Afectaba mucho mentalmente la presencia del Mundial?
—No, no es que afectara mucho, pero estaba ahí. Estaba dando vueltas, era un pensamiento. En mi caso jamás, jamás se me metió en la cabeza que me podía llegar a lesionar o que no iba a poder estar en la selección. Al contrario, siempre pensé que tenía que entrenar mejor, tenía que jugar mejor para estar en el Mundial. Ese era mi pensamiento, pero luego es muy personal de cada uno.
“Con el Mundial ahí en medio se hizo un poco difícil; ahora estamos todos más sueltos y enfocados”
—Y los argentinos llegan como campeones del mundo, que también debe dar mucha moral...
—Sí, obvio que afecta lo que conseguimos con Argentina. Fue algo lindo y me da muchas más ganas. Estoy disfrutando de jugar en el Atlético, cómodo, disfrutando de esta posibilidad y con más tranquilidad.
—A quien sí conoce usted bien es a De Paul, que pasó momentos complicados, incluso pitadas en el estadio. ¿También lo ve mejor tras el Mundial?
—Rodri siempre estuvo bien. Y el correr de los partidos te da esa confianza, esa tranquilidad en el juego. Al haber tantos jugadores hay mucha rotación y, por ahí, con la cantidad de minutos que tuvo tras el Mundial se le vio mucho mejor y sé que es un grandísimo futbolista y va a seguir mejorando.
—Hace un par de semanas le tocó uno de los retos más complicados para un lateral derecho: Vinicius. ¿Se afronta diferente por ser quien es y toda la atención que hay alrededor de él?
—Mirá, como lateral todos los partidos para mí son difíciles porque generalmente juego contra el mejor del equipo rival. Es duro. Los atacantes por fuera son todos buenos y muchas veces entra otro fresco en la segunda mitad. Ese día fue difícil no solo por Vinicius, es un derbi, un partido muy importante y lo afronto siempre con la intención de hacer un gran trabajo.
—¿Quiénes son los rivales que más le han hecho sufrir?
—Vinicius es un delantero muy bueno, te encara una y otra vez. Recuerdo a Mbappé en la final del Mundial… Siempre me toca jugar contra el mejor del otro equipo o uno de los mejores. E intento estar mentalizado en defender, que es lo que tengo que hacer y en sumar.
“Ser lateral es duro, juego contra el mejor de cada rival: Vinicius, Mbappé...”
—Viendo esta semana los partidos de Champions y Europa League, ¿no les da un poco de rabia no ver al Atlético ahí, ahora que el equipo está mejor?
—Sí, yo creo que sí. Todos queremos jugar la Champions y sabemos que no lo hicimos bien y eso nos costó estar hoy fuera. Ahora toca un buen trabajo en la Liga para la temporada que viene estar y hacerlo mejor.
—¿Qué retos quedan esta temporada aparte de entrar en Champions? ¿Marcar su primer gol?
—Sí, me encantaría, pero yo entro en los partidos pensando en defender. Yo no soy delantero. Después si me toca hacer un gol o seguir sumando asistencias, bienvenido sea. Pero no voy con esa mentalidad.
—Por su forma de jugar, ¿prefiere una defensa de cinco que la de cuatro?
—Al final no cambia mucho, porque el Cholo sí me da la posibilidad de que ataque. Con tres centrales sí puedo ir un poco más arriba, pero ya es decisión del entrenador, de cómo quiera plantear cada partido.
—¿Dónde empezó a jugar al fútbol?
—En mi pueblo, Embalse, en el club de ahí. Es un pueblo chiquito, pero se juega al fútbol en las calles, en la escuela…
—Siendo niño estuvo cerca de fichar por el Barça, ¿cómo fue aquello?
—Cuando era chico, en Argentina había una escuelita del Barça y ahí fue donde estuve. Vine a Barcelona a hacer unas pruebas incluso. Estuve dos años en la escuela y después ya pasé a Boca e hice todas las categorías juveniles ahí.
—¿Le tiraba el Barça?
—Es que en Argentina, cuando yo era chico, uno miraba mucho a Messi. Ahora me toca vestir la camiseta del Atlético y estoy superfeliz. Yo soñaba con llegar a un grandísimo club de Europa y por eso disfruto mucho de estar acá.
“Veo a De Paul cada vez mejor y seguirá creciendo”
—¿Y cómo recuerda el debut con Boca Juniors, con solo 17 años?
—Fue inolvidable. Jugar con toda la gente de Boca, que es muy especial y apasionada. Lo llevo dentro, es un grandísimo recuerdo haber jugado en ese club y por todas las posibilidades que me dio, no solo en el fútbol, sino que también me criaron porque fui de muy chico. Estoy muy agradecido a Boca.
—Una figura importante fue Arruabarrena, ¿no?
—Sí, el Vasco. Me subió a Primera y me dio la posibilidad de tener algunos partidos. Después cambiaron de técnico y me tocó rotar un poco más, pero al Vasco le estoy muy agradecido.
—Y llegó el momento más duro. La salida de Boca y ese momento, en 2020, en que se queda sin equipo…
—Sí. Había estado cedido en Defensa y Justicia y en Rosario Central, luego me quedaban solo seis meses de contrato y no pudimos llegar a un acuerdo. Y en el medio de todo llegó la pandemia y estaba sin club.
—¿Y no temió que su carrera se pudiera complicar?
—Sí, en ese momento no lo pasé muy bien, porque obviamente siempre quise estar en el club y no se me pudo dar. Pero también contento con el Udinese, que en ese momento se fijó en mí y me dio la posibilidad. Así que fue algo malo y lindo a la vez, porque me dio la oportunidad de llegar a Italia y conocer el fútbol europeo.
—¿Fueron difíciles ese salto a Italia y la adaptación?
—Fue complicado, encima hacer todo el cambio en plena pandemia… Tuve suerte de que había bastantes argentinos en el club y eso me dio una mano grandísima. Ellos me marcaron en el camino para poder hacer mi juego y disfrutar. Así que muy agradecido.
“De chico tenía a Messi en la Play y de repente estoy jugando con él”
—Y en el Udinese le llega el premio de la selección, justo a tiempo para la Copa América 2021.
—Vestir la camiseta de Argentina es lo máximo para mí y poder estar hoy en día ahí, buf... Lo que me tocó vivir en el Mundial y la exigencia que tiene, porque Argentina siempre ha tenido grandísimos equipos y tantísimos jugadores buenos, lo disfruto mucho y lo hago con mucha responsabilidad.
—Ahora que se puede recordar con cariño, ¿cómo fue el día de la derrota con Arabia Saudí?
—¡Ufff! Fue terrible. No solo porque veníamos de una seguidilla de partidos muy buena previa al Mundial, es que perder el primer partido fue algo muy duro. En parte también fue algo que nos ayudó. Nos hizo más fuertes como grupo y nos empujó a mentalizarnos de que si queríamos llegar a la final teníamos que dejarlo todo. Así que creo que nos unió más.
—Antes comentaba que de chico veía por la tele a Leo Messi. ¿Cómo es jugar con el que ha sido su ídolo y ahora es su capitán?
—También muy especial y muy, muy lindo poder estar con él en la cancha y compartir vestuario y charlas con él. De chico lo veía en la tele o lo tenía en la Play y de repente estar ahí y jugar con él es muy lindo y lo disfruto mucho.
—Me imagino que en Embalse usted será ya un ídolo…
—Volví tras el Mundial, pero estuve muy pocos días, solamente para Navidad porque me volví para Madrid, que teníamos partido. Pero sí, obvio, me gusta ir cada vez que tengo tiempo e intento también acercarme al club donde empecé. Y sé que todos los chicos también se acercan y están pendientes, así que me pone muy feliz.