Modric ve la luz
El croata, clave en la remontada del Clásico con una asistencia a Bellingham, justifica su reclamación a Ancelotti de esos minutos que ahora llegarán sin Tchouameni.
Carlo Ancelotti no lo veía claro y en el minudo 63 del Clásico de Montjuïc decidió apostarlo todo a la carta de la experiencia: sacó del campo a Kroos (33 años) para dar entrada a Modric (38), un veterano rodeado por noveles (Bellingham, Vinicius, Tchouameni, Valverde, Camavinga...) con la clara misión de dar claridad al centro del campo del Real Madrid, que caminaba a oscuras. Sólo seis minutos después, casualidad o no, llegó el empate de Bellingham. Y hasta el final, el Madrid acogotó al Barça en busca de una remontada que llegó en el 92′, de nuevo con tanto del inglés a remate de un control defectuoso del croata que terminó en pase definitivo. No cualquiera da asistencias sin quererlo, pero lo que sí quería y en efecto consiguió Modric fue mandar un mensaje: no está acabado. Ni está cerca de estarlo.
El inicio de curso del balcánico había causado perplejidad, a él mismo y al resto: ha participado en 12 de los 14 partidos blancos de momento, pero sólo en cinco como titular. Lo fue en el Metropolitano ante el Atleti, pero el resultado no dejó satisfecho a Ancelotti, que le retiró en el descanso y, desde entonces, le ha relegado a un rol suplente que tiene al de Zadar con la mosca detrás de la oreja. “Así está la situación, pero no quiero eso. Me siento bien, quiero jugar, si es posible cada tres días”, explicó durante el último parón de selecciones. Ancelotti reconoció en rueda de prensa que Modric anda “enfadado” con su nuevo estatus, pero ello no ha cambiado su parecer: en Sevilla fue supente, jugó los 90 minutos en Braga y en Barcelona volvió al banquillo. Desde allí se reivindicó y empezó a ver la luz, el día que cumplió 500 encuentros con el Madrid.
“No tenemos un problema con Modric”
En los poco más de 33 minutos que tuvo en Montjuïc le dio para entregar una asistencia, dar 24 pases buenos de 27, poner tres centros al área e intervenir en el juego hasta 34 veces. Su entrada le cambió la cara al Madrid, bien apoyado por Camavinga desde la izquierda. Y precisamente ellos dos ven cómo las próximas semanas adquieren un plus de importancia para ambos debido a la inoportuna lesión de Tchouameni (ver página 4), que le tendrá fuera de juego entre seis y ocho semanas. El ex del Rennes gana enteros para alejarse del lateral y poder rendir donde él quiere, como pivote defensivo; y Modric ve cómo afloran los minutos en la medular para poder demostrarle a Carletto que aún puede ser titular en este Madrid pleno de savia nueva.
“Modric cambió la dinámica, porque con él tuvimos más control de balón y el Barça dio un paso atrás en la presión”, explicó Ancelotti tras el partido. Un análisis certero, aunque quizás algo desapasionado tratándose de una pieza clave en los dos equipos blancos con los que Carletto levantó la Champions. “No tenemos ningún problema con él, la competencia es alta y puede pasar por el banquillo. Le tengo gran respeto, pero son decisiones que a veces cuestan mucho”, se había explayado ya el técnico en la visita a Nápoles. De allí salió Modric con apenas 25 minutos sin mucho peso; del Clásico se va con 33′ que lo cambiaron todo. Y que él espera que cambien su futuro a corto plazo.
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