Marvin Park y el acomodo en la banda derecha
Canterano blanco, ejerce como lateral o extremo. Las Palmas le compró al Madrid el 50% de sus derechos este verano tras dos temporadas cedido.
Tras dos años cedido en Las Palmas, el futuro de Marvin Park (24 años) cambió definitivamente este mismo verano. Ocurre que el segundo préstamo obligaba a la entidad insular a hacerse con el 50% del futbolista en caso de ascenso a Primera, como finalmente sucedió. Fue, de cualquier manera, un buen negocio para el Real Madrid: Marvin no parecía tener sitio en el primer equipo blanco, aquel que le vio jugar en tiempos de Zidane, también tutor suyo en Valdebebas, y el Madrid sacaba tajada (alrededor de 2,5 millones de euros) y plusvalía por un futbolista formado en casa. Y se queda, además, con el 50% de un posible traspaso antes de que expire el actual contrato del futbolista en Gran Canaria (2028).
Ni que se comportara como un jugador de otro tiempo, Marvin Park se desenvuelve sobre el césped y compite como un carrilero de los de toda la vida, aquellos que reinaban en el caos, tan ordenado en lo que sería desorden para otros, siempre corriendo, en cualquier caso jugando a pleno pulmón. Galopando la banda sin descanso, a veces descuidado, siempre punzante, nunca pasando desapercibido. “Es un jugador de una categoría superior”, insistía Pimienta.
Pese a que Xavi García Pimienta, su entrenador las dos temporadas anteriores en Las Palmas y que ahora ejerce en el Sevilla, lo usó más como extremo que como lateral, las estadísticas desvelaron una mayor eficiencia de Marvin jugando en la línea defensiva, con más espacio para ejercer como un Pegaso con el balón en los pies. Así, especialmente el curso pasado tenía como guardaespaldas a Álex Suárez. Como ante el Leganés. Como, probablemente, mañana contra el Real Madrid.
De momento, Luis Carrión anda buscándole acomodo a Marvin, por ahora titular indiscutible. Si ante el Sevilla sufrió en la zaga para detener las acometidas de Lukebakio y compañía, contra el Leganés avanzó su posición para percutir por la banda y buscar siempre la línea de fondo. Sustituido en ambas ocasiones, anda en busca de la ansiada regularidad en su fútbol. Ahora, contra el Madrid, juegue donde juegue le toca multiplicarse en defensa ante semejante arsenal ofensivo. Una prueba de fuego ante los que pudieron ser sus compañeros. No hay reto mayor.
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