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REAL MADRID

Modric sigue vigente

El croata volvió al once tras sus tres suplencias consecutivas y cocinó la goleada blanca contra Osasuna. Se exhibió en la sala de máquinas y recordó que su fútbol sigue sin fecha de caducidad.

Luka Modric durante una jugada del partido.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El Santiago Bernabéu en pie y ovación cerrada en el 79′. “Modric, Modric, Modric”. Luka dejaba su lugar a Brahim después de un partido de chiribitas. Eran tres los encuentros donde el croata no veía su 10 en la pizarra inicial. Tres suplencias (Las Palmas, Girona y Nápoles) consecutivas, sin minutos las dos primeras, por primera vez desde que aterrizó en el Real Madrid en 2012. Y a la cuarta, el genio de Zadar volvió a su hábitat natural y no paró de frotar la lámpara. Comenzó en una posición más adelantada, incluso más que Bellingham, pero fue un espejismo. Su trabajo fue cavar los cimientos de la goleada desde el corazón de la sala de máquinas.

El primero lo celebró Bellingham y Carvajal le habilitó con una descarga de 9, pero fue Modric, con un pase de tiralíneas, el que descerrajó a la zaga rojilla y por ende el partido. A partir de ahí, fue un paseo blanco y el ritmo lo marcó el 10. Tras el refrigerio telegrafió un envío a la espalda de Osasuna que Joselu, tras error de David García, casi enjaula y antes de la despedida con honores, talonó una dejada que Carvajal golpeó con el exterior casi como un homenaje.

Luka fue el único que superó el centenar de intervenciones (101) en el duelo, completó más pases que nadie (84, por delante Tchouameni -83-) y con un estupendo 90%, teniendo en cuenta la verticalidad que el croata imprimió a su fútbol. Nueve de esos envíos fueron en largo, ya fuera en descarga para obligar a Osasuna a bascular o con colmillo buscando el área rival. Mientras que sus 19 pases al último tercio del campo también fueron medalla de oro y se colgó la plata en recuperaciones, con seis tras un Valverde omnipresente (12). Un encuentro redondo cuando el runrún tintineaba.

“El Modric de siempre, con su calidad y compromiso”

Y contra las dudas, Luka demostró que el violín sigue afinado, que su fútbol, aunque deba espaciarse ante la superpoblación de la demarcación y la pujanza del relevo natural, sigue sin fecha de caducidad. En duelos de transición o en partidos de rompe y rasga, como se presuponía que sería el de Osasuna. Por nivel, no hay debate. Tampoco para Ancelotti: “El de siempre, con su calidad y compromiso”. Modric sigue vigente.

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