ATLÉTICO

Las dos velocidades del Atlético

El reto de Simeone, como él mismo señala, es que el equipo ahora crezca y evolucione como lo ha hecho el club en los últimos años. El Cholo encadena cuatro temporadas sin títulos, su periodo más largo.

Simeone, con Cerezo y Miguel Ángel Gil, en una foto de su última renovación, hasta 2027. Las dos velocidades del Atlético.
Alex Marin | EFE
Patricia Cazón
Patricia Cazón Trapote nació en Zotes del Páramo, León, en 1980. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca y Master de El País trabajó en El Diario de León y El País Semanal antes de llegar a AS en 2004. Cronista del Atlético desde 2016, es autora de cuatro libros y tertuliana en El Golazo de Gol y Estudio Estadio.
Actualizado a

Hace catorce años y medio que Simeone llegó el Atlético para acabar con los dientes de sierra que, desde hacía años, contaban la historia del club. El descenso a Segunda aún presente, un recuerdo del que no se terminaba de huir. Los proyectos no se asentaban, no terminaban de hacerlo, como solitarias perseidas que llenaban el cielo de un fulgor tan grande como de efímera permanencia. Aguirre logró devolver a la Champions en la 08-09 y Quique, a Neptuno (Europa League 09-10; 2-1 al Fulham) pero, en la 11-12, regresaron viejos demonios y miedos.

Un equipo en el que se habían invertido 85,2 millones para que nombres como el de Falcao (40), Arda, Miranda, Courtois y el regreso de Gabi hicieran olvidar la marcha de Agüero al City. Pero la Liga la comenzó mirando más hacia abajo que hacia arriba y en la Copa la eliminación en primera ronda por un Segunda B (Albacete) se llevó por delante al entrenador: Manzano. El Cholo fue el regalo aquella Nochebuena y hasta hoy.

Catorce años y medio después, el Atlético se ha clasificado para la Champions de manera consecutiva trece temporadas. Eso, que parece fácil, en realidad cobra su trascendencia cuando se compara. Solo cuatro equipos de las grandes ligas ha conseguido eso en el mismo tiempo. Todos gigantes. Madrid, Barça, City y Bayern. El equipo creciendo, el club también, en una doble velocidad que el entrenador debe acompasar. Él mismo lo reconoció en la rueda de prensa que precedió al Espanyol-Atlético, estreno de la temporada.

“El equipo necesita evolucionar a la altura de lo que lo está haciendo el club y ahora es un momento importante para estar en la misma línea”, comenzó como respuesta a esa pregunta: “¿Qué puede esperarse de este Atleti esta temporada?”. Sus palabras siguieron dibujando el mapa con las dos velocidades, la de uno y otro, estos años. “En estos años hubo un momento en el que el equipo creció más que el club, después el club igualó, siguió creciendo y el equipo no, y ahora el equipo necesita un paso más para igualar al lugar que tiene el club”. Que vuelvan a estar a la misma altura, de la mano. Porque ese Simeone que desde diciembre de 2011 devolvió al club su grandeza desde el equipo, lleva también cuatro temporadas sin pisar Neptuno, la fuente en la que los rojiblancos brindan sus triunfos. Desde la Liga de 20-21. Es su periodo más largo.

Primeros tiempos

Los primeros títulos llegaron enseguida y tromba, confirmando el acelerón del equipo con el Cholo al volante. Su primera media temporada, la Europa League 11-12. La primera completa, la 12-13, comenzó con la Supercopa de Europa al Chelsea y acabó con esa Copa del Rey de doble victoria: no solo fue el título, fue dónde (Bernabéu) y a quién (el Madrid después de 14 años sin arañar una triste victoria). La segunda, el hito: salir campeón de Liga 18 años después del doblete, ante dos gigantes como eran no solo el Madrid y el Barça, es que aquellos eran el Madrid de Cristiano y el Barça de Messi. El equipo obligaba al sprint a un club cuyo estadio era aún el Vicente Calderón (con 54.907 butacas), una plantilla con un valor de mercado de 308,8 millones y Guilavogui (10 millones), Baptistao (7), Alderweireld (7) y Roberto (6) como fichajes. Un valor de mercado que era aún menor en la 11-12, cuando llegó el Cholo (267 millones) y que en 2013 perdía a Falcao (70 goles en dos años) pero fichaba a Villa por 2,1 millones: el futbolista que al Barça se le había quedado viejo, en el Atleti fue oro. Aquellos años en los que el número de socios rojiblancos (64.000 en la 13-14, cifra ya prendida a un equipo que en la 11-12 tenía 59.059) era menos de la mitad de los más de 140.000 de hoy. De hecho, 60.905 son el número de personas hoy con un asiento en el Metropolitano (70.460 de aforo), mudanza que supuso el primer estirón del club como institución para ponerse a la altura de lo que el equipo daba.

Estirón del club

Fue en la 17-18 y si dos temporadas antes (la 15-16) lo que el Atlético ingresaba por derechos de televisión eran 69,08 millones, ocho años después esa cifra se dobla (117,89 millones). Pero es que tras la Liga de 2014 al club le tocó igualar y acudió al mercado siguiendo el dedo de lo que Simeone señalaba: Oblak, el portero por el que más ha pagado el club (16 millones, al Benfica) y Griezmann, ya estrella en la Real Sociedad, a un precio de 30 millones. Hombres claves para el título (Costa, Filipe, Courtois y Villa) se habían ido pero el Atleti se esforzaría sacando 144 millones de la hucha para invertirla en fichajes. Los de Oblak y Antoine quedarán en los libros (el francés con 198 tantos en 446 partidos es el máximo goleador de la historia). El de Mandzukic (22 millones), no. En ese momento en el que equipo y club estaban en el mismo lugar, sin ninguno tirando de más de la cuerda. Uno invertía, el otro cumplía y el Museo crecía: el Atleti regresaría a Neptuno aquel mismo verano tras ganarle la Supercopa de España al Madrid.

El partido a partido del Cholo había limado los dientes de sierra y, aunque no se ganara aún otra Liga, el Atleti estaba ahí siempre, con Madrid y Barça sintiendo su aliento en la nuca, listo para asaltarles al primer equipo. La Liga 15-16 la terminaría 3º pero no se descabalgó de la lucha con los dos hasta la penúltima jornada, con una derrota en el Ciutat de Valencia. El club estiraba su límite salarial, en un esfuerzo económico para poder fichar a más jugadores y mejores y abonar sus salarios. De 105 en la 14-15 a los 314 de la última actualización (de febrero de 2025).

Fichajes que a veces funcionaron y a veces no (Jackson y Vietto que costaron 35 y 20 millones para una 15-16 con 119 millones de inversión) o fichajes como el mantener a Griezmann en el verano de 2018, aunque eso supusiera consigo un sueldo de 23 millones que trajo colas a las puertas de Miguel Ángel Gil, consejero delegado, pidiendo subidas, y el fichaje de Lemar por 70 millones. Entonces el más caro de la historia del club que, desde entonces, no ha dejado de encadenarlos (João, por 127 pagados al Benfica en 2019 y Julián Alvarez por los 75 en fijos y 20 en variables al City el verano pasado completan ese podio). La Europa League de 2018 al Marsella y la Supercopa de Europa en Tallín ganada al Madrid fueron los últimos títulos que el equipo ganó antes de la Liga 20-21, la de los estadios vacíos por la COVID, la segunda del Cholo, donde el grifo del equipo se cortó. Aunque en el del club no haya dejado de manar, a pesar de la pandemia que se sorteó. En 2021 y 2024 con dos ampliaciones de capitán por 120 y 70,7 millones (además de otra próxima, por 60 millones) y la reorganización de su estructura con la entrada de Carlos Bucero como director general de Fútbol y Óscar Mayo, director general de Ingresos y Operaciones, que le han elevado el techo, ese que ahora Simeone debe igualar: demostrar que sabe conducir el Ferrari.

Noticias relacionadas

Porque los dos últimos veranos son el segundo y tercero de mayor gasto del club en jugadores de su historia (con 188 millones en 2024 y 175 ya en 2025 solo superados por aquellos 247,35 de 2019 aupados por los 120 ingresados por Griezmann) para renovar y crear una plantilla “para soñar en grande”, como definió Miguel Ángel Gil hace unos días. Le toca al Cholo.

Un plantel de 308,8 millones de valor

Tan solo un día después de asumir ante la prensa que su deber como entrenador es espejar con los resultados el esfuerzo del club, Simeone entonó ese “lección aprendida” en Cornellà tras la derrota en el primer partido. Un partido con cinco nuevos en el once que deslumbró y que se cayó con los cambios. 603,80 millones es el valor de mercado de la plantilla rojiblanca esta 25-26, la sexta a los mandos del técnico con más tras las de la 18-19 (969,70), la 20-21 (773,10), la 19-20 (720,15), la 17-18 (711,15) y la 21-22 (661,80). Una plantilla cuyo valor de mercado era la mitad (308,80) cuando ganó la primera Liga, de la 13-14, cuando el equipo dio el estirón.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:
Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Te recomendamos en LaLiga EA Sports

Productos recomendados