Las añoranzas de Pellegrini
El técnico del Betis no encuentra en su actual proyecto reemplazos efectivos a Juanmi, Canales o Joaquín. La capacidad de pegada, minimizada.
El Betis trata de encontrar argumentos para agarrarse a esa lucha europea convertida en principal objetivo de su temporada. El equipo de Manuel Pellegrini está lejos de la zona de privilegio que ansía alcanzar y el técnico añora rendimientos del pasado que no encontraron reemplazo de momento. Hay una gran falta de pegada en el plantel y eso condiciona muchos de los duelos que se disputaron en las últimas semanas. La sombra de algunas salidas está en escena: los goles de Juanmi, el liderazgo de Canales o la magia de Joaquín. De momento, la planificación liderada por Ramón Planes no alcanzó a entregar sustitutos que respondan a las expectativas.
La añoranza de Pellegrini está justificada. Él ya incidió en verano en la importancia de que cada movimiento de salida tuviera una respuesta en forma de fichaje. Ayoze ya estaba en escena ante el adiós de Juanmi, pero los 20 goles del malagueño hace dos campañas no volvieron a encontrar un símil desde el año pasado en términos de eficacia. El tema de Canales tiene más aristas. Pellegrini admitió que la llegada de Isco se enfocaba más a sustituir a Fekir mientras estuviera lesionado. Su liderazgo a nivel de juego y de vestuario significaron mucho en el Betis de los últimos tres cursos.
El anunciado retiro de Joaquín tampoco fue sencillo para la plantilla. La figura del capitán no sólo era importante a nivel de vestuario, también a nivel deportivo con apariciones que entregaban aire y calidad sobre el césped pese a que ocurriera ya sólo a base de pinceladas. Hay pocos revulsivos que estén golpeando la puerta de Pellegrini como lo hacía él. Ni Rodri ni Luiz Henrique terminaron de despertar su versión más incisiva y el mercado podría entrar en escena si finalmente Assane Diao se escapa a la Premier.
Pellegrini espera alguna vuelta de tuerca más en su plantilla. Demostró en las pasadas campañas que siempre fue capaz de encontrar la reacción de su vestuario en la adversidad y ahora camina por ella. Hay destellos que no vuelven y algunas de esas piezas forman parte del pasado. El chileno quiere reconstruir esas virtudes con las herramientas del presente para poder soñar con el futuro que siempre quiso. Espera que Borja recupere sus goles, que Abde regrese de la Copa de África siendo ese extremo diferencial que se fichó y que William Carvalho vuelva a ser William Carvalho. Las añoranzas, eso sí, son inevitables.
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