Los datos a revertir por el Valencia

El pasado lunes Marcelino, Eder Sarabia, Julián Calero y Pablo Hernández debatieron sobre futbol en la apertura del VII Curso de Entrenadores de la Federación Valenciana de Fútbol. A la mesa estaba invitado Carlos Corberán, aunque disculpó su ausencia porque el Valencia a la misma hora tenía entrenamiento tras la derrota en Girona. En la tertulia salieron a la palestra las herramientas que ahora tienen los entrenadores y “las 60 horas al día que podríamos estar estudiando datos”. Todos ellos coincidían en darle más relevancia a las “sensaciones” que a los “fríos datos”, aunque estos ponen en aviso sobre los aciertos o los problemas que tiene un equipo.

Tal introducción se expone para desgranar las diferencias estadísticas entre el Valencia de Corberán de la pasada temporada (21 jornadas) y el de la presente (8). Las sensaciones del equipo obviamente no son las mismas y los datos así lo corroboran. De sumar 1,62 puntos por partido a solo uno por partido, de perder cinco partidos de Liga en sus primeros cinco meses a cuatro en apenas dos.

Estos son registros a grandes rasgos, aunque también hay otros que ponen el foco en los pormenores y que se han solicitado a BeSoccer para la elaboración de este análisis sobre el Valencia de Corberán de la segunda fase de la temporada 2024/25 y el del arranque de la temporada 2025/25.

Las estadísticas de pases

El Valencia esta temporada intenta menos pases por partido que en la pasada (41,29 menos) y realiza más pases largos (6,80). Sin embargo las pérdidas de balón son similares (105,75 por 105,04). Ello podría traducirse en un juego más directo, aunque los porcentajes de éxito de los pases (en corto, largos, al último tercio y al área) son mejores en el pasado que en el presente.

Así, la lectura que hacen técnicos consultados para este análisis es que al Valencia esta temporada le está costando dominar los partidos con balón ni tampoco juega con seguridad en campo contrario, de ahí que se apunte a que los pases en largo sean más un recurso para protegerse y evidencian a su vez un problema en la salida del juego. Eso se explicaría por los peores porcentajes de pases al área y de centros con éxito desde las bandas, que indicarían un problema en la creación de oportunidades.

Las estadísticas en ataque

La efectividad de cara algo está siendo uno de los fuertes del Valencia. Los registros de Danjuma y Hugo Duro en este sentido son mayúsculos: seis goles en 11 disparos entre palos. El Valencia le hizo un gol a Osasuna en su único remate entre palos (tres en total); tres goles al Getafe con únicamente siete remates a portería (cuatro solo entre palos) y para hacerle dos al Espanyol solo necesitó de cinco disparos (dos entre palos).

Contra el Girona, sin embargo, solo pudo hacer un gol en 19 remates (su récord en esta Liga), aunque fue en la segunda parte del encuentro en Montilivi cuando más “sensación” de control del partido con balón ha tenido (junto a los primeros 25 minutos en casa del Espanyol). De ahí que la efectividad esté siendo clave, porque el equipo no llega cómodo al área, de ahí el mencionado dato de peor porcentaje de pases con éxito en los metros finales, el menor número de toques en el área o el peor porcentaje de regates con éxitos.

Las estadísticas en defensa

El Valencia está concediendo un número alto de ocasiones a los equipos rivales: es el tercer equipo que más goles ha recibido (aunque 6 de los 14 los recibió en un solo partido), si bien, es el sexto al que más veces le han disparado a portería (110). En las estadísticas vinculadas a factores defensivos que recoge BeSoccer solo en dos parámetros los registros son mejores los de la presente temporada en relación a los de la pasada con Corberán: paradas (3,38 por partido por 3,29) y duelos aéreos ganados (14 por 12,13).

Esos datos, a su vez, vienen a decir que al Valencia le han rematado más a portería en estas ocho jornadas que en las 21 de la temporada pasada (de 4,67 veces la pasada a 5,13 en la actual) y que le centran más. Pero el Valencia tiene peores registros en intercepciones, duelos ganados y recuperaciones. Ello transmite problemas en la presión, en la basculación y en la intensidad, porque el Valencia pierde más disputadas de las que gana (el 51%). Los automatismos de movimientos, tanto en ataque como en defensa, se deben pulir y a ellos se suman los problemas que ha demostrado el equipo para controlar las acciones a balón parado.

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