Moleiro recupera su olfato

Tras las tormentas del parón de octubre la bonanza parece ir acercándose a las costas canarias. A la décima posición liguera —lo más importante como dijo García Pimienta— se le van sumando buenas noticias: no hubo resbalón ni sonrojos en Manacor y poco a poco la U. D. va sumando efectivos y efectividad a sus filas. Algo que va a necesitar ante el ogro que viene a verla el viernes, el Atlético de Madrid.

De esos efectivos que se añaden y que traen efectividad bajo el brazo, quizá el más ilusionante es Alberto Moleiro. El joven atacante va cogiendo al golpito su punto de nieve desde su debut. Ante el Rayo Vallecano, a pesar de acabar mimetizándose con un partido sin ritmo, desenmarañó el encuentro en su primer minuto en el campo con una internada y un tiro cruzado que se fue lamiendo el palo.

En el Power Horse Stadium, en su segunda aparición, su comportamiento fue menos fulgurante pero con más crescendo. Y es que ante el Almería arrancó más apagado que en su debut en Primera pero con el transcurrir del encuentro, seguido del repliegue andaluz tras su tanto del empate, empezó a merodear el gol con un pase profundo a Araujo que pudo ser asistencia y un tiro desde la frontal que encogió el estómago de los presentes.

Ese gol que tanto no conseguía, lo consiguió anoche en el otro archipiélago español, descorchando por fin su botella. Decíamos que se le resistía el gol porque llevaba algo más de una temporada de sequía, desde mayo de 2022, ante el Oviedo en el culminante encuentro que valió una promoción. Y sin embargo, siempre estuvo cerca de la red. No en vano acumuló en la 2022-23 cinco maderas, el que más de Segunda, empatado con Jonathan Viera y se quedó a una pase de gol de ser el que más asistió el año pasado en la categoría de plata.

Su vuelta al campo, estuvo fuera del césped desde la última semana de pretemporada hasta el 22 de octubre, llega en el momento más oportuno y con la necesidad de los canarios de ir supliendo y reorganizando sus roles ante la ausencia de Jonathan Viera. La demarcación y zona de influencia del 10 se asemeja a la del 21. Lástima para el aficionado futbolero que ambos talentos no parece que vayan a mezclar mucho en Primera División.

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