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CELTA

Nadie al volante desde hace tres meses

El Celta continúa sin director general tras anunciar el 6 de junio la marcha de Antonio Chaves. Otros tres despachos de A Sede llevan semanas vacíos.

El director deportivo externo Luís Campos y la futura presidenta Marián Mouriño durante la rueda de prensa de presentación del entrenador Rafa Benítez.
Lalo R

Durante 15 años se dio por sentado que en el Celta absolutamente todo necesitaba el visto bueno de Antonio Chaves. No se trataba de ninguna hipérbole. La omnipresencia del director general era tal que decidió marcharse hace tres meses y su despacho continúa vacío. Desde el pasado 6 de junio no hay nadie al volante en A Sede. La semana grande del Centenario y el mercado de fichajes han puesto de manifiesto el vacío de poder que reina en el club de la familia Mouriño.

La entidad olívica oficializó en las últimas horas el adiós de Julio Vargas, director de Seguridad e Instalaciones. Tras esta salida ya son tres las áreas que carecen de un máximo responsable. A lo lo largo de este verano también hicieron las maletas el director de Comunicación, Marco Rocha, y el de la Cantera, Carlos Hugo García Bayón. Ninguno de ellos tiene substituto.

Para reordenar su organigrama el Celta se decantó por Fran Canal, director general de Osasuna, pero a finales de julio el ejecutivo ourensano dio plantón al proyecto celeste. Renovó en Pamplona cuando ya había empezado a ejercer -sin ser anunciado oficialmente- en Vigo. El shock de quedarse sin Canal ha dejado al presidente Carlos Mouriño y a su hija Marián, su sucesora y quien en la práctica lleva el peso del club, sin capacidad de respuesta. No había plan B para suceder a Antonio Chaves y la ausencia de un director general explica las dos grandes decepciones de las últimas semanas.

Los festejos del Centenario estuvieron muy lejos de las expectativas generadas por el propio club. La celebración del 100 aniversario resultó casi invisible para la afición y la gota que colmó el vaso de la paciencia de los celtistas fue no poder acceder al cumpleaños oficial celebrado el 23 de agosto en la ciudad deportiva Afouteza. Ese enfado lo rebajó el partido de leyendas, gracias al impulso que le dio Míchel Salgado al conseguir reunir en Balaídos una constelación de estrellas del pasado.

La parálisis resultó igual de evidente en el mercado de fichajes. La labor del director deportivo externo Luís Campos generó muchas dudas tal y como sucedió un año antes. Si en el verano de 2022, con el entrenador argentino Eduardo Coudet montando en cólera, tuvo que tomar las riendas de varias operaciones Antonio Chaves para cerrarlas, en esta ocasión algunas quedaron directamente sin completar. El secretario técnico portugués, que vivió un verano frenético en París con el otro club al que presta sus servicios, no logró reforzar la plantilla con el mediocentro solicitado por Rafa Benítez. El deseado centrocampista se le resistió incluso una vez que se concretó el traspaso más alto en la historia celeste, el de Gabri Veiga al Al Ahli por 35 millones de euros.

Los servicios mínimos en A Sede se mueven en la frontera de un ‘cerrado por vacaciones’ en esta semana de parón en la Liga. Sirva como ejemplo que ni siquiera han sido presentados a los medios de comunicación los dos últimos refuerzos. El Celta no da señales de vida y probablemente estas no se produzcan hasta que oficialmente Antonio Chaves tenga sucesor.