Marcelino, oyente en el tango argentino que suena en el Sevilla
Jorge Sampaoli y Mauricio Pochettino ganan enteros en el Sevilla, mientras Lopetegui cumple con las rutinas propias de su cargo. Marcelino, en la sombra.
Julen Lopetegui siguió su rutina en la ciudad deportiva para cumplir, tras el trajín de reuniones del miércoles, mientras incesantemente suenan de fondo melodías de tangos. El baile de candidatos ya comenzó en Nervión, donde va cobrando fuerza el acento argentino. Jorge Sampaoli, que ya entrenó al Sevilla y dejó un sabor agridulce, y Pochettino, a quien se le escapó el tren del Chelsea, aparecen en lugar preferente. Ambos representan apuestas distintas. Una tercera vía que no debería descartarse es Marcelino, una espinita que se le quedó clavada a Monchi hace una década, si bien el perfil de la plantilla no responde casi nada a las demandas del astur.
Todos tendrán que esperar, al menos, unos días. El Sevilla comparecerá en Cornellá con Julen Lopetegui. La convocatoria de prensa lanzada a media tarde para su comparecencia pública, previa a la quinta jornada de Liga, sonó a confirmación oficial del club. Cualquier cambio se aplazaba 48 horas, al menos. No habrá más paciencia.
La destitución está escrita, pero un triunfo paralizaría los planes, sobre todo, de la cúpula dirigente. Monchi es el único que depositó su confianza en el vasco en la sucesión de reuniones de la frenética jornada del miércoles, según desveló Muchodeporte. El director deportivo guarda la esperanza de que el Sevilla reaccione de una vez con Lopetegui, aunque sólo un triunfo para escapar del disparadero devolvería la calma en el club.
Los movimientos entre bambalinas son lógicos. La etapa de Lopetegui está a bocanadas de expirar y el Sevilla se mueve con celeridad para preparar la alternativa. De haber cerrado el sustituto, ni siquiera le quedaría al actual técnico la vida extra que disfrutará en Barcelona.
Jorge Sampaoli es uno de los nombres apuntados en rojo. Ya dirigió al Sevilla hace un lustro. Es un gran motivador y la plantilla está confeccionada mucho a su medida, jugadores argentinos aparte. Acabó cuarto con 72 puntos, el tercer mejor registro de la historia. Sus credenciales son el juego ofensivo al pie, pero el equipo se despeñó en el tramo final, tras la eliminación en Champions con el Leicester. Su predilección por el riesgo sería una temeridad en un estado crítico como atraviesa el Sevilla. Y no es hombre de club por su nulo compromiso en colaborar en actos públicos. Estos gestos los cuida al detalle el club. Nada habría que achacarle por su destemplada salida, mediante cláusula escapatoria, con un año más de contrato: qué argentino comete la locura de decirle no a la albiceleste.
Pochettino es un perfil más discreto en los modales y en su ideario de juego. Está sin equipo desde que el PSG le regaló una jugosa liquidación. Es un clásico en la agenda de Monchi, que tampoco pierde ojo a Marcelino. El astur es amante del vigor, la presión y la velocidad, carencias que lastran a este Sevilla, pero su entorno guarda un prudente silencio. Salvo bajo secreto de confesión, se enclaustra, mientras un colega sigue en el cargo.