Llorente, a lo Albertini
El madrileño igualó el derbi con un gol en el tiempo añadido, como ya hizo en 2003 y en la misma portería del Bernabéu el centrocampista italiano.
“Por ti, Luis”. El gol de Llorente fue importante para el equipo, porque rescató un punto en el último suspiro, y para él también fue muy especial, más allá del resultado: “El padre de mi mujer falleció hace unas semanas y tenía ganas de marcar un gol para dedicárselo a él y a su familia”. El centrocampista entró en el área, consiguió su objetivo con un certero cabezazo y enmudeció el Bernabéu. A la memoria saltó rápido otro gol al límite en la casa blanca, el de Albertini en 2003.
Casualmente, en las horas previas había publicado el gol el Atleti en sus redes sociales. “Se hizo el silencio”. Llorente marcó este domingo en el minuto 92:38, pero el centrocampista italiano lo hizo en el 95:29. Es aún el gol más tardío del equipo rojiblanco en un derbi liguero en lo que va de siglo, según datos de Opta. También sirvió para salvar un punto, entonces con un 2-2. Llorente se coronó a lo Albertini.
Aquel Atleti era muy diferente a este. Lo entrenaba otra leyenda, Luis Aragonés, pero entonces el equipo rojiblanco era un recién ascendido a Primera. El 19 de enero de 2003, El Sabio formó un once con Burgos; Contra, García Calvo, Hibic, Sergi; José Mari, Albertini, Emerson, Luis García; Torres y Javi Moreno. Este último hizo el 0-1 de penalti (11′) y Figo le dio la vuelta con dos goles (33′ y 43′), el segundo también de penalti. La segunda mitad dejó una de las fotos más icónicas del Atleti de la época: el penalti que el Mono le paró con la cara a Figo y que le dejó la cara ensangrentada.
Y en el alargue, el momento Demetrio Albertini. El Atleti tenía una falta a favor bastante escorada, casi a la altura del vértice del área. El italiano golpeó con fuerza, Casillas voló y despejó el balón hacia el larguero, pero rebotó en su cabeza y entró. Un punto para los de Luis. En esta ocasión, Llorente aprovechó un balón aéreo que había tocado Memphis para adelantarse a todos y rematar a la red. De cabeza y no de falta, pero en la misma portería y cerca de la misma escuadra por donde lo hizo Albertini. Ambos para silenciar el Bernabéu y regalarle un punto al Atleti.