Lim se negó a más refuerzos
El Valencia cierra el mercado sin agotar en casi 9 millones su Fair Play Financiero.
El Valencia cierra un mercado con algunas luces y muchas sombras. La sensación que deja la reconstrucción de la plantilla blanquinegr, un equipo que peleó hasta la última jornada por el descenso, es que al máximo accionista le importa poco haberle visto las orejas al lobo. Rubén Baraja se quedó esperando al menos una última incorporación, la de un futbolista ofensivo para alguna de las dos bandas, aunque son más las posiciones que se han quedado cojas, como prueba el hecho de que Diakhaby esté actuando en el pivote. Ello a pesar de que el Valencia baja la persiana con unos 9 millones de margen de Fair Play. Rara avis en España, otra prueba de la desidia del máximo accionista.
Peter Lim ha puesto más trabas que el propio control financiero de la Liga. Miguel Ángel Corona lo llama “sostenibilidad”. El máximo accionista metió en julio un tijeretazo al coste de plantilla que estaba dispuesto a asumir y su intransigencia en salirse de esos parámetros autoimpuestos ha ido retrasando operaciones (Canós o Amallah) e imposibilitando otras (Rafa Mir o un extremo). De hecho, esa es la razón por la cual no se cerró ninguna incorporación de última hora, porque Lim no autorizó a cerrar alguna operación que la dirección deportiva estaba en disposición de afrontar.
El Valencia, así, ha realizado cinco incorporaciones (Cenk, Pepelu, Canós, Amallah y, el último en llegar, Roman Yaremchuk) y 12 futbolistas que militaron en la plantilla el curso pasado o tenían contrato con el club ya no están (Cavani, Castillejo, Cömert, Marcos André, Racic, Koba, Lato, Herrerín, Kluivert, Lino, Nico e Ilaxi). Esa diferencia numérica la ha compensado dándole dorsal del primer equipo a Mosquera, Diego López, Javi Guerra, Fran Pérez y Alberto Marí, la Quinta del Pipo, una camada de canteranos en la que el valencianismo ha depositado sus ilusiones y esperanzas; un grupo de chavales que son motivo de Baraja para asumir el reto.
El Valencia, finalmente, ha invertido 10,5 millones y ha recaudado 24,5 millones. Precisamente en las salidas es donde el club ha estado más acertado. Inclusive el propio Lim, que fue quien apretó al Milan por Yunus Musah hasta que el club italiano llegó a los 20 millones. Baraja sintió un alivio el último día cuando le informaron que Samu Castillejo saldría cedido rumbo al Sassuolo. El técnico vallisoletano ha sido tajante durante todo el verano con los futbolistas con los que por diferentes motivos no entraban en sus planes y, al menos en este apartado, el club ha cumplido y les ha dado salida a los Cavani, Cömert, Marcos André, Racic y Castillejo.
Cenk, Pepelu... y tijeretazo
El Valencia comenzó el verano activo. En junio hizo efectiva la opción de compra por Cenk (5 millones) y a principios de julio se hizo con los servicios de Pepelu (5,1). Eso sumado a la renovación de Rubén Baraja hacía pensar que el ‘reseteo’ podía ser un hecho. Pero a finales de julio, cuando desde Singapur se frenó en seco la operación Marcos André-Amallah con el Real Valladolid, Lim hizo añicos el relato y metió el tijeretazo. Es verdad que después se han hecho varias operaciones que estaban en marcha entonces, aunque en tiempo y forma distantes a las de un club con idiosincrasia competitiva. Aun así, el Valencia tiene el tirón de su historia, su ciudad y Mestalla. Por ello Canós o Amallah asumieron el máster de paciencia hasta su fichaje.
Baraja se queda así con una plantilla con una media de 24,4 años y corta de efectivos, muy corta. El cuerpo técnico solo tiene a 22 futbolistas del primer equipo, entre ellos tres porteros. Y con los cinco canteranos más Jesús Vázquez incluidos. Solo cuenta con tres delanteros: Hugo Duro, Roman Yaremchuk y Alberto Marí, que estará de baja hasta noviembre. Y eso a pesar de que el Valencia ha cerrado el mercado con un margen favorable de 9 millones de euros. Pero Lim bajó la persiana antes de que lo hiciera la Liga.