Mbappé ya es Mbappé
Ante la Real, Kylian firma su mejor encuentro de blanco. “Cada partido me siento mejor”, sonrió al final. Pichichi del equipo con cuatro goles.
“Este Mbappé no es mi Mbappé”, dijo en El Chiringuito Florentino Pérez tras el volantazo de 2022. Ya empieza a serlo. Al menos, se le parece bastante. Antes del parón, doblete al Betis. A la vuelta, mariscal blanco contra la Real. El gol desde los 11 metros, el broche. El cuarto tanto. Pichichi del equipo y, además, con margen de mejora: 4,95 expected goals, casi uno más debería llevar tras seis partidos. La punta de un iceberg de regates, arrancadas (alcanzó los 33,91 km/h) y liderazgo. Kylian dispara (aún más) el termómetro de la ilusión. También el de Ancelotti: “Le veo más fresco, más activo. Es muy peligroso. Está mejorando. Su partido me ha gustado mucho”. Mbappé ya está aquí.
No fue un encuentro sencillo. En un Madrid con centro del campo circunstancial, faltó conexión entre líneas por momentos. Pero el de Bondy bajó en busca de balones y de galones. Se movió por todo el frente (ver mapa de calor). Por la derecha tuvo la primera ocasión: desborde, cabalgada y centrochut que estrelló en el pecho de Remiro. Después, tras un desmarque algo más centrado, Brahim le encontró, Kylian caracoleó y su zurdazo se volvió a topar con el meta realista. Por el perfil izquierdo, elástica para dejar con el molde a la zaga y disparo que la rosca alejó de la portería. Y desde campo propio, un eslalon con un autopase como trampolín. Un encuentro completo, con el gol como pincelada final.
Una sociedad en formación
Una noche de aprehensión de las necesidades globales para brillar de manera individual. “Cada partido me siento mejor. Entiendo lo que necesita el equipo, el míster, mis compañeros”, simplificó desde las entrañas del Reale Arena. Al tiempo que contextualizó esa alternancia que tiene con Vinicius desde el punto fatídico: “Lo importante no es quien tira, sino que vayan dentro. Hemos lanzado dos cada uno y acabaron dentro”. Y radiografió la importancia de su sociedad, aún en fase beta. Pero tanto el cuerpo técnico como los protagonistas trabajan en su potenciación. En Anoeta, especialmente Kylian, que entregó a Vini cinco pases. Más que a nadie. “Intentamos buscarnos en los partidos, en los entrenamientos, para tratar de ayudar al equipos. Es un grandísimo jugador y estoy muy feliz de jugar con él”. Con Vinicius y con todos.
De pie en el vestuario
Palabras de líder tras arrancar piano, piano. Perfil bajo. Sin querer acelerar la adaptación. Ya en la mañana de su presentación causó una grata impresión entre la plantilla que se encontraba en Valdebebas. “Se le veía muy centrado, venía con muchas ganas de empezar a entrenar y a aportar, y muy humilde”, trasladaron a AS fuentes consultadas. Algo que se confirmó en cuanto arrancó su pretemporada, el 8 de agosto, seis días antes de la Supercopa. En Varsovia cumplió su sueño. Debutar con el Madrid. Y lo hizo con gol. Un encuentro en el que fue de menos a más. Más timorato en la primera parte, más fogoso tras el refrigerio. Reflejo también de un curso al alza.
Contra el Betis, tras encuentros con más voluntad que tino, primer doblete. Ante la Real, otro tanto y un paso más. Venía de 44 goles en su última temporada en el PSG. De momento, con un máximo de 66 partidos por delante, lleva cuatro... Y en el vestuario, el paso del tiempo no ha hecho sino fortalecer los lazos. Muy estrechos con el núcleo francés (Camavinga, Tchouameni y Mendy) o con un Brahim con el que celebró su tanto en Anoeta.
“Para eso vine al Madrid”
Y en el horizonte, el Stuttgart. Mañana se estrena el equipo blanco en Champions (21:00 horas). También Kylian con el Madrid en una máxima competición continental de modelo remozado. No se le ha resistido numéricamente: 48 tantos y 26 asistencias; desde su debut, segundo en contribución anotadora (70 en total) tras Lewandowski (62 goles y 13 asistencias, para 75). Sí en lo colectivo.
Su comienzo en la competición fue volcánico. En 2017 se merendaba al City cuando era un adolescente en el Mónaco y completó su presentación en sociedad con seis goles en nueve partidos. Ahí comenzó su onda expansiva. Fue el primer contacto con el Madrid, el inicio del culebrón, pero terminó en París. Con el PSG sólo ha logrado pasar el muro de semifinales en una ocasión, pero la Orejona de la pandemia terminó en la vitrina del Bayern tras una actuación gris de Kylian en el duelo final.
Encuentros de fuegos artificiales. Sin ir más lejos, una exhibición ante el propio Madrid en 2022 que quedó en anécdota por la remontada exprés orquestada por Benzema en el Bernabéu. Otros menos rimbombantes, como la semifinal ante el Dortmund del curso pasado. Pasó de puntillas y se volvió a quedar en la orilla. Por eso, el de mañana no será un partido más: “La Champions es muy importante. Ya lo dije el primer día, vine al Madrid para vivir este tipo de noches”. Busca su guinda.
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