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ESPANYOL

Lotina destapa su desencuentro con Pochettino: “Vino a buscarme”

Años después de separarse en el Espanyol, se reencontraron como técnicos en Cornellà. “Por respeto a él no voy a explicar lo que me dijo”, explica el de Meñaka, que recuerda su etapa perica.

Actualizado a
31/10/10  PARTIDO PRIMERA DIVISION
DEPORTIVO DE LA CORUÑA - ESPANYOL 
LOTINA
POCHETTINO 
SALUDO
MONCHO FUENTESDIARIO AS

En el imaginario colectivo del perico quedará para siempre aquella reunión ‘televisada’ sobre el césped del Estadi Olímpic entre jugadores y cuerpo técnico, en que Mauricio Pochettino le reprochaba a su entonces entrenador, Miguel Ángel Lotina, que no se estuviera haciendo piña y que cada vez se “alimentara” más a la prensa con las diferencias en el vestuario. Aquello fue en octubre de 2005, una temporada que finalizó con un título de Copa del Rey, con una permanencia agónica y con los dos protagonistas de la historia fuera del Espanyol. Pero la cosa no quedó ahí.

Más de tres lustros después desvela Lotina, en una entrevista con el programa ‘Tiempo de Espanyol’, de Cope, que ambos volvieron a protagonizar un incidente cuatro temporadas después, cuando el hispanoargentino ya era el técnico blanquiazul y el vizcaíno visitaba el RCDE Stadium por primera vez, al mando del Deportivo. “La primera vez que fui con el Depor al nuevo estadio, después del partido vino a hablar conmigo”, anuncia Lotina, quien continúa: “Por respeto a él no voy a explicar lo que me dijo, pero vino a buscarme. No puedo decirlo porque son cosas personales. Yo le quité importancia y ya está”. Y añade: “Él vino a aclarar cosas y yo le tranquilicé en ese aspecto. Son cosas de fútbol y ya está. Siempre le he deseado lo mejor, creo que como entrenador lo está haciendo muy bien”.

Con una sonrisa recuerda Lotina su etapa de dos temporadas en el Espanyol, entre 2004 y 2006, con otra gran figura, la del presidente, Dani Sánchez Llibre. “Dani, que tiene mil virtudes y algunas cosas, me decía que me iba a renovar dos años y al día siguiente leía en la prensa que no sé qué. Es Dani”, resume el entrenador, quien destapa otra anécdota en la que aparece el mandatario: “Con Maxi (Rodríguez) pequé de entrenador de club, porque me llamó Dani (Sánchez Llibre) y me dijo que si no se iba en ese momento, en enero se marcharía gratis. Miré más hacia el club, luego me di cuenta de que la situación no había sido acertada”.

El ‘lo siento’ del linier de Pamplona

De aquel gol anulado al Espanyol ante Osasuna, en 2005 en El Sadar, que le impidió participar en la Liga de Campeones por primera vez en su historia, evoca amargamente Lotina que “el linier se equivocó gravemente. Luego me encontré con él (Roberto Díaz Pérez del Palomar) y se lo dije. ‘Ya lo siento’, me contestó. Hoy en día, y sin entrar en el VAR, ningún juez de línea de los que hay en España hubiese levantado la bandera”.

No se olvida el preparador de Óscar Serrano, que estuvo acusado –y posteriormente absuelto de una agresión sexual– y al que decidió defender a altas horas de la madrugada: “Jugábamos contra el Albacete y a las tres de la mañana un grupo de chavales empezaron a chillar desde la calle. Le estaban llamando de todo a Serrano, así que me puse un jersey encima del pijama y bajé a enfrentarme a ellos”.

Otro hito fue la Copa del Rey de 2006, conquistada con un 4-1 en la final ante el Real Zaragoza, en el Bernabéu. “Mucha gente me dice que gané el último título que tiene el Espanyol”, destaca Lotina quien lamenta que “lo ganamos y estábamos en descenso. El primer año lo hubiera disfrutado mucho más”.

Pero pronto, un mes después, llegaría esa salvación en el último minuto, ante la Real Sociedad. “No me daba tiempo ni de mirar, solo intentaba levantar el ánimo. Cuando entró fue tremendo. Con todos los jugadores tienes una relación, pero a Coro lo veía como un hijo. Que fuese él quien marcó fue muy bonito”, rememora un Lotina que zanja: “Yo estaba muy bien en el Espanyol, era un orgullo, pero para mí y para el club era mejor que viniera otra persona. Lo tenía decidido pasase lo que pasase, pero quedarnos en Primera fue un gran alivio”.