Morata y cía tienen en sus pies el destino sevillista de Nyland
Doble prueba para el meta noruego ante España: dar esperanzas de clasificación a su país y consolidar su titularidad con el nuevo técnico, Diego Alonso.
Orjan Nyland tiene este domingo la importante papeleta de echar el cerrojo ante España y conceder a Noruega la posibilidad de clasificarse para la Euro 2024, pero de su actuación podría depender también que Diego Alonso decida qué guardameta coloca en su primer partido, ante todo un Real Madrid, el sábado de la semana que viene. El portero nórdico se ha hecho con la titularidad bajo los tres palos en Nervión y encadena cuatro encuentros de LaLiga y uno de Champions. Pero la sombra de Marko Dmitrovic, que partía como favorito de José Luis Mendilibar, pesa sobre él.
Mendilibar comenzó la temporada, una vez traspasado Bono, apostando por Dmitrovic. Pero desde la visita a Pamplona, en la que el Nyland consiguió mantener la meta a cero, la titularidad ha recaído en el noruego. Por ahora, durante estos días, el serbio ha contado con una ventaja: el nuevo entrenador del Sevilla ha trabajado con sólo con él, pues Orjan no vuelve a Sevilla hasta el lunes. Marko ha jugado lo mismo que su competencia: cuatro partidos ligueros y otro de Champions, el primero ante el Lens.
La falta de seguridad en varias jugadas y la sensación de que podría haber hecho más en otras provocaron que el técnico de Zaldibar apostara por el cambio de cancerbero cuando casi nadie lo preveía. Nyland llegó, a priori, como sustituto de un Dmitrovic que haría salvo lesión o sanción de número 1 fijo para Mendi, pero ese plan saltó por los aires y el noruego es ahora mismo el dueño del puesto. A la espera de ver qué decide Diego Alonso, claro.
Una hecatombe ante Morata y compañía podría cambiar ese momentáneo destino, claro. Seguro que el nuevo entrenador nervionense está pendiente de lo que hacen sus internacionales, sobre todo con los dedos cruzados para que no haya lesiones, pero también del rendimiento y más en un caso tan específico como es el de la portería. Así que Nyland, en Oslo, puede matar dos pájaros de un tiro: darse una alegría nacional y, de paso, consolidar su titularidad bajo los tres palos del Sevilla.
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