Mingueza encuentra su sitio
Giráldez devuelve al catalán a sus orígenes como central, posición en la que está respondiendo con su mejor versión.
Hace solamente dos meses, Óscar Mingueza comparecía ante la Prensa para reconocer su nueva obsesión: colaborar con goles e incrementar el número de asistencias. Era una reflexión en alto fruto del nuevo rol que le acababa de asignar Rafa Benítez en su esquema de juego, prácticamente como extremo derecho. Apenas quince días después, el catalán prolongaba la estadía del técnico madrileño en el banquillo gracias a un soberbio tanto desde fuera del área frente al Almería. Sin embargo, esa estabilidad únicamente duró diez días, el tiempo que tardó el Celta en perder de nuevo (4-0 frente al Real Madrid) y se acordó la destitución de Rafa Benítez.
Mingueza llegó en verano de 2022 para reforzar la retaguardia viguesa, en principio el puesto de central aunque ocasionalmente pudiera jugar de lateral derecho. Es más, el carril diestro estaba cubierto con Hugo Mallo y Kevin, por lo que su fichaje iba claramente enfocado a competir en el eje de la zaga. Sin embargo, apenas ha ocupado esa posición en los más de 50 partidos que acumula como celeste. Con Coudet apenas tuvo participación y Carvalhal llegó a decir que “Mingueza no es un defensa central, puede ser lateral o medio”. Este último verano llegó Benítez al banquillo, otro entrenador que descartó utilizar al catalán como central.
De hecho, la metamorfosis de Mingueza durante la etapa de Benítez fue asombrosa. El catalán empezó actuando como lateral con recorrido, luego se incorporó al medio para ejercer de interior y acabó actuando de extremo, con mucha más responsabilidad ofensiva que defensiva. La llegada de Claudio Giráldez, en cambio, le ha devuelto a los orígenes. El ex jugador del Barça es clave en la salida de balón desde atrás en el equipo celeste, actuando como central diestro en la línea de tres que emplea Giráldez en la retaguardia.
En los dos primeros partidos de la revolución Giráldez, Mingueza ha demostrado que no se le ha olvidado jugar de central. Al contrario, su rendimiento está siendo sobresaliente. La labor del catalán es iniciar la jugada desde la retaguardia, con pases progresivos que sirven para saltar líneas y activar la circulación ya desde atrás. Además de esa faceta, también se está mostrando fiable en defensa, sin ningún error de bulto hasta la fecha, ganando las batallas individuales a los delanteros. En ese sentido, su velocidad para correr a campo abierto le permiten adaptarse con mayor facilidad al nuevo estilo de juego celeste. Por eso es uno de los intocables de Giráldez.
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