Mbappé alza el telón del Santiago Bernabéu
El francés pisa por cuarta vez el estadio, la primera de blanco, con ciertas dudas sobre él y el equipo. Fran García y Modric, por Mendy y Bellingham
Tras un título y un chasco, Kylian Mbappé se presenta hoy, a más de 30 grados, ante la afición del Bernabéu. Aquí jugó ya tres partidos con el PSG, con dos derrotas y un empate; aquí fue aclamado cuando club y afición pensaron que plantaría a Al Khelaïfi y aquí fue acusado de alta traición. Ahora llega como una página en blanco. Ni ha deslumbrado ni ha decepcionado. Dos partidos, un gol, siete remates, tres de ellos a puerta, 87 intervenciones, 59 pases (con un 83% de acierto), dos centros, cinco regates exitosos y tres faltas provocadas. Lo extraordinario aún está por llegar (sigue en directo el partido de hoy en As.com).
Su saludo al Bernabéu será ante el Valladolid, primero de tres partidos en ocho días, lo que apunta a algunos cambios en la alineación si se atiende al anuncio de Ancelotti de repartir mucho una carga que será pesadísima. Dos de esas modificaciones son obligadas. Mendy fue expulsado en el descuento del choque de Mallorca y su relevo natural es Fran García, que comenzó como titular la campaña pasada por una lesión del francés y que poco a poco fue perdiendo relevancia. Acabó jugando 31 partidos, 18 de ellos como titular. Marcó un gol y dio seis asistencias, techo de su carrera, lo que revela sus grandes prestaciones en campo contrario.
Sin embargo, la ausencia más notable es la de Bellingham, baja para un mes. Modric parece su recambio natural como tercer centrocampista. El croata ya disputó los últimos minutos en Son Moix y llega muy rodado porque, a pesar de disputar la Eurocopa, completó la gira americana con el equipo. Cualquier otra opción (Endrick, Brahim…) parece muy arriesgada.
Pocos refuerzos
El Valladolid llega con las mismas sensaciones contradictorias con las que acabó el curso pasado: reticencias por la falta de refuerzos que no se corresponden con los buenos resultados. En su regreso a primera después de un año en el purgatorio se estrenó con un triunfo convincente ante el Espanyol, otro recién ascendido.
Milagrosamente, el uruguayo Paulo Pezzolano, 41 años, al que Ronaldo sacó de su Cruzeiro para que salvara al Valladolid 22-23, ha sobrevivido al verano. El técnico, que relevó hace dos temporadas a Pacheta, llegó a sumar siete puntos en sus tres primeros partidos, pero cinco derrotas consecutivas condenaron al equipo al descenso. Ronaldo decidió mantenerlo con gran parte de la afición en contra. Durante el curso pasado, en Segunda, fue increpado dentro y fuera del estado. El grito de “Pezzolano dimisión” se convirtió en un grito que él mismo coreó en la Plaza Mayor en la fiesta del ascenso. “A mí también me gustaría jugar más lindo, pero no tenía las características para hacerlo. Fuimos eficaces y productivos”, llegó a justificarse pasados los peores momentos, cuando el equipo llegó a estar en puestos de descenso.
El final, sin embargo, fue triunfal. El equipo enlazó diez jornadas seguidas sin perder, en las que sumó 24 puntos, y confirmó el ascenso a una jornada de la conclusión. Pezzolano quedaba renovado automáticamente y Ronaldo sacaba pecho: “Esto demuestra que la apuesta fue buena”. Que el descontento se centrara en él ayudó al equipo, según confesó el propio Pezzolano: “Lleve la atención hacia mi persona y creo que eso fue bueno para que el grupo lograra el objetivo, aunque supuso un distanciamiento de la afición hacia mí”.
Refuerzos madridistas
El verano ha cambiado poco el equipo. Solo han llegado el portero estonio Hein, del Arsenal; el suizo Cömert, del Valencia, y los exmadridistas Mario Martín (lo ha cerrado esta misma semana) y Juanmi Latasa, todos cedidos excepto este último. Los 14 millones restantes de inversión han sido en jugadores que ya estaban el curso pasado, algunos de ellos (Juric, Biuk…) que no parecen muy del gusto del técnico. El pesimismo cundió en la afición durante la pretemporada pese a que los resultados veraniegos fueron buenos. Pezzolano utilizó 31 jugadores en cinco partidos, de los que solo perdió uno, ante el Derby County. Y la precampaña concluyó con una victoria de cierto prestigio ante el Toulouse francés.
El equipo, en cualquier caso, aún está por hacer. A la aclimatación de los recién llegados se suman asuntos pendientes, como el de Kenedy, con contrato en vigor hasta 2027 y el salario más alto de la plantilla, con el que Pezzolano no cuenta. También el venezolano Machis es transferible. El equipo tiene algunos déficits apreciables: carece de un lateral izquierdo puro (no pudo rematar el fichaje del portugués Tiago Araújo) y hasta la llegada de Mario Martín también tenía un agujero en el mediocentro. De hecho, ante el Espanyol hubo de jugar ahí un central, Cömert. En cambio, Raúl Moro, que ya había sido el mejor en la pretemporada, confirmó su gran momento en el primer partido liguero, con una buena actuación y el gol del triunfo.
En cualquier caso, el Bernabéu ha sido un territorio casi inaccesible para el Valladolid a lo largo de su historia. Solo ha ganado allí dos veces en 76 años. La última fue hace 24 y resultó sonada. Con Gregorio Manzano en el banquillo y un gol del excanterano madridista Víctor el Valladolid se impuso en la última jornada y dejó al Madrid de Vicente del Bosque quinto. Salvó su presencia en la Champions del curso siguiente ganando la Octava en París al Valencia. El equipo de Ancelotti, en cualquier caso, ya supo en Son Moix que la Liga sigue siendo un zarzal.
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