Las pinceladas de la pretemporada del Real Madrid: defensa de cristal, pólvora mojada, siempre Vinicius...
Dos semanas en EE UU, cuatro partidos, muchas pruebas y varias lecturas. Ancelotti ve el vaso medio lleno y pone “un 6″ a la pretemporada, pero el nuevo dibujo queda en interrogante.
“Un 6″. Así resumía Carlo Ancelotti la pretemporada del Real Madrid. ¿Sus conclusiones? Las desveló tras la derrota contra la Juventus: “Ha sido positiva. Mostramos dos facetas. Una muy buena ofensivamente, pero defensivamente el equipo no está acostumbrado a defender con el rombo. Hemos encajado muchos goles. Los tres de hoy, los del Barcelona... Faltó equilibrio y necesitamos arreglarlo”. El vaso medio lleno. 14 días en Estados Unidos, cuatro partidos, buenas sensaciones, opacadas por los dos resultados finales. Tras la remontada al Milan y el solvente triunfo contra el United, todo eran sonrisas. Pero al atípico correctivo frente al Barça le siguió otro ante los bianconeri donde la anomalía se repitió. Muchas pruebas, varias lecturas y un interrogante, el nuevo dibujo que Ancelotti no asegura que vaya a continuar en el tiempo...
“Fragilidad defensiva”
La primera y más sonora conclusión, “la fragilidad defensiva”. La verbalizó Ancelotti y también la explicó: “Es un problema de colocación, de concentración y de actitud. Fuimos buenos en la presión arriba y frágiles en el bloque bajo. Ha sido evidente en los dos últimos partidos”. Y aportó una solución: “Bajar el bloque puede ser una opción a tener en cuenta”. Momentos de desconexión puntuales, especialmente en el arranque de los partidos. No ha sido un goteo de ocasiones en contra, pero sí muy claras. Casi inevitables han sido los goles del Clásico y los de la Juventus, por ejemplo. En los duelos individuales, la defensa blanca no ha sangrado tanto. Posicionalmente sí. Un desorden en el que trabajar, porque recibir ocho goles y perder el 50% de los encuentros, por mucha pretemporada que sea, es para colocarle el foco. Y más con el inicio liguero contra el Athletic en San Mamés a unos días vista (12 de agosto, 21:30 horas).
Mucho caudal, poca pólvora
El resumen es claro: 63 disparos, 13 a puerta, un gol. Esos “dos últimos partidos” de los que hablaba Ancelotti en clave defensiva, también tienen una lectura bipolar en ataque. Contra el Barça y la Juventus, el caudal del Real Madrid ha sido bravío, con oportunidades a chorro, pero la pólvora gélida. Cinco largueros en el Clásico, penalti de Vinicius incluido, una mano salvadora de Ter Stegen, un remate de Joselu franco que voló demasiado... Ante la Vecchia Signora, ídem. Mucha llegada, especialmente conducida por Vinicius o un Jude Bellingham que trató de subirse a la grupa. Todo terminó en un quiero y no puedo y cuando se olfateaba el empate, el 3-1 de Vlahovic al contragolpe. Joselu dejó la chilena del verano, pero también varios fallos donde un nueve debe celebrar. Con el volcán Mbappé siempre latente y el ‘9′ libre, es inevitable no meter al crack del PSG en la conversación...
El futuro ya está aquí y Tchouameni también
Mucho se ha hablado de la famosa transición dulce. El paso adelante de la nueva generación de los Vinicius, Valverde, Rodrygo, Militao, un recién llegado Bellingham... y Camavinga y Tchouameni. Los dos futbolistas, quizá, que más reforzados salen de la pretemporada. Porque Cama es, junto a Jude el único que ha sido titular los cuatro encuentros. Porque Aurélien terminó sumido en dudas su primer año en el Madrid y ha utilizado el verano como trampolín. El primero parece haber enterrado por completo la etiqueta de jugador número 12. Ahora rota el resto. El segundo amenaza complicarle la vida a Kroos, pues la posición de ancla apunta a ser una disputa entre el 8 y el 18. Tchouameni se ha preparado a conciencia en verano y se nota. Esplendoroso por momentos, la balanza de la titularidad se decanta más del lado de la pareja francesa y Valverde que de la dupla Kroos-Modric. “Siguen siendo un ejemplo para nosotros. Cuántos minutos van a jugar, no lo sé, pero serán protagonistas como en años pasados”. Así explicaba Carletto el rol del alemán y el croata. Su talento aparecerá, pero de manera más controlada.
Hey Jude
Jude Bellingham tenía una labor complicada, cargar con el peso de la expectativa. No le pesa. Al contrario, se siente cómodo al asumir liderazgo. Ancelotti ha diseñado su rombo para darle las llaves de la mediapunta y el inglés ha demostrado, cuando ha logrado tener la posesión, que puede ser diferencial. Su zidanesco golazo al United le valió su primer MVP como madridista, pero no será el último. Bellingham ha dejado trazas de futbolista generacional y ha destilado madurez, dentro y fuera del campo, por todos los costados posibles. El nuevo Madrid de Ancelotti no se entiende sin su fichaje estrella como director de orquesta. Y Jude ha respondido e ilusionado a la parroquia blanca.
Y sin Vinicius, ¿qué?
Es la pregunta del millón. Principalmente con el doble accidente ante Barça y Juventus. Vinicius parecía ofuscarse un poco en los primeros momentos del nuevo dibujo, por ‘olvidar’ la banda, su coto de caza favorito. No obstante, no ha tardado en readaptar su fútbol vertical y tremendamente atrevido a una versión más centrada. Dos golazos de bandera (Milan y Juventus) y un sinfín de regates y conducciones para la galería. Vini se ha adaptado al sistema. Pero, ¿se ha adaptado el sistema a Vini y al propio Real Madrid? La evidencia es que la constante es el brasileño y el resto necesita retoques. El equipo blanco debería ser más vertical esta temporada y ello favorece las condiciones de un futbolista supersónico. Tanto o más que el curso anterior. Los líderes de este Real Madrid, por galones, deben ser Vinicius y Bellingham, no necesariamente en ese orden, pero la mayor realidad, la que menos dudas suscita por su regularidad fuera de lo común, es el atacante brasileño.