Las cruces de Sinkgraven
El neerlandés se marchó lesionado del campo la pasada jornada pero trabaja para sumar su segunda titularidad consecutiva. Sería la primera vez en 2024.
La temporada en el lateral izquierdo insular arrancaba en verano con el fichaje de Daley Sinkgraven. El neerlandés llegó libre tras su paso por el Bayer Leverkusen. De hecho, su inclusión en la lista de altas venía un poco a cubrir un perfil polivalente en la mitad izquierda del campo y es que, el también exjugador del Ajax, podía participar de pivote, interior, algo más escorado a la banda, y de carrilero.
Paralelamente a su llegada, poco antes de comenzar el curso futbolístico, Miguel Ángel Ramírez adelantaba un acuerdo entre la Unión Deportiva Las Palmas y un club extranjero para el traspaso de Sergi Cardona. Este movimiento presumiblemente de competidor al inicio de liga para el reluciente fichaje amarillo.
En esas circunstancias, comenzaba el campeonato. Ya en el primer envite, Sinkgraven se hacía con la titularidad frente al catalán. No obstante, la venta del tres amarillo no se concretaba y García pimienta afirmaba que mientras Sergi Cardona estuviera con ficha de Las Palmas él seguiría contando con él. De hecho, ante los baleares entraría en la segunda mitad.
En la segunda jornada llegaría el partido ante el Valencia, de nuevo, el neerlandés salía titular. Aquí comenzó a salir cruz. En el minuto veintidós cayó al suelo y pedía el cambio. Fue la primera de sus lesiones como amarillo. El jugador nacido en Assen se perdía un mes y el impulso que le había hecho ganarse la titularidad.
En ese tiempo Sergi Cardona, ya con el mercado cerrado y frustrada su marcha, se hacía con la titularidad del lateral izquierdo y empezaba a destacar. Así que a Sinkgraven le tocaba esperar turno. Cuarenta días después le llegó una oportunidad. Nada menos que en el Bernabéu. No hubo continuidad. Tras ese encuentro, no volvería a jugar en liga hasta los minutos de cortesía contra el Getafe dos meses después, quienes tenían un jugador menos en el campo y un gol por debajo en el marcador.
Mientras tanto, lo habitual de la primera vuelta para los menos habituales. La Copa servía de purgatorio y de campo de pruebas, como cuando jugó de lateral derecho ante el Tudelano. Tras ese encuentro cerraba el año con su único partido completo, en casa contra el Cádiz ante la ausencia de Cardona por acumulación de amarillas.
Enero pudo ser el mes del cambio, pero de nuevo salió cruz. Ante el Barça, en el último tramo del encuentro, García Pimienta llamó al neerlandés para darle aire a un Álex Suárez con amonestación y sufriendo los embates de un Barça volcado en el ataque. Y llegó la jugada crucial del partido, penalti sobre Gündogan y tarjeta roja para el neerlandés.
Se perdía el siguiente partido de liga, pero llegaba la Copa, su zona de confort. Además, derbi canario. Pero de nuevo cruz, una lesión le apartaba de su escaparate y se acabó la competición del KO para Las Palmas. Con los amarillos lanzados y él sufriendo otra nueva lesión, las puertas del césped se le cerraban. Tan solo el día del descalabro en el Metropolitano le dejaba un hueco para resarcirse hasta el pasado encuentro ante el Celta, en circunstancias de absoluto escarnio similares a las que vivían los amarillos frente a los colchoneros.
Pero como el fútbol siempre da revancha, le volvió a llegar su oportunidad ante el Girona. Los amarillos se desangraron en defensa ante los celtiñas, y García Pimienta estimó que el neerlandés era la mejor solución en el lateral izquierdo para ese encuentro. Álex García, asistente de García Pimienta, glosaba en la previa la gran semana de entrenamientos que realizó Sinkgraven.
Y verdaderamente el neerlandés no desentonó. La defensa de su lado mejoró con respecto a la jornada anterior, y aunque no se mostraba en ataque como suele hacerlo Sergi Cardona, la estabilidad defensiva en estos momentos de la película amarilla, bien vale una misa. Porque el equipo mejoró defensivamente en líneas generales. Los de Michel vencieron 0-2, ambos tantos fueron de penalti y ambas jugadas de pena máxima no fueron fruto de un descontrol. La primera, en un balón parado y la segunda, por obra y gracia de un roce con tintes de obra del espíritu santo.
No obstante, de nuevo, a Sinkgraven le volvía a salir cruz. Un golpe en el brazo cuando se barruntaba su sustitución le obligó a salir del campo con una férula y condiciona que repita de nuevo como titular. Algo que solo ha logrado una vez esta campaña. Paradójicamente, hace un año Lemos amarraba por primera vez el lateral derecho en mitad de una racha en la que los amarillos parecían que podrían despedirse del ascenso directo. El concurso del gallego resultó una de las claves para el acelerón final. Un año después, García Pimienta volvió a probar un retoque en los laterales para energizar el equipo.
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