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ESPANYOL

Los malabarismos del filial

El Espanyol B cayó derrotado ante el Valencia Mestalla por 0-6 en una goleada histórica pese a ir líder de la Segunda RFEF: este curso está lidiando con pocos efectivos por las circunstancias del primer equipo.

El banquillo del Espanyol B ante el Valencia Mestalla.
David Jimenez

El Espanyol B llegaba líder al encuentro de este sábado ante el Valencia Mestalla y registró finalmente la peor derrota de su historia en Sant Adrià. Un 0-6 sin paliativos en el que sobresalió, para más retranca, el hijo (Fran) del anterior director deportivo, Francisco Rufete. Una derrota que devuelve a la realidad a un equipo que ha rendido hasta el momento por encima de sus posibilidades debido a todas las circunstancias que han rodeado este curso a los de Luis Blanco. El objetivo para los blanquiazules continúa siendo el ascenso a Primera RFEF, pero para ello deberá haber movimientos.

Como fichas de dominó, las vicisitudes en la configuración de la plantilla del equipo de Diego Martínez ha provocado que buena parte de los jugadores determinantes del filial no hayan podido jugar todavía. Se trata de talentos como Omar El Hilali, Simo Keddari, Luca Koleosho, Rubén Sánchez o, en menor medida, el propio Dani Villahermosa, titular este sábado y quien ha jugado ocho de los 12 encuentros. Este grupo de futbolistas, a los que hay que añadir puntualmente a otros como Kenneth Soler o Nabil Zoubdi, se entrenan habitualmente con el primer equipo, por lo que no participan en las sesiones del filial.

A eso se le añade los lesionados que ha habido durante el curso, como Alejandro Pérez, por lo que Blanco en ocasiones solo ha tenido a 14 jugadores de campo disponibles de su plantilla para competir cada fin de semana o para los entrenamientos. El técnico debe también echar mano de un Juvenil A que se encuentra hasta esta jornada en tercera posición de la División de Honor por detrás de Zaragoza y Barcelona. Salvo Juan Becerra, de 24 años, el resto de jugadores tienen menos de 22 años y Roger Martínez, de 18, es uno de los fijos en el centro del campo.

Los canteranos que empezaron el curso en el primer equipo.
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Los canteranos que empezaron el curso en el primer equipo.RCDE

No obstante, el filial debe reforzarse para poder aspirar a su objetivo, que es el ascenso, algo que ya se escapó el curso pasado en la primera ronda del playoff ante el Arenas de Getxo. Hay dos vías para ello. Si el primer equipo gana efectivos en el mercado de invierno, como un central o un extremo, jugadores como Koleosho o Simo reforzarían el equipo de Blanco a partir de enero, sin duda dos futbolistas tan jóvenes como determinantes. No se descarta tampoco que la dirección deportiva vaya al mercado para potenciar el segundo equipo con algún que otro fichaje. Todos asumen que la situación actual es excepcional. El filial necesita resistir hasta enero cuando, a priori, pueda competir con muchas más garantías.