Los audios del VAR: sin censura pero ensayado

Los clubes y los aficionados ya tienen lo que tanto habían reclamado: los audios del VAR. Esas conversaciones que mantiene el árbitro de campo con su compañero en el VOR cuando se acude al monitor para cambiar o no una decisión. Algo a lo que el Comité Técnico de Árbitros (CTA) se oponía al principio pero a lo que han acabado accediendo. En vez de verlo como un riesgo y una amenaza, han decidido darle la vuelta a la situación y afrontarlo como una oportunidad para hacer entender más a los aficionados lo que se ha pitado y hacer pedagogía.

Las primeras conversaciones publicadas han dejado algunas dudas y circunstancias curiosas que se han hecho virales rápidamente por redes sociales. Algunos aficionados han dudado de la veracidad de algunos de los audios y al existir ciertos silencios durante las conversaciones. Pero eso tiene una explicación. Los micrófonos de los árbitros cuentan con una tecnología avanzada que se cortan cuando no están hablando. De esta forma, el compañero que está en el VAR solo le escucha cuando este habla directamente y se corta en caso contrario, impidiendo que se cuele el sonido ambiente. Ese es el motivo de esos silencios de apenas un segundo que existen en los audios publicados por la RFEF. Ya que la directriz que existe desde el Comité es clara: no se edita ni censura nada. Todo lo que se hable desde que el VAR llama su compañero de campo debe salir a la luz.

Esto puede tener ciertos riesgos, como que algún día se escuche alguna palabra malsonante (décadas después se sigue recordando el “Rafa, no me jodas” de Mejuto González a su asistente). De ahí que el CTA les haya pedido a sus colegiados cuidar todavía más las formas en estos momentos. Tanto, que todos los árbitros llevan más de dos meses recibiendo cursos de comunicación. Unas clases que se van a alargar durante toda la temporada. Aunque esto no se ha implantado para evitar que se escuche palabrotas, esta medida se ha adoptado con el objetivo de hacer de esta novedad una oportunidad para acercar el arbitraje a los aficionados y hacer pedagogía. A los trencillas se les está enseñando a ser más directos en sus mensajes y tratar de ser más claros en sus mensajes para que el aficionado comprenda fácilmente el porqué de sus decisiones. Un ejemplo claro fue el Cádiz-Valencia de la 20ª jornada, cuando Jaime Latre (VAR) avisa a Díaz de Mera de un penalti de Pepelu: “Vas a ver que las manos al principio estaban recogidas, pero luego hace un gesto hacia fuera al abrirlas. Ocupa un espacio ahí”.

Aunque deben ser didácticos, también han surgido situaciones curiosas como la vivida en el Valencia-Celta de los octavos de Copa del Rey y que ha sido muy comentada en redes sociales. Ortiz Arias (VAR) llamó a De Burgos Bengoetxea por un penalti y la conversación fue la siguiente:

-Ortiz Arias: “Ricardo, tengo dos cámaras buenas, dos cámaras óptimas. Te recomiendo que vengas a verla, por favor. Vas a ver, Ricardo, como el jugador defensor estira su codo elevándolo a la altura del hombro”.

-Ricardo De Burgos Bengoetxea: “Ponme las imágenes y déjame hablar, por favor”.

-Ortiz Arias: “Venga, pues no te preocupes. No te digo nada y tú lo gestionas. Estupendo”.

-De Burgos: “Vale, suelta. Perfecto, le pega en el codo. ¿Esta es la mejor imagen? Perfecto. ¿La app está limpia?”

-Ortiz Arias: “App revisada”.

-De Burgos: “Vale, penalti sin tarjeta por mano”

Poco a poco, y con ayuda de estos cursos de comunicación, los árbitros irán afinando más sus conversaciones. Queda por ver si el del VAR seguirá siendo tan expresivo y seguirá relatando toda la jugada o si ese papel solo se lo dejará al de campo, como parecía reclamar De Burgos Bengoetxea en su charla con Ortiz Arias.

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