Los cuatro pepineros sin contrato, en un limbo de futuro blanquiazul
Nyom, Miramón, Undabarrena o Portillo todavía no saben si seguirán en el Leganés. El club les dice que aún no se ha tomado decisión. Su paciencia se agota y podrían estudiar otras ofertas.
Ya es 1 de julio. Cuatro jugadores hasta ayer, 30 de junio, pertenecientes al Leganés (también los cedidos, aunque de éstos no se espera retorno alguno) ya no se acogen a la disciplina pepinera. No son futbolistas cualesquiera. Allan Nyom, Jorge Miramón, Iker Undabarrena y Francisco Portillo han sido piezas clave en el ascenso a Primera. Unos habituales que han superado los 2.000 minutos de juego. Bueno, en verdad Miramón se quedó a 9′ de conseguirlo. La nada. Pero, pese a ese rol capital en la gesta del ascenso, aún no se sabe si van a seguir en el Leganés. Tampoco si se van a despedir de un club que, por ahora, les comunica a todos que se siguen analizando sus casos. Que no hay decisión tomada. Que podrían continuar… o no.
Tal y como viene sucediendo desde que el Leganés ascendió a Primera. Tensa y larga espera que en algunos casos ya ha tenido consecuencias. Dani Jiménez, portero ya del Huesca, no quiso esperar. Tras la última conversación con el Lega, decidió cambiar de rumbo y aceptar una de las ofertas que tenía sobre la mesa. Los otros cuatro protagonistas de este relato también tienen ofertas. Pero todos andan aguardando la del Leganés, eso sí, ya cada vez con menos margen de paciencia y más opciones de que aparquen la vía pepinera y se lancen a por las propuestas de cambiar de equipo que tienen sobre la mesa.
El riesgo de quedarse sin nada
Porque, además, todos menos Undabarrena (29 años) están bien entrados en la treintena. Nyom tiene 36 primaveras, Miramón, 35 y Portillo, 34. Esperar es un riesgo. Bien lo sabe el mismo Portillo, fichado la pasada temporada por el Leganés el 20 de septiembre, ya con el mercado cerrado y porque Txema Indias, director deportivo de los blanquiazules, se empeñó en hacer el esfuerzo de atarlo. Mereció la pena.
Pero éste, el de arriesgarse a quedarse sin nada, es un escenario que podría repetirse en su caso y en el del resto de sus compañeros sin contrato si es que se deciden por estirar demasiado el tiempo de espera para que llegue alguna oferta interesante. Es también el peligro al que se enfrenta también el Leganés, interesado (al menos así lo ha deslizado) en quedarse con alguno de estos nombres, pero con opciones de que, para cuando quieran hacerlo, los protagonistas ya se hayan comprometido con otros clubes.
Análisis a fuego lento
Entre tanto, el Leganés continúa con los procesos de análisis de información que hacen que, un mes después de haber subido a Primera, todavía no se hayan tomado pasos en firme en torno a estos procesos. El modelo de gestión de Blue Crow Sports (BCS), actuales dueños del club, implican largas tareas de evaluación (desde deportivas, hasta estadísticas, pasando por económicas o de rendimiento físico) que provocan que cada decisión se demore en el tiempo.
Pero desde el núcleo duro de BCS están convencidos de que éste es el mejor método para afrontar ciertas fases de un proyecto como el del Leganés, aunque impliquen retrasos en la toma de decisiones frente a los frenéticos ritmos habituales del fútbol. Es por esto que el club públicamente no puede tampoco informar de decisión alguna. Esto es, no puede decir nada porque aún no se sabe si siguen o si se van. Limbo que podría incluso prolongarse más allá del 8 de julio, fecha en la que comenzará la pretemporada.
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