Los secretos de Balde
El lateral, que amplía este jueves su contrato con el Barça hasta 2028, ha ganado diez kilos de masa muscular y cuida al extremo un físico ya de por sí privilegiado. Su entrenamiento personal hace hincapié en la pliometría (entrenamiento de saltos).
A apenas un mes de cumplir los 20 años, y después de una temporada pasada inolvidable en la que terminó de explotar, Alejandro Balde firma este jueves su ampliación de contrato hasta junio de 2028 y entra en el club de los azulgrana con 1.000 millones de cláusula. A todo esto, Balde ha llegado a velocidad de vértigo. Se cumplen ahora dos años de su debut con la camiseta del Barça. Fue Ronald Koeman quien le dio la alternativa en una noche dura contra el Bayern. Balde salió en el minuto 73 por Alba, que estaba lesionado. El Barça perdió 0-3 y evidenció que estaba lejísimos esos días de la élite europea, pero Balde cumplió un sueño y, además de llevarse la camiseta a casa, se la pidió a Upamecano…, y Alphonso Davies. Por entonces, el mejor lateral izquierdo del mundo. Balde juega ahora en esa liga.
Hijo de padre guineano y madre dominicana, se crio dándole patadas al balón con su hermano Edy en la Plaça del Porxus (distrito de Sant Martí), donde sus padres tenían un local. Con seis años, empezó a jugar, de delantero, en el Prebenjamín del Sant Gabriel. Llamaba mucho la atención, así que Espanyol y Barça se pelearon por él. Después de un año como blanquiazul, Balde se marchó al Barça, donde lleva casi tres lustros y ha dado todos los pasos para llegar donde estar hoy. El verano pasado resultó fundamental para él. Con Marcos Alonso camino de Barcelona para hacer competencia a Alba, por la cabeza de Xavi pasaba una cesión del catalán. Pero cuando lo vio desenvolverse en la gira por Estados Unidos, cambió de opinión. Después de mantener a Alba en el once inicial en la primera jornada ante el Rayo, Balde ya fue titular en el Reale Arena en la segunda jornada. El Barça ganó 1-4, él fue un avión; y se quedó en el equipo. Hasta hoy.
Amante del hip-hop, Balde debutó en septiembre de 2022 a las órdenes de Luis de la Fuente; y le cayó del cielo un Mundial en noviembre después de la desafortunada lesión de Gayá. Allí hizo buenas migas con Nico Williams. Su primer gol con el Barça también tuvo historia. Fue en Cornellá, el día del alirón el pasado 14 de mayo. Se fue al banquillo a celebrarlo con Franck Kessié, que le había prometido un reloj si era capaz de marcar un gol… “Todavía estoy esperando que me lo regale”, bromeó recientemente en la presentación del documental A New Era.
Balde, salta a la vista, tiene un físico privilegiado para jugar al fútbol. Pero también lo cuida. En noviembre del año pasado, coincidiendo con su convocatoria para el Mundial, la revista Men’s Health entrevistó a Johathan Mengeli, su entrenador personal y al que Balde conoció ya que también trabajaba con Xavi Simons. Mengeli reconoció en la entrevista que Balde había ganado unos 10 kilos de masa muscular. Su entrenamiento personal hace hincapié en las sentadillas y la pliometría (entrenamiento a base de saltos). “Salta fácil entre 1,20 y 1,50 metros a una pierna. La pliometría a un pierna ayuda mucho a un futbolista y su velocidad. Les ayuda a pensar y reaccionar rápido”, contaba Mengeli en una entrevista en la que también recomendaba buenos estiramientos, beber agua y una alimentación basada en hidratos (pasta o arroz con verduras, lentejas o brócoli) para recuperar bien; e insistía en la creatina, la proteína whey o de suero de leche y los aminoácidos como suplementos importantes para tener más energía y recuperar mejor. Es obvio que en la explosión de Balde todo está calculado.