Leganés - Real Madrid | Mantovani
Mantovani: “Ante el Madrid era peor jugar contra el plan B, ¡cómo corrían los pibes!”
Mantovani, leyenda del Leganés, evoca en Casa Juan sus duelos frente al Real Madrid y el ‘Pepinazo’ Copero en el Bernabéu de 2018: “Esa noche Zidane se dio cuenta que no podía seguir”
En el coqueto reservado del Restaurante Casa Juan, la voz de Martín Mantovani resuena como un trueno de carcajadas con regusto a tango. “Y el hombre salió del baño con el periódico debajo del brazo, mirándonos como si nada, después de que los tres que habíamos llegado pronto lleváramos media hora hablando de los compañeros, de Garitano, del club… ¡y no sabíamos que el señor estaba ahí!”, explota entre risas, mientras relata aquellos años en los que el Leganés, su Leganés, recién ascendido a Segunda (2014), tenía que entrenar en el Pabellón Europa, una instalación municipal que compartía con ancianos apuntados a clases de pilates y yoga. Allí también se mancomunaba la intimidad del cambiador.
El fango del fútbol base no tiene secretos para esta leyenda pepinera, mito entre los mitos de un club que conoció hundido en el pozo de Segunda B (2013) y acabó capitaneando en el Olimpo de los mejores, la Primera División (2018). Por el camino, dos ascensos en sólo dos años y goles en todas las categorías profesionales (con Eraso, el único pepinero de la historia que lo ha hecho) hasta convertirse en el extranjero con más partidos en el Lega: 167 entorchados repartidos en cinco temporadas cuajadas de éxitos. “La culpa es de mis hijos. Cada vez que me nacía uno, ganábamos algo. Con Miranda ascendimos a Segunda, con Claudia a Primera. Y Fabio nos nació poco después de cargarnos al Real Madrid”, evoca.
La gesta del ‘Pepinazo’
Ahora, a sus 40 años, Martín ejerce a medio camino entre embajador del club pepinero y estrella de la Kings League que apadrina Gerard Piqué. Es el único futbolista de este peculiar torneo que ha ganado dos títulos de liga con dos equipos diferentes. La gloria le persigue. También los recuerdos de unos años en los que, luciendo el escudo del laurel, se atrevió a tutear al Real Madrid. Desde el banquillo (sustituyó a Siovas), Mantovani fue uno de los héroes blanquiazules que eliminó en los cuartos de final de la Copa del Rey de 2018 al que luego acabó siendo campeón de Europa.
Remontada 1-2 en el Bernabéu tras 0-1 en Butarque. La primera vez en la historia que los blancos caían en el torneo del KO después de haber ganado en la ida. Épico se queda corto. “Nosotros íbamos convencidos que podíamos competirles. Lo de eliminarles fue la consecuencia de estar enchufados. Asier nos lo dejó claro en la charla previa: ‘No le perdamos la cara al partido y tendremos nuestras chances’. Y los eliminamos, loco. Esa noche Zidane se dio cuenta que no podía seguir”, cuenta Mantovani con la mirada fija en sus interlocutores y un flequillo a lo Superman cayéndole levemente de su cuidado tupé.
Martín está fino. “Más que cuando jugaba”, repite entre risas. El buen rollo es su idioma. Y eso que también las ha pasado canutas. Desde dormir en una estación de autobuses para conseguir el pasaporte italiano, hasta sentir el fantasma de la depresión cuando fichó por Las Palmas. “No me salían ni los pases a un metro”, evoca algo más serio. Pero pronto cambia el tono. “Cuando jugabas contra el Madrid y venía un córner, se te caía la baba. Tenías en diez metros a los mejores del mundo. Te llegaban Cristiano, Bale, Benzema, Varane, Casemiro, Ramos… ¿Y ahora te pregunto a quién agarrás para que no te marquen gol?”, relata recordando, sobre todo, aquella primera visita en Liga al Bernabéu. El único partido que Cristiano Ronaldo jugó contra el Leganés. Y no marcó. Los pepineros son la única excepción en España a la que CR7 jamás hizo tanto alguno.
¿Tensión con Morata?
A cambio, Morata sí les perforó la portería esa mañana. “Yo lo cagué a patadas, pero marcó uno de los tres goles. En zona mixta le preguntaron y se acordó de mí y de alguna otra de las que le había dado”, empieza contar Mantovani como prólogo de un tenso momento vivido en Butarque. “Al descanso, ya con 0-2, camino del vestuario oigo que me dicen por detrás: ‘Mantovani, Mantovani’. Era Morata. Yo iba quemadísimo del resultado, imaginá. Ya pensé que me iba a recordar las patadas del Bernabéu Y yo ‘¿Qué querés?’… pero no. ‘Te conozco de hace mucho tiempo. En un Atlético B – Castilla que jugaste tú con el Atleti yo era uno de los recogepelotas. ¿Nos cambiamos luego las camisetas?’, me dijo. Me quedé loco. Y todavía la guardo con mucho cariño”, evoca.
Aquel choque terminó 2-4 contra la famosa Unidad B de Zidane. “Era mejor jugar contra la A que contra la B, porque los suplentes corrían como condenados y eran igual de buenos”, añade un Mantovani que, para el duelo del domingo, el reencuentro entre Leganés y Real Madrid en Butarque, ve al Lega con opciones. “Es buen momento. Borja Jiménez [entrenador del Leganés] es como Garitano. Conocen sus fortalezas y saben explotarlas. Yo confío”, añade antes de despedirse entre más carcajadas y sin que la tarta de queso que acaba de meterse se le note lo más mínimo en su estilizado cuerpo. Genio y Figura.
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