Los fichajes brasileños más surrealistas del Barcelona
Vitor Roque es el último de una larga lista de jugadores procedentes de Brasil que han pasado sin pena ni gloria por el club azulgrana. Algunos ni tan siquiera debutaron en partido oficial


En el Barcelona han jugado algunos de los mejores brasileños de la historia. Sin necesidad de irnos demasiado lejos en el tiempo, tenemos los casos de Romario, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho o Neymar. Después hay otro grupo de futbolistas procedentes de ese país que dejaron un buen recuerdo en el club azulgrana. Algunos rindieron a las mil maravillas, como Dani Alves o Raphinha, o bien cumplieron con acierto en su cometido. En este grupo estarían perfiles como el de Giovanni Silva, Sonny Anderson, Belletti, Sylvinho, Edmilson, Maxwell, Adriano o Paulinho.
Pero también existe una larga lista de fichajes brasileños que resultaron un absoluto fracaso. Muchos de ellos indefendibles, surrealistas y hasta cierto punto sospechosos porque nadie quiso asumir su ‘paternidad’. Muchos de ellos, la mayoría, sin apenas presencia en el primer equipo y unos tantos otros sin haber conseguido debutar en partido oficial. Lo más grave de todo es que aparecen algunos que costaron bastante dinero.
Se podría empezar la lista con el defensa Marcelo Anderson, que estuvo en el Barcelona la temporada 2000-2001 y que llegó junto a Triguinho. Los dos llegaron apadrinados por Rivaldo. Marcelo jugó dos partidos de Copa Catalunya y Triguinho participó en un amistoso. En la temporada siguiente, la 2001-2002, el club azulgrana hizo dos apuestas por dos brasileños que acabaron siendo un absoluto fracaso: Rochemback y Geovanni Deiberson.

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Son dos de los casos en los que el Barcelona invirtió bastante dinero y en el segundo se le recuerda mucho más por una frase de la negociación que por su juego. “Chusín, el precio lo pongo yo”, fue lo que le dijo el director deportivo del Barça, Anton Parera, a ‘Chus’ Pereda, según contó, para que fijaran el precio del traspaso con el Cruzeiro en 18 millones de euros.
Unos años más tarde, en la temporada 2009-2010, llegaron Keirrison, delantero, y Henrique, central. El Barcelona pagó por ambos 22 millones de euros (Henrique por 8 y Keirrison 14). Ninguno de los dos futbolistas llegó a jugar un partido oficial con el Barcelona. Surrealista también fue la incorporación de Douglas Pereira. Se pagaron 4 millones de euros al Sao Paulo por un jugador que se pasó la mayoría de su contrato yendo de cesión en cesión hasta que le dieron la carta de libertad. Apenas jugó ratitos en ocho partidos oficiales. Entre los últimos fracasos, además del de Vitor Roque, hay los de Marlon, otro central, Matheus Pereira y Matheus Fernandes, al que se le despidió, Vitinho y Gustavo Maia.




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