Menos minutos, igual calidad
Con apariciones más espaciadas, Modric y Kroos siguen siendo decisivos. “Son los mejores... y punto”, zanjó Ancelotti. El alemán revitalizó al Madrid ante el Getafe.
“Son los mejores... y punto”. No hay más que hablar, Ancelotti lo dejó claro tras hacer reblar al Getafe. Modric y Kroos, aunque espacien sus apariciones, siguen vigentes. Mucho. Sin ellos, y sin un Bellingham que minimiza cualquier adjetivo, se aventura quimérica la remontada. En la primera parte, el encuentro se le hizo indigesto al Madrid, aún con el croata sobre el verde -su primera titularidad del curso-, pero tras el refrigerio, la entrada del alemán -que solamenta ha salido de inicio en Almería- fue una bebida energética y revitalizó a su socio croata. Y con ello, a todo el equipo. El minutaje estará en recesión, pero la calidad permanece inmutable.
“Lo de Kroos y Modric es un problema de minutos, pero no de calidad. Cuando han entrado siempre han aportado algo”, resumió Carletto. Y continuó: “La verdad es que van a seguir siendo muy importantes para los resultados, pero también para que esta plantilla de jóvenes puedes progresar de forma justa”, resumió Carletto. En definitiva, y como se ha encargado de contextualizar el de Reggiolo en repetidas ocasiones, serán decisivos como lo fueron en el renacer ante el Geta, aunque la pujanza de Tchouameni, Camavinga y Valverde esté arañando tiempo de juego a los clásicos. La transición dulce. Si la temporada pasada Kroos acumuló 258 minutos en sus primeros cuatro partidos, en la actual son 163′; mientras que Modric ha pasado de 246′ a 133′. Pero su talento sigue siendo definitivo.
Bordalás que diseñó una telaraña con cuatro defensas y Alderete y Djené por delante, también centrales, para que el vigor blanco del inicio de temporada se atemperase. Especialmente tras la aparición de Kroos en escena, todo comenzó a cambiar a través de pases filtrados y balones colgados. Táctica más acorde a un dibujo con Joselu en lugar de Vinicius. Un centro de Modric, con el exterior como marcan los cánones del 10, fue el germen del empate del ariete gallego. No fue el único envío del de Zadar, pues lideró holgadamente la estadística con siete centros, lejos de los cuatro de la medalla de plata que compartieron Alaba, Bellingham y el propio Kroos.
Sensaciones y números
Además, Luka completó más envíos que nadie en el último tercio del campo (31) y sólo Rüdiger (75) y, de nuevo, el de Greifswald (67) superaron sus 66 pases. Amén de sellar dos remates a portería, uno de ellos un imperial cabezazo en plancha que firmaría el mejor de los nueves, los mismos que Kroos y solamente por detrás de los tres de Joselu. En un sinfín de estadísticas, el 8 y el 10 fueron de la mano y, con ellos, los tres puntos del Real Madrid. Mérito doble para un Kroos que sustituyó a Camavinga en el descanso y aún así tuvo tiempo a colarse en los puestos de honor de la estadística. Y es que, a todo lo deslizado, el alemán completó 23 pases en el último tercio del campo y creó más ocasiones con nadie (siete), con distancia abismal al segundo (Camavinga y Bellingham, tres). Amén de rozar el gol con un zapatazo con la zurda que repelió el poste y otro donde fue David Soria el que puso el escudo.
“Tiene la habilidad de jugar cualquier tipo de partido., Es un jugador que lo tiene todo: experiencia, calidad… Nadie tiene en el equipo la calidad de pase que tiene Kroos”, le alabó Ancelotti. Sensaciones, pero también números. El calendario es una maratón en cuanto la Champions y el resto de competiciones entren en acción y Carletto puede sonreír de cara al primer parón. El plan A, el de la intensidad y la verticalidad para buscar el vértigo al espacio, funciona. El B, el posicional personificado en la pareja eterna, ideal para descerrajar planteamientos graníticos, también. Porque Modric y Kroos, jueguen más o menos, siguen vigentes.