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ESPANYOL

Las dos ‘estrellas’ mundiales del Espanyol

El club perico contó con dos campeones del mundo en sus plantillas. Boghossian logró el título con Francia en 1998 y Capdevila, con España en 2010.

Actualizado a
Boghossian y Capdevila.

Con on ojo puesto en lo que sucede en la Ciudad Deportiva de Sant Adrià y otro en Qatar, donde se disputa el Mundial en el que el Espanyol solamente disfruta de un integrante de la plantilla, Martín Braithwaite. Así ha retomado la actividad el equipo de Diego Martínez, que este viernes regresó al trabajo en el gimnasio y este sábado pisará ya el césped para empezar a focalizarse en el nuevo tramo de la temporada.

Esa mirada hacia Qatar arroja un dato al menos curioso en los años de historia del club. El Espanyol ha disfrutado en sus filas de dos jugadores que han conseguido ser campeones del mundo. El último de ellos, el más conocido, además fue canterano del equipo perico. Joan Capdevila, nacido en Tàrrega y ahora portavoz deportivo de la entidad, logró el título de España en el Mundial de Sudáfrica en 2010. El lateral izquierdo, además, disputó todos los minutos, por lo que fue intocable para Vicente del Bosque. Desarrolló su carrera en el Espanyol en dos etapas, la última en la campaña entre 2012 y 2014.

Pero Capdevila no fue el primero. El campeón del mundo que inauguró esta estadística fue Alain Boghossian, que jugó en la campaña 2002-03. El mediocentro francés procedía del Parma y apenas pudo jugar seis encuentros (226 minutos) debido a las lesiones. De hecho, el jugador renunció a su sueldo mientras estaba con esas dolencias que le impidieron rendir a sus 32 años, en el último empujón de su carrera deportiva, prácticamente siempre desarrollado en Italia.

Boghossian fue campeón del mundo en el Mundial de 1998 con Francia. El mediocentro era el tercero mosquetero del mediocampo, suplente de Didier Deschamps y Emmanuele Petit, pero imprescinsible para el seleccionador Aime Jacquet, quien lo utilizó en cinco de los siete encuentros. “Es importante conocer bien tu papel. Yo siempre me sentía honrado por estar ahí y daba el máximo cuando recurrían a mí. Mi objetivo era meter presión a los titulares para que no relajasen y dificultar lo más posible las elecciones del entrenador. Pero siempre con una mentalidad positiva, con la idea de tirar del grupo hacia arriba”, dijo el jugador en una entrevista a la FIFA.

A lo largo de la historia del Espanyol han pasado otros jugadores de talla mundial o referencias en sus países, pero no han conseguido alzar el título mundial que ahora se disputa en Qatar. Mientras eso sucede, la plantilla proesguirá al menos diez días más sus entrenamientos en Sant Adrià antes de partir a San Pedro del Pinatar (Murcia).