Nacho se queda sin razones
Su cambio en Múnich para recolocar a Tchouameni en su lugar le empuja hacia la salida pese a su buen papel en Mánchester. Se piensa el jugar en EEUU.
La tablilla en el Allianz mostró un número extraño. El 6. Nacho era el elegido por Ancelotti para ser el primer sustituido del Real Madrid en Múnich. El capitán, fuera; Tchouameni, recolocado como central. Nacho se fue mascullando al banquillo en un cambio que vuelve a situarle como un eslabón débil en los planes de Carletto. Y otro argumento a uno de los platillos de la balanza con la que calibra su futuro. Al platillo de irse.
Nacho viene meditando desde hace tiempo a dónde encaminará su carrera, porque le tienta seguir al menos un año más. Tiene propuestas de Estados Unidos, una posibilidad muy atractiva en el horizonte y que ya contempló el verano pasado. En la despedida de la pasada temporada, con el Bernabéu casi vacío tras un 1-1 con el Athletic que cerraba el curso, se vio al central tumbado en el Bernabéu, mirando al cielo, pensativo y jugando con dos de sus hijos, Sandra y Guille. Parecía un adiós, pero al final se decantó por prolongar su larguísima estancia en el club y poder lucir así el brazalete. La recompensa le vino cuando pudo levantar la Supercopa de España como capitán y le vendrá de nuevo, como poco, para celebrar la Liga 36 que el Madrid prácticamente toca con ambas manos.
Aun así, Nacho no se conforma solamente con ese honor. Se siente competitivo y aunque no esté siendo la mejor de sus temporadas, mostró su acreditada solvencia en la resistencia numantina en Mánchester. Aquella noche, hizo de capitanísimo: lanzó uno de los penaltis (y marcándolo) pese a no ser un especialista en la materia. Un notable papel contra Haaland y la avalancha ofensiva citizen sin Tchouameni, sancionado. Pero casi a las primeras de cambio, y con 2-1 en el marcador, los led de la tablilla indicaron el dorsal de Nacho. El movimiento estratégico de su entrenador, con Tchouameni, que habla por sí mismo.
Para Nacho es un jarro de agua fría por mucho que aún le queden la vuelta contra el Bayern, en la que su titularidad está más que comprometida por el propio Tchouameni y Militao, y una eventual final en Londres. Aunque en la Decimocuarta dio el callo como titular en las tres famosas remontadas, PSG, Chelsea y City, ni siquiera eso le valió para ser titularísimo la temporada siguiente. Motivos para no querer volver a subir la piedra por la montaña, como Sísifo, otro año más.
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