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CELTA

Larsen abre la teoría del kétchup

El noruego al fin marcó en Liga tras más de 800 minutos, poco después de que Carvalhal le respaldase con la metáfora del bote de kétchup,

Larsen celebra el gol anotado frente al Villarreal en Balaídos.
Salvador SasEFE

Han hecho falta nueve horas con Jorgen para encontrar el primer gol del noruego en la Liga. Llegó en agosto como un desconocido, siendo una apuesta fuerte (12M) y su impacto en España fue inmediato, con un debut extraordinario frente al Cádiz. Ese día no marcó por muy poco (estrelló un balón en el palo), pero sorprendió a todos con su carácter latino y un fino estilo, culminado con una asistencia de tacón a Óscar. Su buen juego continuó con el paso de las semanas, pero el gol se hacía esperar y las dudas fueron como una bola de nieve.

Larsen, que al principio no se mostraba obsesionado con el gol, fue acumulando minutos de sequía hasta alcanzar la preocupación. Se quitó un ligero peso en la Copa y continuó limando asperezas en pretemporada, pero seguía sin encontrar el camino en la Liga. En el último partido de 2022 frente al Sevilla desperdició dos claras ocasiones de gol que al final supusieron la pérdida de dos puntos. El lenguaje gestual del noruego hablaba por sí solo, la rabia no era capaz de contenerse en 194 centímetros. Tal fue así que Carvalhal salió en su defensa al término del encuentro con una curiosa metáfora: “El gol va a aparecer. A los delanteros les pasa como al kétchup: cuando sale, sale todo”.

Ante la presión mediática externa, interna y propia, Carvalhal tomó la decisión de sentar a Larsen. Tal y como reconoció públicamente el entrenador portugués, envió al delantero al banquillo para resetear su mente. El reseteo no funcionó en Elche, pero sí frente al Villarreal. Larsen saltó al césped en el 63′ y sólo necesitó cuatro minutos para marcar. En la celebración desató toda la ira contenida, con los compañeros arropándole conocedores de la importancia de este tanto. Desde el banquillo, Carvalhal sonreía, quizás frotándose las manos porque ahora se abre la teoría del kétchup.

El tanto frente al Villarreal para el cronómetro de la sequía en los 809 minutos, siendo éste el tercer peor estreno de un delantero en la historia del Celta. Por delante únicamente están David Rodríguez, que tardó 862 minutos en marcar su primer tanto de celeste, y Papadopoulos, que no vio puerta en los 1.212 minutos que jugó en el equipo vigués. El noruego reconoce que fueron momentos difíciles: “Estaba jugando bien, pero no marcaba goles y eso es muy triste. Ahora estoy feliz por marcar mi primer gol y aún por encima en nuestro estadio. Yo soy feliz marcando goles y ya era mucho tiempo sin marcar. Los últimos meses fueron duros para mí”.

Larsen explicó la particular estatua que realizó al marcar ante el Villarreal, como no dando crédito al hecho de romper una racha tan maldita: “Pensé que estaba en fuera de juego, así que lo primero que hice fue mirar al linier. Vi que no había levantado el banderín y entonces me di cuenta de que por fin había marcado gol”. También tuvo palabras de elogio para su socio: “Gabri Veiga me dio un gran pase, él es muy bueno. Está empezando su carrera, necesita continuar jugando así, dando pases y asistencias”.