Mario Suárez: “Si pudiera volver atrás, no me iría del Atleti hasta que me echasen”

Mario Suárez (Alcobendas, Madrid, 1987) sigue en plena forma y es que no para desde que colgó las botas. Está en SUMA Inmobiliaria con su hermano Sergio y en Café de Finca. Además, es comentarista de ESPN y TVE y acaba de estrenar su nuevo proyecto, El camino de Mario, charlando con Falcao. Gracias a esa complicidad, se ve el lado humano del futbolista. Ese que Mario muestra sin tapujos. Así es él, directo y cristalino. Real. Este miércoles no se perderá el Atlético-Rayo, el duelo entre dos de los clubes donde dejó huella.

—¿Irá hoy al Metropolitano?

—No, porque comento el partido para ESPN desde casa. Si no, por supuesto que iría.

—¿Tendrá el corazón dividido?

—Sí, todo el mundo sabe que soy del Atleti desde pequeñito. Es el equipo de mi corazón, pero ahí hay hueco también para el Rayo y la gente de Vallecas. Nunca los olvidaré.

—¿Cómo llegó al Atlético?

—Jugaba en la AD Alcobendas y el entrenador, José Manuel Lucas, era también el del Atlético que iba a Brunete. Él me quiso llevar y si jugaba ese torneo tenía que firmar dos años con los rojiblancos. Mis padres dudaban, porque debía ir todos los días a Orcasitas, pero desde ahí pasé por toda la cantera hasta debutar con el primer equipo.

—¿Quién era su referente de niño?

—No he sido de tener ídolos. Me he ido fijando, con el paso del tiempo, en mediocentros como Guardiola, Fernando Redondo, Xabi Alonso, Patrick Vieira… También tuve las Joma Kiko, las Joma Morientes… y dejaba los cromos en la mesita de casa, donde hacía los deberes.

—Lo del fútbol le viene de familia...

—¡De mis tíos! Enrique, el hermano de mi madre, fue capitán del Basilea muchos años. De hecho, se casó con una mujer suiza, tiene tres hijas y está instalado allí. Hubo un momento en que tuvo ofertas del Oviedo y el Atlético, pero finalmente no aceptó. Luego mi tío Roberto, hermano de mi madre y Quique, llegó hasta el filial del Valencia.

—Empieza en la cantera y va quemando etapas hasta el primer equipo. ¿Quién le ayudó más?

—Me trataron muy bien el Niño Torres y García Calvo, que me acogió como a un hijo. Cuando salí cedido al Valladolid es porque él estaba y quería que fuera. En general, todos muy bien. Santi Denia, Sergi Barjuan, Ibagaza… y ya estaba el Cholo. Cuando subía a entrenar, a su manera, ya me metía caña.

—¿Le quiso el Madrid?

—Nos enfrentábamos desde la cantera y había rivalidad. Los capitanes éramos Esteban Granero y yo. Desde cadete estuvieron tentándome, llamando a mi padre, pero decidí quedarme. Nunca me arrepentí.

—¿Cuál ha sido su mejor y peor momento allí?

—De pequeño soñaba con ser jugador del Atleti, ganar títulos, marcar en el Calderón e ir con la Selección. Por suerte, lo pude cumplir todo. Los mejores momentos han sido los títulos. No solo cuando los conseguíamos, sino cuando los llevábamos al Calderón. Los peores fueron lesiones y perder la final de la Champions de Lisboa (2014).

—¿Con qué sabor de boca se quedó al dejar el Atleti?

—Si hay algo de lo que me podría arrepentir es de tomar esa decisión tan dura, la de irme del equipo de mi vida. En ese momento lo consideré porque surgió la posibilidad del Inter en enero… Si hubiese tenido la madurez del final de mi carrera no me habría ido, pero no lo supe gestionar bien tanto a nivel personal como a nivel de vestuario y con el Cholo. Esa decisión me hace ser la persona que soy hoy en día y haber jugado en Italia, Inglaterra, China… y en el Rayo. No es que me arrepienta, pero si pudiese volver atrás me habría quedado en el Atlético hasta que me hubieran echado.

—¿Cómo ve a este Atlético?

—Lleva menos puntos de los que quisiéramos y de los que debería. Aunque no está haciendo un fútbol brillante, está jugando bien por fases. Este año el Cholo está intentando presionar en campo contrario durante más tiempo. Le está faltando contundencia en las áreas. Tiene jugadores buenísimos. Seguramente, nombre por nombre, la gente diría que son mejores que nuestro Atleti, aunque también dicen que como equipo no.

—¿Cómo ve al Cholo?

—Se ha ganado estar ahí, que se pueda confiar más en él y está tratando de reinventarse, presionando más adelante, tratando de meter a más jugadores de ataque… Pero no le están saliendo las cosas. Este año tiene mucho jugador nuevo que aún debe adaptarse y confío en que la situación mejore. Hay que exigirle pelear por la Liga hasta el final, por plantilla, por gasto… Hay fichajes del pasado año y de este que habrá que valorar si merecían ese dinero invertido.

—Ha abierto un buen melón...

—Ya veremos cuántos minutos juegan, si han dado rendimiento… Gallagher y Sorloth han costado unos 40 millones cada uno y han sido más partidos suplentes que titulares. ¿Toma la decisión de ficharles el Cholo? ¿O no le tienen en cuenta? Ese es otro melón también…

—¡Qué bien se ha amoldado Koke a su nuevo rol!

—Se merece los minutos que juega. No he visto otro medio, además de Barrios, que se merezca ser indiscutible. Ni Gallagher ni Cardoso. Koke es un líder natural, da ejemplo, acata su rol y aporta en sus minutos. Parece que la gente está deseando que no juegue, pero lo hace porque, aunque físicamente ya no está en su mejor momento, de cabeza y calidad va sobrado.

“Koke es un líder natural, da ejemplo, acata su rol y aporta en los minutos que tiene”

Mario Suárez

—Hábleme de Pablo Barrios.

—Es presente y tiene todo el futuro por delante, va a ser leyenda del Atlético. Es un jugadorazo, completísimo, conduce, rompe líneas, no se esconde, recupera… Le falta mejorar sus cifras de goles y asistencias, pero lo hará porque talento tiene. La cantera viene pisando fuerte con el Niño de entrenador.

—Hablando de técnicos, usted le ganó la Europa League a Iraola... ¿Cómo recuerda aquella final?

—Andoni era buenísimo. No necesitaba llegar a línea de fondo para centrar y también generaba superioridades en el mediocampo. Era un jugador muy inteligente, como lo es ahora de entrenador. El Athletic llegaba como favorito, pero el Cholo nos lo decía: ‘Ellos van a jugar muy bien, como a Bielsa le gusta, pero nosotros vamos a ganar’. Lo hicimos 3-0. Teníamos a Adrián, el segundo de Iñigo, de muchísima calidad. Ha sido un jugador muy infravalorado.

—¿Ha pensado en entrenar?

—Me lo he planteado, pero desde que me retiré no he parado y es incompatible con todo lo que estoy haciendo ahora. A día de hoy me tira más la parte de negocio del fútbol.

—Torres, Gabi, Arda, Filipe… ¡Vaya hornada de técnicos!

Va a haber peleas cuando el Cholo decida irse (risas). De Gabi y Filipe me lo esperaba, eran más obsesivos de ver fútbol. A Torres lo veía como dueño o presidente de un club. Ha tenido ofertas de fuera, para irse a la Premier, pero quiere hacer su propio camino y crecer. A Arda me lo imaginaba de otra forma. Ojalá les vaya muy bien a todos.

—¿Ve a alguno de sucesor del Cholo?

—Seguro. Son leyendas y jugadores muy queridos en el Atlético. Tarde o temprano tendrán su oportunidad. En España solemos criticar a la gente que lleva mucho tiempo, como Koke o el Cholo. Él se ha podido equivocar en algunas decisiones, por otras habrá que aplaudirle, pero se ha ganado poder elegir cuándo irse, salvo catástrofe, evidentemente. Lo que ha conseguido Simeone es muy difícil y quien venga lo va a tener muy complicado para igualar todo lo que ha hecho. Cuando se fueron Ferguson del United y Wenger del Arsenal mira cuánto tiempo han estado sin ganar títulos… No va a ser fácil y se tendrá que hacer con cuidado.

—¿Qué entrenadores le han marcado más?

—Mendilibar me daba una caña tremenda en el Valladolid. Venía del Atleti pensando que lo iba a jugar todo porque era campeón de Europa con España y me metió en vereda, terminamos ascendiendo. He tenido a Stoichkov en el Celta. A Quique Sánchez Flores le guardo mucho cariño. También a Míchel y Paco Jémez, con quienes me divertí mucho. Iraola no me daba mucha bola, pero era una época de mi vida en la que lo entendí y me llevaba bastante bien con él. Me hubiera gustado tener a Iñigo Pérez. Les estoy muy agradecido a todos, pero sería injusto no decir que Manzano y el Cholo han sido los más importantes en mi carrera. Gregorio me hizo un hombre en el Mallorca, dándome una de cal y otra de arena. Y Simeone sacó lo mejor de mí, he ganado títulos con él, me ha exprimido, nos hemos dicho las cosas a la cara…

—Usted podía haber sido director deportivo, gracias a su gestión Falcao fichó por el Rayo...

—Tengo el título y me gustaría, pero es un proceso. Lo del Tigre fue muy fácil. Lo tenía avanzado con el Mallorca y hablé con él para decírselo al club. Iraola y Cobeño tenían otras preferencias. Decidí llamar al presi y él encantado. Llegaron a un acuerdo que Raúl cambió a última hora. Falcao demostró que es un hombre de palabra y firmó por un año. En los primeros partidos la rompió y renovó por dos temporadas más, así que le salió más caro. Ya le dije, Raúl, si me hubieras hecho caso... En Vallecas, sus goles nos dieron puntos. La gente tiene un buen recuerdo suyo y no solo por lo deportivo. Falcao es un ejemplo.

“Por desgracia, Presa no quiere poner de su parte ni arreglar esto”

Mario Suárez

—¿Qué ha significado el Rayo para usted?

—Me siento muy querido por la gente de Vallecas y es recíproco. Fueron años maravillosos, aunque tuve muchos quebraderos de cabeza porque como capitán me tenía que pelear con el presi en determinados momentos y eso no es fácil. Cuando te mojas, sales escaldado.

—¿Por qué elige el Rayo teniendo una oferta de Arabia?

—Porque si no me divorciaba (risas). Yo venía de China. Había estado muchos años priorizando el fútbol, pero cuando eres padre ya la familia es lo primero. Fue arriesgado porque vine en enero y el equipo iba muy mal. Desde el principio, hubo un flechazo con el vestuario y Vallecas. Tanto que en verano, con ofertas de Primera, decidí quedarme con Paco Jémez en Segunda. Firmé un buen contrato, las cosas como son. Vallecas es Vallecas y hay que vivirlo.

—¿Cómo fue su reconversión a central?

—Fue cosa de Iraola. Llegué a jugar 30 partidos como central y rendí a buen nivel. Disfruté con el cambio y eso que te tocaba bailar con la más fea. Estando bien colocado y siendo inteligente, puedes subsanar esas debilidades físicas o esa velocidad que yo ya no tenía. Catena me ayudaba. Me hubiera gustado seguir jugando más tiempo en esa posición.

—¿Quién fue un dolor?

—Juanmi del Betis era muy traicionero y Luis Suárez, del Almería, en velocidad me mataba, tenía que chocarle y tal. Aprendí mucho de mí mismo y de la posición.

—En Vallecas vive un ascenso y unas semifinales de Copa.

—El ascenso del Rayo es equiparable a los títulos que he ganado con el Atlético. Disfruto mucho viendo a los Catena, Óscar Valentín, Isi, Álvaro, Fran García… romperla en Primera y que la gente de Vallecas pueda tener, al menos durante 90 minutos, una alegría que a lo mejor en su día a día no tiene.

—¿Usted hizo el tour por el barrio?

—Sí. En el Atlético, con Koke, Gabi, Raúl García, Godín o Juanfran, gente que llevábamos mucho tiempo en el club, sabíamos transmitir a los nuevos dónde venían. En el Rayo, por desgracia, no hay muchos canteranos. Cuando yo llegué estaban Trejo, que es como si fuera de ahí, y Alberto. El tour está bien para saber dónde vienes y tomarte una cervecita luego con ellos en el bar. Es algo que define a la gente de Vallecas.

—Le tocó llevar el brazalete en momentos convulsos, con el COVID, el ERTE…

—Fíjate la relación que tengo con Alberto y discutimos y nos colgamos el teléfono diez veces. Hablábamos con el club y no avanzábamos. Tuvimos que amenazar con huelga, porque no nos querían pagar nuestra parte. Nos ofrecimos a pagar nosotros a los trabajadores, tampoco quiso. Se vivieron momentos que no se tenían que haber vivido y que se tenían que haber solucionado de una manera más sencilla. Nosotros tratamos de ayudar en todo lo posible, hasta donde nos dejaron.

—¿Cuántas pizzas se comió en la Filomena?

—Buah (risas). Jugábamos contra el Mirandés y salíamos desde la Ciudad Deportiva, pero era un riesgo viendo las noticias. Llamé a Iraola para decirle que Luca Zidane, Fran García y yo les esperábamos en el centro comercial Diversia, al lado de la carretera de Burgos, porque el autocar pasaba por ahí. Pillamos unas 40-50 pizzas para el viaje, pero el bus nunca llegó. Estuvieron cuatro horas dentro, empujando, poniendo cadenas... Fueron tres días sin salir de casa y mis hijos encantados con las pizzas (risas).

—Usted que lo ha vivido, ¿entiende la decisión de Trejo de renunciar al brazalete?

—Nosotros lo hemos sufrido mucho, pues Trejo multiplicado por diez. Te afecta. Cuando hay alguien que no quiere, que no pone de su parte para entender al otro, es perder el tiempo. Y aunque Trejo no lleve el brazalete, sigue peleando por la gente de Vallecas y por sus compañeros. Es una pena que una leyenda esté así. Si decides retirarte, ¿de qué quieres trabajar en el club? Para mí tendría que ser así. Tenerlo ya por escrito. Por desgracia, no depende de él ni de nosotros.

—¿Tiene solución la fractura social?

—A nivel personal no puedo hablar mal de Raúl porque, menos una cosa, todo lo que me ha dicho lo ha cumplido. Tarde… como quieras. Pero cuando he ido a hablar de temas de afición, de compañeros, de trabajadores… ahí no puedo decir nada bueno. Ahí sí es otra cosa. La fractura durará hasta que él quiera poner de su parte. Cuando entiendas que no es normal que el único club de Europa y del mundo donde hay que seguir haciendo colas porque no hay venta de entradas online es tu club y que es tercermundista ya pondrás algo a tu favor. Cuando entiendas que siendo inquilino en un estadio puedes hacer las mejoras que quieras, otra cosa es que no quieras gastarte tu dinero en eso. Cuando hagas que la gente vaya a gusto a su estadio, ganarás puntos. Cuando escuches a la afición y a tus jugadores, ganarás puntos. Cuando pagues a tiempo a los jugadores y trabajadores... Cuando les des buenas instalaciones y herramientas para hacer bien su trabajo... Cuando arregles la Ciudad Deportiva y los campos que usan los chavales… Cuando trates bien al Femenino… Cuando des buenas condiciones de viajes a la cantera, ganarás puntos. Cuando cuides a la gente y a la prensa, hablarán mejor de ti. Podíamos estar un año enumerando cosas que podrían mejorar y que no quiere. Y es porque… No sé por qué es, la verdad. Me cuesta entenderlo. Cuando hagas bien las cosas, hablarán bien de ti y la gente podrá entenderte, pero hasta que no pongas de tu parte… Y me dejaré algo... Que pagues a los jardineros. Que los jugadores del primer equipo no tengan que estar entrenándose fuera. Que el césped sea bueno y no te multe LaLiga. Que no tengas que estar hasta el último momento sin saber las equipaciones para que se las puedan comprar. Tampoco tiene a nadie a su alrededor que le diga las cosas como son y, aunque lo hagan alguna vez, no hace caso. Por mucho que perdamos energía con esto, lamentablemente el presidente no quiere poner de su parte ni arreglar esto porque las cosas que hace son un sin sentido.

—A pesar de todo, el Rayo ha vuelto a Europa. ¿Cómo ve al equipo?

—Vuelven porque son unos fenómenos. El vestuario y el cuerpo técnico valen un potosí. El champú y tal se lo pagan ellos. La sala de vídeo nueva sale del bolsillo del cuerpo técnico. Cosas para los trabajadores salen de los jugadores. Lo hacen porque tienen un sentimiento de responsabilidad hacia Vallecas, la afición y los trabajadores difícil de encontrar en otros sitios. Y ese es el motivo por el que las cosas, a nivel futbolístico, salen bien.

—¿Qué le augura al Rayo?

—Siempre que sean capaces de centrarse en lo deportivo, que lo están consiguiendo, lo veo genial. Son buenísimos. De Frutos es internacional. Isi y Álvaro están al nivel de poder serlo. Chavarría está increíble. Trejo, Pathé Ciss, Unai, Lejeune, Batalla… Vamos a ver hasta dónde llegan este año.

—¿A qué se dedica ahora?

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—No me aburro. Estoy en la inmobiliaria que tengo con mi hermano Sergio y con Café de Finca. Además, a nivel particular, estoy con TVE comentando la Selección, los partidos de Copa, la final de Champions… y con la ESPN comento LaLiga, tanto en inglés como en español. También tengo un proyecto nuevo, que se llama El camino de Mario y está en mi canal de YouTube. El primer capítulo ha sido con Falcao, donde ha contado cosas inéditas. La idea es conseguir patrocinadores para continuar. Quiero hablar de la reinvención, la salud mental… Son charlas con gente a la que admiro y que son ejemplo de cómo superar los malos momentos.

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