Supercopa de España | Ramón Planes
“Me preguntan por Lamine y les digo: será Balón de Oro”
El director deportivo del Al Ittihad se sentó con AS para hacer de anfitrión de la Supercopa que arranca en Yeda. Pero también para hablar del nuevo fútbol del Big Data. Y de Benzema, Lamine, Pedri, Araújo, Valverde...
Acude a la cita con AS en Barcelona con varios teléfonos móviles en la mano. “La vida del director deportivo”, sonríe. Ramon Planes, uno de los secretarios técnicos con más prestigio en el fútbol europeo, bien ganados después de más 20 años en clubes como el Barça, es el actual director deportivo del Al Ittihad de Benzema, club de Yeda, la ciudad que alberga la Supercopa de España. Planes hace de anfitrión para AS.
Haga de anfitrión. ¿Qué se van a encontrar Athletic, Barça, Madrid y Mallorca?
Ya desde el avión ves que es un sitio con mar… Yeda es abierta y cómoda. Con partes bonitas, con historia detrás. La ciudad grande más cercana a La Meca, el primer punto de peregrinaje para quienes viajan allí. Te sientes bien.
¿Ha hecho ruido que vaya allí la Supercopa de España?
Sí, porque hay una afición brutal al fútbol en Arabia. En nuestro partido de Liga contra Al Nassr había 55.000 personas. Es indicativo. Hay mucha pasión; y también siguen las ligas importantes.
Y el Mundial de 2034.
Fue una gran fiesta. Tienen los medios para hacerlo y creo que será un éxito absoluto. Logísticamente, están preparados. Creo que la gente ya ha podido ver los proyectos de estadios que hay en marcha, van a invertir mucho dinero en ciudades deportivas de primerísimo nivel…, y dejará legado.
Llevaba 20 años trabajando en la élite en Europa y su currículo es impresionante. Más allá del músculo económico de la Liga saudí, ¿por qué Arabia?
Fue un momento no esperado. Siempre digo, y reitero, que estaba feliz en una ciudad maravillosa como Sevilla, y en un club espectacular como el Betis. Tenía un trato excelente con la plantilla, Manuel (Pellegrini), con Ángel (Haro), Josemi (Catalán). Pero la vida tiene eso. Me presentaron una oferta muy tentadora. Cuando ves que quieren que vayas sí o sí, pensé que era una oportunidad que podían haber tenido muchos directores deportivos y me tocaba a mí. Era salir también de una zona de cierto conocimiento, como es el mercado español, para abrirme a nivel profesional, ampliar la red de contactos… Creo que me da otra dimensión porque conocía y me hicieron llegar lo que venía detrás. Arabia ha demostrado que es un nuevo foco del mercado futbolístico y eso me hacía crecer como director deportivo. No vas ahí y estás aislado. Jugadores y clubes de altísimo nivel están continuamente contactando contigo para estar en el mercado. Al contrario de lo que la gente pueda pensar, estás más conectado que nunca. Arabia no es un sitio para ir a retirarse. Hay presión, y eso a mí, que amo el mercado, me gusta.
El año pasado, Laporte dijo en AS que había “muchos jugadores descontentos en Arabia”, que allí “iban a su bola”. ¿Ha percibido algo así?
Pues me he encontrado un proyecto que, como cualquier cosa que empieza, como si montas un periódico de barrio, tiene inicios difíciles por muchos medios que tengas. Y ya se ve un cambio muy importante en un año a nivel de crecimiento, estructura y organización. Se nota, y los jugadores te lo dicen. En el mismo Al Ittihad, este verano construimos un edificio espectacular con primer nivel de servicio para los jugadores. A raíz de mi llegada se ha incorporado mucha gente europea al club: en la academia, el departamento médico, de metodología… Se está mejorando en todo.
Por lo que se percibe, se está divirtiendo.
Sí, porque hemos sido un club activo en el último mercado. Hemos fichado a Rajkovic, Danilo, Diaby, Aouar, Bergwijn; y Mitah, que fue una revelación en la Eurocopa. También me divierto porque he traído gente de mucha confianza. A Laia Vinaixa, que era psicóloga en el Barça. También a Franc Carbó, una persona clave en la organización, que está implementando procesos de primer nivel que se hacen en Europa; Jaume Bartrés como jefe de la academia. Vamos construyendo. Y hay pasión. Los equipos grandes tienen presión por ganar y eso tiene que sentirlo el que viene de fuera. No te permiten relajarte.
¿Y cuál es el contacto con el mundo exterior en un país con una cultura y, sobre todo, un idioma desconocido para la gran mayoría de los europeos?
Una buena pregunta. En todos los clubes donde he trabajado, soy una persona a la que le gusta sentir el latido del trabajador, del que está en la primera línea del campo. Desde un jardinero o el utillero hasta el jefe de prensa. Todos manejan información. Una de las cualidades que uno debe tener para ir a este tipo de proyectos es adaptarte rápido a su cultura. Ellos te traen para que les ofrezcas unos servicios, pero tú no puedes imponer. Lo primero que tienes que pensar es cómo pueden encajar tus ideas en su cultura.
¿Con los jugadores ese feedback es más complicado o ustedes hacen de filtro?
El equipo se entrena por la tarde, pero hacemos venir a más de la mitad de la plantilla por las mañanas para hacer entrenamientos individuales. La llegada de tanto jugador de alto nivel es un gran ejemplo para ellos. Porque cuando te entrenas cada día con Karim Benzema o con Kanté, tienen un ejemplo.
Benzema es el gran nombre del Al Ittihad. ¿Cómo ha sido su proceso? En los primeros meses se aseguraba que quería irse de allí. Ahora todo parece más tranquilo.
Hay un antes y un después de este último verano. Él llegó a un proyecto aún embrionario, con alguna cosa por mejorar. Y él estaba dentro de ese proceso. Puede que no estuviese lo confortable que quería porque, para jugar al fútbol, el entorno le tiene que acompañar. Y son jugadores con un nivel de autoexigencia importante porque el compromiso de Karim con el proyecto ha sido muy grande. Dejar al Madrid con un año de contrato, recién nombrado Balón de Oro… él no venía a pasar el rato. Karim es una persona muy competitiva, así que quiere herramientas para competir. Hemos hecho un trabajo enorme este verano, un cambio brutal en todos los sentidos. De jugadores, de cuerpo técnico… Llegó Laurent Blanc que tenía un perfil de técnico que entendía lo que queríamos. Lo conocía de la Selección francesa y ha sacado el nivel que tiene. Está haciendo goles, está feliz, liderando al equipo. Y es debido un poco a que hemos cambiado el entorno, que no era el ideal cuando llegó. Cuando llegué, tuve la fortuna de ver lo que pasaba de enero a junio, y de ver lo que el club tenía que mejorar.
¿Le sigue hablando del Madrid?
Sí. Le gusta mucho el fútbol. Es muy competitivo, como no puede ser de otra manera en un Balón de Oro. Y sí, hablamos de fútbol, de la Liga. La sigue y creo que tiene perfil para seguir dedicándose al fútbol cuando se retire. Porque es una persona que ama el fútbol.
¿Más director deportivo o entrenador?
No lo sé, pero le gusta.
La visión que hay desde Europa es que Arabia se ha incorporado al fútbol únicamente por el dinero. ¿Es una visión supremacista?
Llevo un año allí. Creo que el proyecto del fútbol en Arabia forma parte de un proyecto de país potente, con mucha fuerza y un sentimiento patriótico importante. Sinceramente, no veo una burbuja.
En Arabia daban por hecho hace dos años que Messi jugaría allí. ¿Todavía siente esa frustración o ya se apagó eso?
Creo que el protagonismo ahora es de Cristiano y Benzema. Imagino que, dentro de lo que es su planificación en el escaparate, seguramente la llegada de Leo hubiera sido fundamental. Pero Messi está involucrado porque cuando vas en el avión ves en todos los carteles que está involucrado en el proyecto de país.
¿Le han preguntado mucho por Lamine en Arabia?
Cuando me han preguntado, les he dicho que Lamine va a ser Balón de Oro. Lo conozco desde que trabajaba en el Barça. Estaba en las categorías inferiores y no tenía duda de que era un jugador tocado y distinto. Es otro nivel. No me sorprende, porque ya se veía. Con Iván (de la Peña), que era su agente en las categorías inferiores, veíamos muchos partidos en la base y ya se intuía dónde llegaría.
Hablando del Barça, sus grandes éxitos fueron Pedri y Araújo. ¿Cómo los cazó?
Pedri y Araújo simbolizan un poco lo fiel que he sido a mis principios. Desde el inicio, cuando firmé a Dudu Aouate recién aterrizado en el fútbol profesional. Era un desconocido que jugaba en el fútbol israelí. Entonces, le dije a Santiago Díaz, presidente del Racing, gran empresario, que me hiciera caso y lo fichase. Vino libre, fue vendido al Depor, hizo gran trayectoria en el Mallorca. Cuando no era nadie, me atreví. Y me siento orgulloso de haberlo hecho en el Barça. Ahora es bonito hablar de Pedri, pero cuando lo fichamos y pagamos cuatro millones de euros por un jugador que no había debutado en Segunda A, ni un partido siquiera, en Barcelona había mucha gente importante que me preguntaba cómo era posible fichar a un centrocampista por cuatro millones de euros con todos los que había en La Masia. Y yo quería arriesgarme. Igual me equivocaba, pero lo veía distinto a todos. Pero había que ficharlo antes de que debutase en Segunda. Si debutaba en Segunda, con las penurias económicas que teníamos, estábamos liquidados. Su agente, Héctor Peris, no se lo creía. Pero le dije: ‘Vamos, que hay que ficharlo antes de que empiece la temporada’.
Y Araújo.
Lo mismo. Jugaba en Boston River… puf. Yo lo veía un Puyol. Mis primeros recuerdos de infancia con el Barça eran con Migueli. El Barça siempre había tenido un jugador con carácter, duro y exigente. Era el complemento perfecto para el estilo del Barça. Estaba convencido de que, pese a las críticas, tenía el perfil para triunfar. Creo que en el fútbol actual hay mucho dato y las secretarías técnicas se han llenado de gente y análisis. Y está bien, porque el fútbol debe evolucionar, pero descubrir jugadores es un talento. Ver al jugador y decir, vamos a por él. Eso me ha pasado en el Al Ittihad con Mario Mitaj, que está siendo la revelación de la Liga saudí. Un jugador que estaba en Rusia, lo firmamos por un millón y está siendo una sensación. Pues esta es mi manera de ver el fútbol y creo que es algo que se está perdiendo.
¿El Big Data se está cargando el fútbol?
Lo estamos estandarizando demasiado. Hablo mucho de eso ahora con Laurent Blanc, que lo ha sido todo. En el fútbol de antes, todos los equipos tenían jugadores de talento. Ahora es más robótico. Estamos quitándole contexto al jugador de talento. A finales de los 90 y en los 2000 había jugadores, que no necesariamente eran estrellas, que hacían cosas distintas. Alexis, Setién, De la Peña. Y uno de esos jugadores es Pedri, que crea donde no hay nada
Lleva 20 años en la profesión. ¿Qué queda del Ramon Planes que empezó?
He cumplido un sueño. Cuando tienes constancia, pasión, y sacrificas muchas cosas, lo puedes conseguir. Me siento orgulloso de, sin haber sido un jugador de alto nivel, habiendo estado en el Lleida, haber cumplido un sueño.
¿Dónde y quién le dio su primera oportunidad?
En L’Hospitalet fue Miguel Corominas, ex jugador del Barça. Era el entrenador del Hospi. Yo venía de Brasil, que había estado entrenando allí en las categorías inferiores de Vasco de Gama… Hay mucha historia detrás de mí, para escribir un libro. Me llamaron con 30 años y allí sentí esa inquietud por la dirección deportiva.
Acabamos como empezamos. ¿Lo verá en Yeda?
Sí. Además la veo bonita porque los cuatro equipos llegan bien. Ojo al Mallorca y al Athletic. El Mallorca seguro que va a competir. Y el Athletic…, es que Ernesto (Valverde) es muy buen entrenador. Y el tiempo pone en valor lo que hizo en el Barça. Perdió poquísimos partidos en el tiempo que estuvo allí con nosotros. Su final fue en Arabia.
En Yeda…
Con una derrota injusta contra el Atlético con dos goles anulados a Messi. Ganó dos Ligas fácil. En fin, será una competición bonita de ver.