Míchel rompe la teoría del ‘no hay tres sin cuatro’

No hay dos sin tres, ni tres sin cuatro. El Girona parece estar metido de lleno en esta espiral de derrotas, pero hay un dato que hace confiar al vestuario rojiblanco en que este miércoles, ante el Rayo Vallecano, se va a cortar la hemorragia. Y tiene que ver con que el Girona, desde Míchel llegó al banquillo, nunca ha perdido cuatro partidos seguidos. Es cierto que la vorágine de encuentros, entre Champions y Liga, parece estar pasando factura al bloque rojiblanco, aunque si algo se ha ganado es confianza. Ya empezaron el curso con un empate (ante el Betis) y una derrota (Atlético de Madrid) y después fueron capaces de encadenar dos triunfos, ante Osasuna y Sevilla.

Ahora, al Girona le está saliendo cruz. Tampoco el calendario le ha ayudado porque antes de debutar en la Champions ante el PSG su rival en Liga fue el líder, el Barcelona. El pasado sábado cayeron ante el Valencia y tocar resetear. En Mestalla, las sensaciones no fueron buenas aunque el fútbol les dará la oportunidad de resarcirse este miércoles ante el Rayo. Partido especial para Míchel, sin duda. Aunque, claro, cuando la ‘necesidad’ achucha no hay sentimientos. Y así se ha constatado en los últimos cursos porque, como técnico rojiblanco, se ha enfrentado cuatro veces en Liga a los de la Franja y el balanca fue de dos empates y dos victorias.

Mantener ese invicto en Liga ante el Rayo será vital para llamar a la calma. Pese a que dos de las tres derrotas que se encadenan fueron ante Barcelona (1-4) y PSG (1-0), el Girona sabe que se le va a exigir. Olvidar lo vivido la pasada campaña es misión imposible y con ello les va a tocar lidiar. Y más se se van encadenando derrotas porque en este curso actual se acumulan cuatro. La temporada pasada, para llegar a cuatro partidos perdidos tuvieron que pasar 30 partidos (entre Liga y Copa del Rey).

Por todo esto, ver que el Girona enlaza tres encuentros sin puntuar es una rareza. Bendita rareza. Pero es a lo que ha (mal) acostumbrado el conjunto de Míchel a su afición. Y es que para ver tres derrotas seguidas toca lanzar la vista a octubre de 2022 (de la jornada 6 a la 8). Ahí el equipo estaba recién ascendido a Primera, con un inicio de Liga repleto de dudas y rozando los puestos de descenso (solo un punto por encima). Aunque llegó un ‘click’. Es lo mismo que se busca ahora. Repetirlo sería idílico. Tanto que aquel curso, 2022-23, se acabó cerca de puestos europeos. La derrota, en la última jornada, ante Osasuna (2-1) les arrebató el sueño de la Conference League.

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