Mikel Lasa: “Me quedo con Mendy antes que con Davies y Miguel Gutiérrez”

A Mikel Lasa (Legorreta, Guipúzcoa, 1971) los madridistas aún le recuerdan por su golazo al Sevilla desde 58 metros en 1995. Lateral zurdo de largo recorrido, se considera un hombre “chapado a la antigua”. Debutó con 17 años en la Real Sociedad de la mano de John Toshack, con 19 fichó por el Real Madrid, donde militó durante 6 temporadas, y en el Athletic de Bilbao cerró el círculo en la élite antes de apurar los últimos sorbos de la botella del fútbol en Murcia. Se formó como entrenador y ha trabajado en China y Guinea Ecuatorial. La Fundación del Real Madrid ha recurrido a él para visitar y aportar su experiencia en sus escuelas de Chile y Paraguay. Ahora aguarda un proyecto seductor para volver a ponerse el chándal y calzarse las botas. Vive en San Sebastián, visita con frecuencia a su hija mayor en Madrid y verá el duelo de Anoeta con la tranquilidad de que no se enfadará gane quien gane.

P. Vistió tres camisetas en Primera. Como aficionado, ¿cuáles son sus colores?

R. Soy de la Real Sociedad desde pequeño. Crecí en mi pueblo siguiendo y apoyando a mi equipo y, aunque tengo mucho cariño al Real Madrid y al Athletic, soy txuri urdin.

P. Entonces hoy no tiene dudas…

R. En el Real Madrid me trataron de maravilla durante seis años y si necesitase más los tres puntos que la Real lo apoyaría, pero con el título de liga casi en el bolsillo al equipo de Imanol le hace más falta la victoria para meterse en Europa. Sería una hecatombe que el Madrid no ganase el título tras su victoria en el Clásico.

P. Se esperan rotaciones de Ancelotti…

R. Da igual. El Madrid siempre compite al máximo, con los jugadores que salgan y contra el rival que tenga enfrente. Además, sólo ha perdido un partido en toda la temporada. Será complicado para la Real.

P. ¿Le impresionó más la resistencia en Manchester o la remontada del Clásico con el cansancio acumulado?

R. Lo de Inglaterra fue casi épico. El City llevó al límite a los jugadores y supieron resistir hasta el final. El Clásico estuvo muy bien, pero lo de Mánchester fue heroico.

P. Usted estuvo en el Madrid desde 1991 a 1997. ¿Ese ADN competitivo y el espíritu de no rendirse jamás ya lo vivió?

R. Sí. Esto no es de hoy. Esos valores y ese ADN se van transmitiendo de generación en generación, de veteranos a noveles, como dice el himno. A mí me los trasladaron los pesos pesados del vestuario cuando yo llegué, especialmente todos los de la Quinta del Buitre. Lo que pasa es que las últimas remontadas del Bernabéu han sido hazañas vistas mundialmente, pero esos valores ya existían. Cuando llegas nuevo los veteranos se encargan de que sepas lo que es el Madrid.

P. Antes de llegar al Madrid, a usted le hizo debutar Toshack con 17 años en el primer equipo de la Real. ¿Cómo fue el estreno?

R. Yo era un pipiolo y me entrenaba con el primer equipo. Un día me convocó para jugar contra el Stuttgart en la UEFA. Me quedé de piedra. Ese mismo día hicimos algo de activación por la mañana en el campo y en un momento dado me llamó. Estaba a su lado Arconada, una institución del club, que aún jugaba como portero. Yo temblaba.

P. ¿Y qué le dijo?

R. Me preguntó si quería jugar por la tarde. Me quedé a cuadros. Hablando claro, me entró un cagazo enorme, pero no podía decir otra cosa que un sí rotundo. Él me contestó: “Pues prepárate porque vas a ser titular”. Me entró un nervio difícil de explicar. La verdad es que me fastidió la siesta (risas). Los alemanes nos eliminaron por penaltis, pero a mí me salió un partido bastante bueno.

P. ¿Sus seis años en el Madrid fueron una montaña rusa?

R. Totalmente. Tuve altibajos continuamente. Hubo épocas de jugar mucho y otras de hacerlo poco. Hubo rumores de salida varias veces, pero aguanté y fueron seis años maravillosos.

P. ¿Ha visto muchas veces su gol al Sevilla desde campo propio?

R. Pocas. No soy muy de recordar el pasado. Además, no fue mi favorito, aunque lo marqué en el Bernabéu. Yo prefiero el que logré en la final de la Copa del Rey de 1993 ante el Zaragoza en Valencia. Butragueño, el nene como le llamábamos todos, marcó el primero y yo hice el segundo. Fue mi primer título con el Madrid y como futbolista. Me hizo mucha ilusión y por eso le tengo más cariño.

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P. Usted sufrió las dos ligas perdidas en Tenerife, ¿cuál fue más dolorosa?

R. En mi opinión la primera. En la segunda estábamos más al límite, pero con la primera no contábamos ninguno.

P. Coincidió con el Barça de Cruyff, ¿eran superiores?

R. Practicaban un fútbol distinto al nuestro, eso seguro. Hacían bien las cosas y tenían un estilo particular. Digamos que no teníamos el mismo método.

P. Después de cinco años de sequía, en 1995 por fin se gana la liga con Valdano…

R. Hubo una celebración acorde con el éxito y la racha negativa que habíamos enterrado. Además, ese año nos sacamos una espina clavada. El Barça nos había metido un 5-0 el año anterior (1994) y pudimos devolverles la manita. Recuerdo que era un 7 de enero, que Zamorano marcó un hat-trick y que Amavisca y Luis Enrique redondearon la faena.

P. Ha tenido entrenadores de perfiles y estilos muy distintos, como Toshack, Floro, Capello, Clemente, Valdano…,¿con cuál se identifica más?

R. Lo inteligente es tratar de aprender lo mejor de cada uno. Lo más fácil sería decir que con el que más he jugado, pero no sería justo. He intentado ser una esponja y absorber conocimientos para mejorar mi comprensión del fútbol.

P. Floro introdujo la figura del psicólogo, algo que antes era algo muy novedoso en el fútbol. ¿Qué recuerda de Emilio Cidad?

R. Fue algo muy curioso y vivimos experiencias insólitas.

P. Cuente alguna…

R. Por ejemplo, antes de jugar en El Sadar, un campo hostil, nos llevaba al gimnasio y mientras caminábamos él iba con un pulverizador simulando que los hinchas rivales nos estaban escupiendo. La idea era aguantar y no hacer caso. Emilio iba pulverizando a todos buscando nuestro autocontrol para no reaccionar.

P. ¿Alguna otra?

R. También llevaba a veces tarjetas en el bolsillo y a lo mejor salías de la ducha y te lo encontrabas sacándote una tarjeta amarilla, como si fuera un partido, para no tener reacciones malas en el campo ante una cartulina repentina. Lo primero que decías era: “Joder, ¿qué hace este hombre?”. Era bastante chocante, por no decir otra cosa.

P. ¿Provocó muchas risas en el vestuario?

R. Ya se puede imaginar. No estábamos habituados a algo así. Era algo inédito. Visto en perspectiva tiene su lógica, pero en aquella época nos parecía raro. Debo reconocer que tuvo bastante mérito aguantándonos porque una plantilla de 24 jugadores jóvenes que se encuentra algo así se lo toma con sorpresa y algo de guasa, vamos a llamarlo así.

P. Usted fue lateral izquierdo. Escoja entre Mendy, Davies y Miguel Gutiérrez para ser el ‘3′ del Madrid.

R. Los tres son muy buenos, pero me quedo con Mendy. Con él las cosas han funcionado bien y ya sabe lo que es la exigencia de jugar en el Madrid.

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P. ¿Y el mejor que ha visto nunca en esa posición?

R. Dudo entre Gordillo y Camacho.

P. ¿Por encima de Roberto Carlos y Marcelo?

R. Soy chapado a la antigua y reconozco la inmensa calidad de ambos, pero destaco un poco más a los otros dos. Y eso que Roberto ha sido compañero y amigo mío. Era un portento físico y un fenómeno por la banda izquierda. Yo le vacilaba y le decía “enano, vienes de jugar todo con la selección brasileña, de un viaje muy largo, estarás cansado y nos toca un partido no muy exigente. Dile al míster que tienes una sobrecarga y déjame jugar a mí, pero el tío se reía y acababa jugando él”.

P. ¿La 15ª llegará este año?

R. Ojalá. De los cuatro que quedan el Madrid es el favorito, pero los partidos hay que jugarlos y jamás se debe dar nada por hecho. El Bayern es un equipo que merece un enorme respeto, aunque no esté en su mejor momento, pero considero que el Madrid está un poco por encima.

P. ¿Su mejor recuerdo deportivo es el oro olímpico del 92?

R. Eso fue espectacular, pero mi mejor recuerdo del fútbol son los amigos que he hecho, las experiencias que he vivido y lo feliz que he sido. Hace poco he estado en Chile, llamé a Zamorano y me dijo que me ayudaría en todo lo pudiera. Ese es mi mayor éxito.

P. ¿Usted es pro VAR?

R. Para nada. Está desvirtuando el fútbol. Pensé que iba a ayudar, pero está complicando todo. Y las nuevas normas también. Hay manos y penaltis que se pitan y nadie entiende. Es posible que sea muy antiguo, pero hay cosas del fútbol actual que no comprendo.