Lewandowski, un sprint entre nubarrones
El polaco se engancha a la persecución por Dovbyk en medio de las dudas sobre un futuro que ni siquiera Xavi resuelve. Está a tres goles del ucraniano.
Robert Lewandowski (21-8-1988, Warzawa) se enganchó el pasado lunes de manera abrupta a la lucha por ser el máximo goleador de la Liga. Lo hizo con un espectacular hat-trick ante el Valencia. Dos cabezazos para remontar el partido que luego coronó con un golazo de falta directa. 16 goles que han dado 17 puntos al Barcelona en el campeonato y una actuación que sonó a reivindicación personal. Hay nubarrones sobre el futuro de Lewandowski, sobre quien ni siquiera Xavi acierta a formular una frase contundente.
Con contrato hasta 2026 si la temporada que viene supera el 55% de los partidos, el salario del polaco, que la temporada que viene alcanzará los 16 millones de euros netos, es uno de los grandes obstáculos que no aseguran su continuidad. Lewandowski ha hecho saber a través de sus asesores que su idea es seguir, pero nadie se manifiesta con rotundidad en el club y hasta algo tan sagrado como su titularidad se puso en solfa el pasado lunes, cuando durante todo el día circuló el runrún de una posible suplencia.
De momento, Lewandowski ha decidido centrarse en el fútbol. La temporada le ha traído un desafío final. A tres goles de Dovbyk, le quedan cinco partidos para engordar sus números con un calendario teóricamente propicio. Además del Girona, le esperan Real Sociedad, Almería, Rayo y Sevilla. Luego, le tocará concentrarse con Polonia con vistas a una Eurocopa que podría ser su último gran torneo y en el que le espera un grupo temible al lado de Francia, Países Bajos y Austria. “A veces es difícil encontrar las palabras, pero jugar en el Barça representa orgullo, felicidad, algo especial. Todos conocen la historia de este club, el más grandes del mundo, y ser parte de él me hace feliz y me da más energía para seguir trabajando y hacer algo más especial aún. Algo que pueda hacer por este club. Y hacer felices a los aficionados”, ha dicho esta semana a los medios oficiales del club en un mensaje de amor a la camiseta que hace difícil pensar que se vaya a marchar este verano, especialmente después de no haber podido cumplir sus palabras anteriores a la eliminatoria de Champions contra el Nápoles, cuando se aventuró a decir: “Vamos a ganar títulos, seguro”. Más allá de su lucha personal por ser el mejor goleador de LaLiga por segundo año consecutivo, él se refería a la gloria colectiva que ya no encontrará este curso.
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