Los ‘cazafantasmas’ del Espanyol
Puado, el Míster Universo perico 2023, y un Joselu inverosímil reviven con golazos a un Espanyol que derriba fantasmas precisamente ante Quique Sánchez Flores. Del descenso a la 14ª plaza.
Rolex y Ferrari. Resultaría imposible (e imperdonable) no comenzar estas líneas con ellos. Con los tres golazos del partido, acaso en parte también de la Liga. Dos de ellos, separados apenas por un minuto y 25 segundos, contando en ese tiempo la celebración del primero. Porque Joselu Mato, a algo menos de 50 metros de la portería de David Soria, y Enes Ünal, desde el vértice izquierdo del área perica, regalaron en un suspiro dos momentos de esos por lo que el fútbol es el mayor espectáculo de masas del mundo. De los de echarse las manos a la cabeza. “No había visto dos golazos tan seguidos en la historia del fútbol”, nos escribía alguien que ha asistido a finales de Champions y Mundiales. Y en la segunda parte se les unió Javi Puado, con otro quizá no tan vistoso pero igual de complejo, de artístico. Joselu, Ünal y Puado fueron Rolex, Ferrari. O todo cuanto quisieran ser, claramente.
“Pero qué”. Esa expresión, sin más, tuiteaba el Espanyol desde su cuenta oficial como reacción incrédula a la diana de Joselu, no solo la más bella sino que también y con diferencia la más rápida de la temporada en clave perica. El décimo tanto del gallego en esta Liga, para más señas. El caso es que ese “pero qué” bien podría haber valido para el 1-1 inmediato, y para el de Puado, lógicamente. O para cualquiera de esas acciones aéreas a balón parado que se le siguen resistiendo al equipo incluso con defensa de cinco y tres torres como centrales, entre ellos un César Montes que debutó como titular en Liga a golpe de rechaces. “Pero qué”, igual que aquel “jodido pero contentos” de Diego Martínez al cierre del mercado estival podría servir directamente como ‘claim’ blanquiazul de la temporada, y desde hace ya tiempo con Chen Yansheng. En lo bueno y lo malo: ¿Pero qué, Espanyol?
Míster Universo 2023. Como parece que la cosa va de frases, decía el entrenador del Espanyol en la previa que Puado llegaba al partido “con el guapo subido”, ya que junto a la que habitualmente aporta había empezado 2023 con sendas dianas frente al Celta en la Copa y el Girona en la Liga. Siguiendo la analogía de Diego Martínez, habrá que rebautizar como Míster Universo al canterano perico, puesto que en Getafe no solo enlazó su tercer encuentro anotando, y que fue el tanto de la victoria, zafándose de dos centrales, superando a Soria y definiendo con la izquierda, sino que se equiparaba por su calidad, dificultad y tesón a los otros dos golazos de la tarde. Lleva cinco esta campaña. En AS, esta pasada Navidad, se propuso en voz alta superar los diez. No puede ir por mejor camino.
Un cambio, en todos los sentidos. Por la dificultad de irrumpir en el ritmo de un partido eléctrico, el empaque del equipo y las molestias contenidas de algunos jugadores, a pesar incluso de que los tres centrales estaban cargados con sendas amarillas, esta vez Martínez no solo no apostó por realizar tres cambios de golpe, como había sucedido en la jornada previa justo unos instantes antes del 2-2 de Yangel Herrera para el Girona, sino que únicamente hizo uno en todo el encuentro. Fue el de Edu Expósito por Puado, y llegó en el minuto 79. A punto estuvo de hacer otro en el 90′, cuando iba a entrar Rubén Sánchez, pero finalmente le mandó a ponerse de nuevo el chándal. Definitivamente, al entrenador le salió prácticamente todo bien en Getafe.
Derribando “fantasmas”. Con mayor sufrimiento del que jamás podrían aguantar muchas otras aficiones, pero con inteligencia y oficio, se adjudicó el Espanyol su tercera victoria en la Liga. La primera en tres meses menos un día, desde la conseguida el 16 de octubre en casa ante el Valladolid. Si el partido había servido para desmontar los tópicos de lo que podía deparar un Getafe-Espanyol, con golazos, emoción y hasta tramos de buen juego, el resultado derribó fantasmas. Como el “proyecto fantasma” que en su día pronunció sobre los pericos un Quique Sánchez Flores al que la grada azulona esta vez acabó gritándole el “vete ya”. Como la terrible racha blanquiazul en el Coliseum. Como la distancia que mediaba en la clasificación de Primera entre perder o ganar este encuentro. Como la distancia del gol de Joselu. De penúltimo a decimocuarto.