Las Palmas ríe mejor
De sus cuatro victorias ligueras, incluida la de ayer en Almería, tres llegaron en el descuento. Kirian destaca “la chispa” de los últimos minutos.
Más hormiga que cigarra, acaso llenando la mochila para cuando lleguen, si es que aparecen, las épocas de hambruna, Las Palmas sigue haciendo acopio de razones para que ser optimista en cuanto a sus posibilidades de salvación. “Lo único que me importa es que consigamos la permanencia”, insistía el viernes García Pimienta, su entrenador, cercenando así debates ajenos al juego con Jonathan Viera como protagonista.
A veces pecado y otras muchas virtud, Las Palmas se está acostumbrando a jugar en el alambre, acaso sintiéndose tan a gusto como parece, reinando en la agonía. Ocurre que, en estos momentos, el equipo grancanario es 10º, volando ya ocho puntos por encima de los puestos de descenso.
Son, hasta ahora, cuatro las victorias que apuntalan una sólida clasificación liguera, sustentada de momento con 14 puntos, despiezados en cuatros victorias y dos empates. Sus cinco derrotas, salvo la del Bernabéu, (2-0) fueron todas por la mínima, un pírrico 1-0, siempre con posibilidades de victoria, en Valencia (1-0), Girona (1-0), Sevilla (1-0) y en casa ante el Rayo Vallecano hace una semana (0-1).
Con las lógicas pinceladas de azar, tampoco parece solo cuestión de fortuna este exitoso rendimiento de Las Palmas cuando expiran los partidos. Así, el trabajo en el búnker de Barranco Seco, donde se alza discreta la Ciudad Deportiva del club, empieza a florecer. “Quizás hay cosas que no se ven, pero tenemos un preparador físico y un readaptador muy buenos. Se ha sumado gente al equipo”, aseguraba Kirian ayer después de la victoria. El nuevo capitán de Las Palmas sentenció: “El presidente ha hecho un esfuerzo con nosotros y ha traído a gente capacitada. Quizás por eso en estos minutos se nos ve una chispa que otros equipos no tienen”. Todo suma, incluso el trabajo invisible, para que Las Palmas sonría la última y, por tanto, mejor que nadie.
Y es que las alegrías de la UD vienen llegado a última hora. Salvo en Villarreal, cuando apuntaló su triunfo, 1-2, con el penalti que metió Marc Cardona en el minuto 50, siempre se esperó al tiempo de descuento para hacerse con los tres puntos, también ayer en Almería. Su casillero de victorias lo inauguró en la 6º jornada, cuando un zapatazo de Kirian, desde fuera del área, un golazo, derribó en el minuto 91 la empalizada que había levantado el Granada.
Días después, el 2 de octubre, 8ª jornada, fue el Celta quien hincó la rodilla en el Estadio de Gran Canaria. Tuvo que ser Viera, suplente aquel día, quien levantara un partido que empezó ganando el cuadro vigués. Tras abordar el césped en el minuto 62, marcó un penalti en el minuto 83 y en el 96 asistió de manera colosal a Marc Cardona para que este hiciera el definitivo 2-1.
Y ayer, en Almería, lo volvió a hacer la propia UD. Otra vez ganando 1-2, como en Villarreal, esta vez en el minuto 93, cuando Sory Kaba se estrenó como goleador con Las Palmas cazando un balón en el corazón del área andaluza cruzándolo con toda la rabia del mundo para apuntalar la cuarta victoria grancanaria en este regreso a Primera División cinco años después. Su sonrisa, la última, fue la mejor.
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