Mañana nada será igual
El viejo Camp Nou cierra y despide a dos mitos del equipo azulgrana: Busquets y Jordi Alba. El Mallorca se juega sus últimas bazas para entrar en Europa mediante la Conference League.
Para el socio del Barcelona, hoy no va a ser un día cualquiera. A partir de mañana será todo diferente. Esta tarde, a las 19:00 horas el Camp Nou acogerá su último partido antes de que lo derrumben para que se convierta en un recinto tan moderno como necesario. De un campo, se pasará a una instalación que podría estar en Dubai o en Leverkusen. Que obviamente es necesaria y casi obligatoria en estos tiempos y a la que habrá que acostumbrase como lo hicieron los que se fueron de Les Corts al Camp Nou. Pero cuando uno se va de casa siente vértigo y añoranza preventiva (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
El equipo barcelonista, ya campeón, no se juega nada a diferencia de un Mallorca que mantiene opciones de acceder a Europa mediante la Conference League. Que me perdonen Busquets y Alba, que en otras circunstancias monopolizarían esta previa. Porque se van (los dos a la vez además) dos futbolistas de leyenda. Pero hoy hay que escribir del estadio. El escenario nunca te falla, con los artistas, por muchos que los admires, siempre hay un momento de fricción.
Los edificios son fiables y marcos de referencia. Cuando se quemó la Fenice de Venecia o el Liceu, el desconsuelo era por la patria perdida, a los artistas los podrías ver en otros sitios. Por eso cuando se visita Roma impone el Coliseo y no el recuerdo de los gladiadores.
Hay moles de cemento armado que emocionan incluso cuando no hay partido y en los que no hace falta entrar para que te transmitan algo.
Estadio Azteca, San Siro, Maracaná, Defensores del Chaco, Wembley, Centenario, Bernabéu, Mineirao, Anfield, Craven Cottage Bombonera, Gasómetro, La Corregidora... y el Camp Nou.
Hoy, niños y niñas que imaginaron gracias a Miguel Ángel Valdivieso, José Félix Pons, Joaquim Maria Puyal o Estudio Estadio lo que sería ir al Camp Nou hasta el día que al fin lo pisaron de la mano de un mayor, tienen una cita. Adultos que nunca olvidarán la emoción que sintieron cuando por primera vez, saliendo de la bocana, vieron el verde y sintieron la misma tensión de quien les guiaba, quien también, en ese momento, revivió el calambrede tiempo atrás cuando cogía de la mano a alguien que recordará. Y nada será igual.