Miguel achica a Haller
El delantero vallisoletano le está ganando la partida de la titularidad a base de empuje y virtudes que van más allá del gol. Ante el Celta o el Girona ha dado recitales de esfuerzo.
En principio parecía un partido perdido. Miguel contra Haller. La victoria estaba cantada para el segundo, todo un subcampeón de Europa aterrizado en el Leganés como fichaje estrella y con el ánimo de recuperar al sur de la capital aquella versión que lo convirtió en el recambio de Haaland en el Borussia Dortmund. Pero el paso del tiempo ha demostrado que en el fútbol no hay partido sencillo. Ni siquiera en duelos individuales por hacerse con un puesto. En Butarque hay remontada. Y ahora es Miguel el que le achica el espacio a Haller.
Suya está siendo la victoria en los últimos partidos en lo que a titularidades y trascendencia en el equipo se refiere. Contando desde la llegada de Haller a Madrid, el ariete costamarfileño ha disputado siete partidos (todos en Liga), con 390 minutos y cinco titularidades. En el mismo periodo, Miguel ha acabado adelantándole en minutos (436 minutos) y partidos disputados (ocho, incluyendo uno de Copa).
Sólo no le ha adelantado en titularidades (cuatro), aunque en los últimos tres duelos de Liga ha sido pieza básica con un derroche y versatilidad que le pone complicado el retorno a Haller, aquejado de problemas físicos, pero también cada día que pasa con la duda razonable de si sus virtudes pueden adaptarse al equipo… y si el equipo es capaz de aprovechar sus potenciales.
Ganador en esfuerzo y versatilidad
El caso es que Miguel brilla. Y Haller, se ausenta. En goles los dos se han quedado sin mojar este curso, pero sucede que con Miguel, su esfuerzo acaba generando recursos para el equipo que terminan cristalizando en otros intangibles que se valoran mucho. En el banquillo. En la grada. Contra el Girona, en la última jornada, su recital de generosidad incluso jugó en su contra. El vallisoletano tuvo varias ocasiones para jugársela… pero prefirió jugarla a compañeros peor colocados.
Deslices que demuestran su anhelo por ser más un ‘9′ colectivo que individualizado. Resultado: su participación en dos de los tres goles blanquiazules. En el primero, con un desmarque de arrastre que liberó espacio para que Altimira encontrara a Darko y él, a Tapia. En el segundo, con la presión que propició el robo de Darko y su pase a Juan Cruz. Miguel la dejó pasar y el argentino embocó con un excelente remate.
Los números, con todo, dibujaron una suerte de actuación discreta que en realidad no lo fue, porque su presión constante y posibilidad de jugar por los costados (en la segunda mitad cayó a la derecha para frenar las subidas de Miguel Gutiérrez) facilitaron que el Leganés se sintiera más cómodo en ataque y defendiera mejor en la segunda mitad. Datos que no muestran las estadísticas porque el fútbol no es sólo un deporte de números.
Ansioso de marcar por motivos personales (guarda una celebración especial), Miguel también revolucionó el duelo ante el Celta con su salida desde el banquillo (fue el mejor junto a Darko y asistió en el 1-0 de Diego García) y destacó en la primera parte del Metropolitano, cuando el Leganés llegó a irse al descanso con 0-1. Un brillo más de sudor que de juego que gusta al sur de la capital y que todavía no ha llegado a protagonizar Haller, achicado por un Miguel que, contra pronóstico, le está ganando un ‘partido’ que parecía perdido.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.