Mucha pelota, poco remate
El Real Madrid registró contra el Espanyol el partido con más posesión (72%) pero con menos remates (16) de la temporada.
El Real Madrid logró este sábado una victoria sólida por 2-0 frente al Espanyol en el Santiago Bernabéu. Cinco jornadas de Liga, cinco victorias. Pleno. Pero más allá del resultado favorable, el encuentro dejó un matiz estadístico que invita al análisis: fue el partido con mayor posesión de la temporada (72%), pero al mismo tiempo, el que menos disparos registró el club blanco, con 16 (la mitad de ellos de Mbappé).
El dominio territorial y de balón fue incuestionable. Volvió a serlo. Los de Xabi Alonso controlaron los ritmos del juego desde el inicio, imponiendo una circulación paciente y acumulando fases largas de posesión. Sin embargo, esa superioridad en el manejo de la pelota no se tradujo en una abundancia de ocasiones claras. Un aspecto que empieza a ser repetitivo. En sus otros dos partidos ligueros en casa (contra Osasuna y Mallorca) tampoco tuvieron muchos más remates (18 y 17, respectivamente) que en el encuentro ante los ‘periquitos’.
De hecho, en el último compromiso liguero contra la Real Sociedad, los merengues jugaron con un futbolista menos durante buena parte del choque tras la expulsión de Dean Huijsen en el minuto 32. Pese a la inferioridad numérica, el Madrid firmó 23 disparos, una cifra notablemente superior a la registrada frente al Espanyol con once hombres sobre el césped y un control absoluto de la posesión.
El contraste invita a reflexionar sobre el estilo de juego desplegado. La acumulación de pases, si bien eficaz para desgastar al rival y evitar sustos en defensa, no siempre desembocó en profundidad ni en desborde. La producción ofensiva se redujo a ráfagas y a los disparos desde fuera del área. Suficiente para asegurar el triunfo -con golazos de Militao y Mbappé-, pero alejada de la contundencia mostrada en otros encuentros como el del Olympique de Marsella en Champions o el del Oviedo en el Carlos Tartiere.
La victoria, en cualquier caso, refuerza la condición de invicto del Real Madrid en este arranque liguero. No obstante, el debate táctico queda abierto: ¿debe priorizarse el control absoluto del juego aunque implique una menor frecuencia de disparos, o conviene mantener la verticalidad que históricamente ha caracterizado al equipo blanco? La respuesta, como siempre, estará en el equilibrio.
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