Míchel no se toca
La figura del técnico, en el Girona, es indiscutible pese a la mala racha de resultados. En su primer año, en Segunda, pisó el descenso y la confianza también fue total y se acabó con la vuelta a Primera.


Míchel Sánchez está en horas bajas. La mala racha de su Girona, con ocho jornadas seguidas sin ganar, le está dejando tocado y verse metido de lleno en la lucha por el descenso a Segunda sí que es una dimensión desconocida para el entrenador. Desde su ascenso a Primera con el conjunto rojiblanco (2021-22) todo estaba yendo rodado y se habían cosechado, solo, alegrías, pero ahora, en este tramo final de Liga, tocará sufrir para sellar la permanencia.
Eso sí, pese a los malos números actuales, el nerviosismo que se vive en Montilivi y el pánico al descenso, la figura de Míchel es intocable. Con el técnico vallecano se han vivido los mejores momentos de la historia de la entidad rojiblanca y solo pensar en una posible destitución es catalogado de “locura”. Porque tanto la dirección deportiva como la directiva no tienen dudas de que Míchel está perfectamente capacitado para devolver al equipo el gen ganador y sellar el objetivo de la salvación.
Restan ocho jornadas de Liga y desde el club y el vestuario rojiblancos se apresuran en pedir tranquilidad. El propio Míchel es consciente de que la situación es delicada, aunque es de recibo recordar que con él también se aprendió a sufrir en su primera campaña, la 2021-22, en Segunda. Porque todo acabó con el alegrón del ascenso a Primera, pero aquel año se llegó a pisar los puestos de descenso a Primera RFEF (en la jornada 5 y de la 8 a la 12). En aquel momento, la paciencia y confianza en el proyecto dieron sus frutos y se regresó a Primera. Ahora, con el equipo en puestos de permanencia, con un colchón de seis puntos respecto del descenso, la confianza en Míchel es idéntica. Está intacta.
Toca volver a dar con la tecla ganadora y sí, de manera urgente. Faltan ocho jornadas para finalizar LaLiga y el Girona depende de sí mismo. Hay una corriente de pensamiento en la ciudad que indica que también se tuvo paciencia y confianza total en Eusebio Sacristán, la campaña 2018-19, cuando se estuvo diez jornadas de Liga sin ganar y se acabó bajando. Ahora se llevan ocho partidos ligueros sin vencer, pero hay mayor margen de maniobra. Y a ello se agarran Míchel y el club para destilar confianza y optimismo en que no se va a tropezar en la misma piedra. Míchel fue el técnico que devolvió al Girona a Primera, le clasificó para la Champions League y ahora se espera que lo mantenga en Primera.
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