Los fondos de Goldman Sachs ‘miran’ la clasificación
Una de las preocupaciones de Layhoon Chan antes del pasado viaje a Florida era que el equipo hubiera recortado distancias con los puestos de salvación.
El Valencia ha retomado las obras del Nuevo Mestalla y para ello, como es sabido, ha trazado un plan de financiación con Goldman Sachs. De momento, el club y la entidad bancaria ya han cerrado (se anunció en noviembre) un préstamo puente de 65 millones y un crédito a largo plazo de 121 millones con los que refinanciar sus deudas. Tal primer acuerdo refrenda buena sintonía entre club y el líder americano de banca de inversión.
El Valencia está ahora en negociaciones para ampliar la financiación hasta un máximo de 325 millones para construir el estadio (absorbiendo en la cuantía final los 65 millones ya otorgados). El problema es que toda la operación ha coincidido con el coqueteo del equipo con el descenso a Segunda y ya se sabe que los riesgos no son del agrado de los inversores. El Valencia, ese nuevo préstamo (la cifra final la marcará el definitivo y real coste del estadio), espera obtenerlo con cuotas a 25 años -con dos años de carencia- y a un interés inferior al 7%. Y este porcentaje es el que sabe el club que oscilará dependiendo de la clasificación del equipo en la firma.
El Valencia, a principios de febrero, viajó a Florida para participar en el Foro Mundial Anual de Goldman Sachs, entidad líder en banca de inversión. Allí, Layhoon Chan y otros ejecutivos (Inma Ibáñez, Javier Solís, Jorge García y Cristian Schneider), presentaron el proyecto del Nuevo Mestalla y el estudio de explotación del mismo realizado por Legends. Lo hicieron a diferentes fondos de inversión que trabajan con Goldman Sachs, que previamente había hecho una selección entre aquellos que podrían estar interesados en invertir en infraestructuras deportivas.
El impacto de las reuniones en Florida
En las semanas previas a tales encuentro con inversores, la preocupación de la presidenta por el devenir del Valencia era doble. Por un lado, por la propia situación deportiva del equipo, que se hundía cada jornada más en la clasificación y que propició el relevo de Rubén Baraja; por otro, el objetivo inmediato de Layhoon Chan era tratar de llegar a tales reuniones de febrero lo más cerca posible de la salvación. De ahí la premura con la que se aprobó la inversión para el fichaje de Carlos Corberán, a quien se le veía el idóneo para revertir de inmediato la situación, y el fichaje apenas se levantó la persiana de enero de Sadiq Umar, dos operaciones que rondaron los 10 millones entre finiquitos, cláusulas y cesión.
Las victorias contra la Real Sociedad, Celta y Leganés en Mestalla, además del empate en el Sánchez Pizjuán, le dieron al Valencia aire que respirar y a los ejecutivos blanquinegros un contexto a la hora de negociar menos dramático de lo que lo hubiera sido de estar a 7 puntos de la salvación, aunque no hayan salido todavía del descenso. En los días de cónclaves en Florida, varios fondos de inversión ratificaron su interés en participar en el préstamo, aunque los últimos flecos (los claves a la hora de cerrar las condiciones) se resolverán entre abril y mayo, fechas en las que el campeonato de Liga habrá entrado en su recta final y la situación clasificatoria del Valencia, el mayor o menor riesgo de descenso, también ‘jugará' su papel en las condiciones de la operación financiera.
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